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Alguien toca mi mejilla, no logró escuchar nada. Abro los ojos lentamente y, recién, oigo una voz familiar, es Caelum.

-¿Estás bien? Por fin despiertas...- comienza a aturdirme con sus palabras.-me tenías preocupado.

Llevé mis manos a mi cabeza, el dolor de cabeza había disminuido, pero seguía presente.

-Shhh...-susurré- me duele la cabeza.

Volvieron a mi  todas las cosas que vi. Los dos niños jugando, sus padres discutiendo acerca de un problema que no logro descifrar. Me llamaba la atención el hecho de que la niña que jugaba tenía el mismo nombre que yo. ¿Es posible que ella sea yo? 

Es extraño, lo sé, pero es una posibilidad. 

-Ágatha... ¿viste algo? - dijo el chico de cabellos castaños, casi rubios.

-¿A qué te refieres? - lo miré algo confundida.

-Comenzaste a murmurar cosas entre dientes mientras estabas inconsciente. - me explicó él.

-No debe ser nada.- rodé los ojos hacia cualquier otro rincón del cuarto.

Esperen... estábamos en un pasadizo cuando tomé las pastillas, ¿o no?

-¿Cómo llegué aquí? ¿Dónde estamos?-comencé a interrogarlo.

-Espera, espera...-soltó un suspiro- Cuando cierta niña se desmayó hizo caer algunas pastillas, eso hizo algo de bulla, así que vino el guardia. Para protegernos te traje aquí. Es una vieja celda, al parecer, ya casi nadie viene aquí, estaremos a salvo.

-Ya veo...

Me levanté para inspeccionar el lugar; misteriosamente encontré una ventana, me asomé por ella y vi una tranquila noche. 

Sin Luna.

El cielo era muy negro sin ella, a penas habían algunas estrellas. Solté un profundo suspiro, ¿era mi culpa el que Luna haya desaparecido? 

-La salvaremos...-escuché la voz de Caelum acercándose- no te preocupes.

Sólo alcancé a asentir con la cabeza.

-Por cierto...- comencé a hablar sin mirarlo a los ojos, mi vista seguía reposando en el desahuciado cielo- ¿te puedo llamar Cae? Caelum es algo largo de pronunciar para mí.

Su mirada cambió por un momento, se formó una sonrisa en los labios mientras que sus ojos color azul mostraban tristeza. Preferí no preguntar por ello.

-Claro que puedes.

Me alejé del marco de la ventana, y así también, mis ojos del triste cielo nocturno.

-Es hora de salir de aquí.-Esbocé una sonrisa- Vámonos de aquí, Cae.

-Claro que sí.

Antes de dar algún paso en falso revisé mis bolsillos, los frascos de pastillas seguían ahí. Lancé un resoplido y caminé hacia la puerta, la abrí y, ambos, comenzamos a caminar.

-Ahora si espero que sean las últimas.-musité mirando unas escaleras.

-Yo también.

Bajamos  y lo que nos esperaba era nada más y nada menos que una pasadizo, ya no habían tantas celdas.  Avanzamos con paso firme hasta llegar al final de este, el camino se bifurcaba.

-¿A dónde debemos ir?- pregunté en voz alta.

-Ni la menor idea- me respondió él.

Maldición. Creo que no hay otra salida, sé que esto no es una buena idea. Absolutamente no es para nada una buena idea. No hablaré acerca de la estúpida idea que se me acaba de ocurrir... no diré el estúpido..."Sepa-

-Separémonos.- dijo con voz relajada. 

¡¿QUÉ?!

A veces la distancia es más peligrosa que la oscuridad, pero es más peligroso cuando ambos juntas están.

-.-.-.-.-.-.-

Hi, guys.

:v Aquí estoy, subiendo un capítulo un común domingo. Me liberé un poco del colegio así que intentaré actualizar más seguido.

Una estrellita y uno o más comentarios para hacerme feliz. ;)

Bye~




Mi amiga la Luna #FesBooksAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora