Primer problema: No puedo salir de mi celda.
Sabía que no sería tan fácil mi escape. Mi «habitación» estaba cerrada con una llave. Suspiro con pesadez, no siempre todo sale como lo planeado.
-No dejes que esto te detenga, Ágatha.-Dijo con voz segura la Luna.Suena algo extraño decirle «la Luna », mejor la llamaré ... sólo Luna. Sí, suena mucho mejor. Rayos, Ágatha, deberías concentrarte más en escapar.
-No me estoy dejando vencer, trato de pensar. - Solté estas palabras con algo de abulia.- Oh, ¿en serio? -Me miró con esos ojos azules y, después, señaló mi armario- ¿Por qué no revisas por allá?
No dije nada. Supongo que la soledad , que embarga este lugar, me ha hecho una persona parca. Me encaminé a ese armario, sólo estaba a unos pasos. Lo abrí, no había nada, sólo mi ropa. En seguida, escuché una risa. Hace mucho que no escucho una. No puedo evitar soltar una pequeña sonrisa por la comisura de mis labios.
-Así ... así no... -La oigo decir entrecortadamente, sus casi inaudibles carcajadas no la dejan pronunciar correctamente la oración.
-¿ah?-menciono ladeando un poco la cabeza, quisiera hallar el chiste.
-Mira-se levantó, una vez ya calmada, y se acercó al mueble.-Muévelo.
Puse mis manos en el armario y lo comencé a empujar lentamente. Sentí como fue moviéndose. Me detuve al escuchar la voz de una ojiazul.-Suficiente.-Dijo con una voz cortante, pero en seguida volvió su tranquila voz- Ahora, mira esto.
Señaló hacia un agujero en la pared, me fijé un poco más. Al parecer era un pasadizo. Cuando me acerqué lo suficiente no sólo descubrí que era un pasadizo, sino que también era oscuro y silencioso. Miré a Luna, sus manos me hicieron una señal para entrar. A lo cual respondí asintiendo con la cabeza, e ingresando a aquel secreto pasaje.
Era oscuro, me quedé quieta. No se el por qué, pero le tengo miedo a la oscuridad. Siento las «sombras», que de vez en cuando veo, aparecerán... de nuevo...
Me tranquilicé, cuando vi a Luna a mi lado. El estrecho y oscuro pasillo se iluminó. La chica que estaba a mi lado brillaba. En verdad, era la Luna.
-En marcha- dijimos las dos al unísono y emprendimos el camino.« Cada paso más cerca de la libertad. »
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Mi amiga la Luna #FesBooksAwards
FantasiÁgatha, una niña de ocho años, se encuentra en un manicomio. Ésta pequeña es huérfana de padre y madre. Sólo tiene un pariente y es su tía Dan, hermana gemela de su madre, con la que desea estar. Al no soportar el trato en dicho establecimiento, b...