Capítulo 4: Marty fuera.

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Martin después de tres semanas, no logró soportar la presión al respecto del crimen que cometía, la gran mentira de fingir pertenecer a este partido político le dolía. Por ello, se dignó a escribir algunas cartas para poder desahogarse de lo que sentía en su interior y no se le permitía demostrar de manera pública.

"Mamá, papá... Lo siento mucho. Nunca fui lo que ustedes quisieron para mí. Los traté mal, no agradecí los buenos valores que ustedes querían transmitirme, acabé siendo un terrible asesino en contra de gente de mi misma religión. Asesiné a mucha gente inocente también, no saben cómo me arrepiento de todo.

Soy un asco de ser humano, así no se puede vivir. La mentira me come vivo, no puedo seguir de esta manera tan bestial, yo debería estar en la cámara de gas como a los que mato en este lugar, porque soy uno de ellos. Merezco más morir que los que ya están muertos.

No más escribo esta carta para expresar mi dolor hacia ustedes por haberlos decepcionado de esta manera. Los campos de concentración son un lugar terrible, nadie merece entrar aquí, deberían clausurarlos."

Esa fue al primera carta que envió a escondidas a sus padres en Estados Unidos.

La segunda era más un mensaje hacia sus jefes antes de cometer un acto que causaría mucha polémica por todo Auschwitz y la Alemania nazi en sí.

"Lo siento, señores, pero Martin Friedman no aguanta tener que contribuir a la muerte de gente tan 'impura' como yo. Nunca fui de raza aria ni nunca lo seré, odiaría pertenecer de verdad a esta mierda.

Soy judío y estoy orgulloso de ello."

Al finalizar de escribir, colocó el papel en el tablero de noticias, sosteniéndolo con cinta adhesiva. Para que todo el mundo lo viera, después caminó a pasos lentos y pesados hasta llegar a un área de militares, sin importar cuánto le insultaran por coger un arma sin permiso, que lo apuntaran y lo amenazaran de muerte.

Levantó el arma en dirección a la sien, soltó por fin una lágrima tras tanta neutralidad, apretó el gatillo y la bala salió disparada dando por entendida su muerte inmediata. Las personas lo admiraban en horror, sin esperarse aquella maniobra ni ese actuar tan demencial. Una vez que el rumor del papel pegado en el tablero de noticias se esparciera como pan caliente, sus antiguos compañeros de aventuras gruñían para sus adentros, no podían creer tal traición que recibieron.

Nadie podía creer tal escándalo: un judío que fue contratado con el grupo nuevo, eso levantó sospechas tremendas en los demás sujetos. De inmediato fusilaron y quemaron el cadáver de Friedman como pudieron y que el secreto no saliera de ese campo, porque al Führer no le gustaría nada de nada enterarse de tal atrocidad.

Take no prisoners? TAKE NO SHIT! (Metallica, Megadeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora