(44)Graduación

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Increíblemente veloces pasaron los días, no pude disfrutar demasiado, la guerra de agua solo había sido una pausa dentro de tantos deberes, exámenes, estudios y más y más clases. Pero todo este esfuerzo estaba valiendo la pena justo ahora, sentíamos muchos nervios y emociones alocadas en el estomago, eran apenas las 10 de la mañana, el sol aún no era lo suficiente caliente, pero varios sudábamos, y repito, solo de los nervios.

-Muchachos, fórmense en esta fila, harán ingreso al gimnasio al cuando se los indique. Después del discurso de la directora serán llamados de uno en vez, subirán al escenario se les entregará el diploma y se les tomara fotografías, luego se situaran atrás con sus compañeros a esperar la ultima foto grupal, espero ser claro, no se salgan del protocolo, sus padres los estarán mirando- dijo el señor Farres con un atuendo formal

-Estoy muy nerviosa, no me siento cómoda con tanto público – dijo Violeta que estaba delante mío en la fila femenina

-Tranquila, todo saldrá bien, además piensa que todos pasaremos por lo mismo- le dije tratando de hacerla sentir en confianza, sin embargo yo estaba igual de nerviosa, sentía mi estomago revuelto.

-Violeta ánimo, solo será una vez, además con ese atuendo te ves muy bonita – Alexy intervino – Aunque reconozco que vestir uniforme solo para esta ocasión es un poco absurdo – rió y Violeta estaba sonrojada, me pregunto si también será feliz solo con el hecho de mantenerse como su amiga, ya que una relación entre ellos... es algo imposible.

Las chicas vestíamos una blusa blanca con una cinta azul colgando desde el cuello a la altura del pecho, además llevábamos una falda negra y zapatos en igual tono. Los chicos estaban igual, salvo que usaban pantalones negros, no dejaba de ser raro vernos con esos atuendos, además... era triste saber que sería la última vez que compartiríamos todos juntos en el instituto, estábamos en nuestra graduación, pronto ya no habría nada que nos unirá más que nuestra amistad, de solo pensar en eso me llenaba de angustia.

Ver subir a cada uno de mis compañeros y amigos fue emocionante, los aplaudía tanto como pude, estaba entre el público todas nuestras familias, padres, hermanos, abuelos, amigos y demás, por suerte tanto mi padre como mi madre habían podido asistir, estaba muy emocionada de verlos tan felices y orgullosos de mi. Cuando nombraron mi nombre me sentí muy contenta, los chicos y mis amigos también aplaudieron, era obvio que no era de las más populares, pero entre mis amigos me sentí muy querida, éramos un grupo muy unido. Después de la entrega de nuestros diplomas la directora nos pidió que todos juntos nos tomáramos la "última fotografía". Éramos muchos alumnos, pero entre la multitud yo me acerque a Iris y Rosalya, quienes habían sido mis mejores amigas en el instituto, junto a nostras llegaron Nathaniel, Lysandro, Armin, Kentin y Alexy, sin embargo faltaba alguien.... Castiel estaba en un rincón sin mucho interés de esa fotografía, pero yo misma me decidí a traerlo.

-¿Qué haces aquí? quizás nunca más vuelvas a saber de nosotros- le dije

-Esa es la idea – bromeó con una sonrisa entre labios

-¡Ven aquí!- lo tomé del brazo y lo puse junto a nosotros, estoy segura de que esa fotografía quedó hermosa.

Después se dio paso a una ceremonia muy triste, a cada uno de los ahora ex estudiantes se les entrego una vela encendida, debíamos caminar en fila hasta la salida del instituto, una vez que salíamos, la vela sería apagada, como símbolo de que ya no formamos parte del instituto, además se nos ponía una canción muy emocionante de fondo. No puedo describir ese momento, basta con decir que hasta los chicos tenían una cara de funeral. Las chicas en su mayoría llorábamos desconsoladamente, él momento en que apagaron mi vela fue tan angustiante, corrí hasta Rosalya la abracé y me largue a llorar junto a ella, parecíamos viudas lloronas. Y cada estudiante que salía con su vela ya apagada se acercó a nosotras y nos abrazamos, fue finalmente un abrazo grupal y lleno de lágrimas. Con decir que hasta la mismísima directora estaba emocionada, la vi llorar un par de veces, y hasta abrazó a Castiel – Aunque me hizo pasar pésimos momentos, lo voy a extrañar – le dijo entre sollozos.

Castiel, Mi rebelde Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora