Capítulo 6: Gar por poco y queda fuera.

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Aunque no lo demostraran, los cinco hombres se sintieron mal por dentro con respecto a la muerte de Martin, agradecidos por no ser delatados, tenían rabia que si la demostraban por percibir una fuerte traición por parte del compañero fallecido, por ser judío y no soportar la presión.

Ellos concordaban en que el suicidio no servía de nada, que renunciar era fácil, no veían cómo fue que el pobre Friedman no usó un poco más el cerebro, no comprendían para nada la muerte; adoraban cometerla en alguien más pero jamás en ellos mismos, no lo veían necesario.

Sin embargo, había un caso algo diferente aquí. Gar Strauss comenzó a ser distante de sus "amigos" tras un accidente que tuvo y que casi lo deja fuera de su trabajo y de la vida en sí.

Ocurrió un pequeño escándalo con algunos prisioneros de carácter hostil hacia los empleados, por ello, hicieron un llamado a algunos empleados para ir a resolver el asunto. Strauss se apuntó de inmediato y corrió hacia la campaña médica para ayudar; estaban tratando de inyectar sustancias en en los prisioneros para experimentar con ellos, el rubio voluntario se acercó a los doctores para retener a un judío que se negaba a querer obtener la inyección.

Sin darse cuenta, éste logró golpear a los doctores antes de recibir la dosis, cogió jeringa con la boca y en un movimiento rápido introdujo la aguja en el brazo opresor de Gar, haciendo que la sustancia mortífera -también conocida como Morfina- fuera inyectada de manera errónea a él, quién de inmediato sintió un ardor tremendo, soltó al rehén y retiró la jeringa, se apretó un poco el brazo en un intento desesperado por querer retirar el mortal líquido de su organismo; sólo brotaba sangre a montones, gruñó en desesperación mientras el judío corría por su vida.

Unos oficiales que vieron la situación, sin pensarlo más de dos veces, levantaron sus armas y dispararon al fugitivo. Los médicos con rapidez fueron a socorrer a Gar y lo llevaron a una sala aparte, alejada de los prisioneros, lo conectaron a una máquina y empezaron a hacer todo lo posible por salvarlo. Agradecieron de que la dosis que recibió no fue la dosis completa de la jeringa porque eso lo pudo haber matado.

En aquellos minutos el rubio se encontraba drogado, alucinando y delirando por culpa de la sustancia, se mareaba y vomitaba con frecuencia, los médicos lograron saber más acerca de la Morfina pero gracias a ese accidente y no por experimentar en judíos. Le pidieron disculpas e hicieron lo posible por retirar el químico mortífero de su sangre, además de dejarlo en reposo por varios días para recuperarse al cien por ciento de las alucinaciones que sufría el pobre.

Sus compañeros al enterarse, se desesperaron un poco porque no querían perder a otro más, no un mes después de que hayan perdido a Martin bajo circunstancias "idiotas" bajo sus criterios personales.

Take no prisoners? TAKE NO SHIT! (Metallica, Megadeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora