(47) Un último viaje

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¿Impactada?, no, esto era peor. Sentí como mi cuerpo se inundaba de miedo, culpa, malestar, dolor, angustia, preocupación, arruine mi vida, arruine la vida de alguien más. Estaba tan anonadada que comenzó a faltarme el aire, me sentía ahogada, Rosalya por suerte estaba conmigo, ella inclinó mi cabeza hasta el lavamanos y me mojó el rostro con agua fría, eso me hizo volver en sí, pude respirar, pero también lloré, me siento culpable, ¡me siento horrible!, esto no estaba dentro de los planes, esto estaba mal. Yo no puedo tener este bebe, ¡yo no quiero!.

-Luna, debes calmarte, encontraremos una salida a esto – decía Rosalya mientras me acariciaba el cabello

-No puedo tener este bebé, imagínate... ¡Puede ser Castiel o Lysandro el padre!, estoy acabada...

-Hey tranquila... ¿segura que el vagabundo de la esquina no tiene nada que ver?, El siempre te miró de manera especial – Rosalya trataba de bromear con el tema y hacerme reír, pero no lo podía conseguir

-No, Rosalya... ni intentes hacerme reír, solo me quiero morir – mil pensamientos inundaban mi cabeza, ¿Qué dirían mis padres, mis amigos, los chicos....?

-Por favor, tomes la decisión que tomes estaré de tu lado. Y tranquila, aun no se nota nada, si apenas debes tener un mes y medio de embarazo.

-No puedo con esto – yo seguía llorando, reprochándome

-Podría haber sido peor, al menos ya salimos del instituto, pronto cumplirás los 18, eres "independiente", tienes amigos que te quieren y apoyarán. Y estoy segura que Lysandro o Castiel se harán cargo... a fin de cuentas no es tu culpa, fue algo compartido.

Las palabras de Rosalya en parte me habían calmado, respire profundo durante un momento y luego nos decidimos a volver con los chicos. Tanto Castiel como Lysandro se veían felices, ni sospechaban lo que ocurría, yo intenté fingir una sonrisa, y hacer como si nada hubiese sucedido, pero al parecer no fue suficiente.

-¿Te sientes bien?- preguntó Lysandro mientras trataba traducir lo que reflejaba mi rostro

-¡Si!, lo estoy – respondí un tanto asustada

-¿Segura? – añadió Castiel- parece que has visto un fantasma

-¡Déjenla tranquila!- dijo Rosalya mientras llegaba con un juego de mesa – está triste por mi culpa, le he contado cómo me sentía esta noche buena sin Leigh... no es su culpa ser tan empática con su amiga. ¡Ahora deben subirlos el ánimo!

El resto de la noche fue mucho más tranquila, a decir verdad... pude relajarme, sabía que esto tendría solución, si la noticia llegó en navidad debe ser por un muy buen motivo. Con Lysandro todo parecía estar bien, su mirada se veía más serena, él es tan reservado que puede costar mucho dilucidar lo que sus ojos transmiten, pero sentí su calma y una gran voluntad porque nuestra relación sea lo más agradable posible. En cuanto a Castiel, él se veía contento, sé que no se esperaba pasar la noche buena y navidad con ellos, pero hacia el esfuerzo por mí, veía su mirada feliz al verme sonreír, al vernos juntos compartiendo por fin en "calma" nuestro amor.

El día siguiente volví a la fraternidad, debía armar mis maletas y buscar un lugar que arrendar. En realidad ya tenía visto un pequeño apartamento cerca de los mismos barrios que solía frecuentar. Fue triste despedirme de mi cuarto, todo me traía muchos recuerdos, pero ya había cumplido mi ciclo aquí. Antes de irme acordamos reunirnos con mis amigos y compañeros que vivían aquí con nosotros.

-Supongo que será la última vez que nos veremos dentro de estas rejas – dijo Nathaniel con sus bolsos junto a él

-Sí, no deja de ser algo triste- Añadió Iris

Castiel, Mi rebelde Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora