(25) Nuestro comienzo

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Me encontraba recostada sobre su pecho, su cama no era muy grande, por lo tanto nuestros cuerpos estaban muy juntos, sentía su calor, sentía su respiración agitada, sentía como la felicidad de ambos emanaba de nuestro cuerpo. Castiel continuaba con los ojos cerrados, com o queriendo disfrutar y sentir este momento al máximo. Yo tenia la cabeza revuelta, no me podía creer todo lo que había sucedido, estaba sudada, debo reconocer que algo adolorida, pero a la vez sentía tanta felicidad.... Ahora entiendo tantas frases y bromas sobre el sexo, es cierto te alegra, te hace ser mas linda porque una sonríe... no lo podía evitar. Mis ojos poco a poco comenzaron a cerrarse...

~~Castiel~~

Mis ojos se empezaron a abrir poco a poco, la lluvia me había despertado, estaba muy fuerte. De pronto todo vino a mi cabeza... Luna y yo... será cierto?. Aun medio dormido miré a mis espaldas, y ahí estaba ella, estaba Luna aferrada a mi, desnuda, con su cabello alborotado y durmiendo plácidamente. Sonreí... hace mucho no sentía tanta satisfacción, estaba con esa chica que me provocaba cosas no se porqué, esa chica que jamás me he quitado de la cabeza, la chica más inocente y a la vez apasionada que conocí. La mire por largo rato, aún era de noche, eran las 2 de la madrugada, habíamos dormido cerca de 3 horas. Con mucho cuidado me levante de la cama para no despertarla y fui a preparar la mesa y a ordenar un poco, quería almenos tener bonita la casa ahora que ella estaba aquí, después de todo... es navidad. Pasaron 20 minutos y me sorprendi al ver a Luna de pie, con las sabanas enrrolladas en su cuerpo y una cara bastante asustada.

-Luna... estoy recalentando la comida China... pero si quieres vuelvo a la cama contigo...

-No... esta bien, yo solo... creo que... - me decía mientras se ponía roja de la vergüenza

-Se que nunca fuimos intimos amigos antes... pero puedes confiar en mi, dime que sucede

-Castiel... creo que... mm.. debo lavar tus sabanas, lo siento- estaba casi con la cabeza clavada en el suelo

-Luna... era verdad...- le dije al darme cuenta del motivo de su vergüenza, ella realmente era virgen, en ese momento le tome el peso a la situación y me acerqué para abrasarla – No te preocupes, la lavadora hara el trabajo, tu ponte comoda y ven a cenar conmigo.

Ella entro a mi cuarto y a los 3 minutos volvió vestida... y tratando de ordenarse el cabello que aun lo tenia revuelto. Yo tenia la mesa servida y le dije:

-Mira lo que has hecho conmigo... jamás le he preparado una cena a una chica.

-hehehe, Castiel, no seas así... solo has puesto la mesa, la comida la compramos – me dijo aún con vergüenza en sus ojos

-Sientate, o se enfriará- ella asintió y comenzamos a comer, y a hablar de cosas mundanas, y sin importancia, de ese modo pude ver que poco a poco disminuía su vergüenza. Cuando terminamos de comer ella se levanto de la mesa y me dijo:

-Gracias... estaba delicioso

-La cena o lo que hicimos en mi cuarto? – pregunte intentando sacar el tema, ella se ruborizó, era se veía tan tierna...

-La cena... aunque... lo otro tambien me gustó

-Si quieres lo repetimos... porque a mi tambien me ha quedado gustando

-La verdad es que me gustaría darme un baño, la lluvia y eso que paso me ha dejado algo... sucia- me dijo con una pequeña sonrisa en su rostro.

-No hay problema, pero no tardes, tambien quiero ducharme- le dije, pero ella creo que no me oyó y corrió hasta el baño.

Me quede en mi cuarto, hice la cama nuevamente, y Luna continuaba en la ducha.... Esta chica si que se toma largos baños- pensé. No Aguantaba más la curiosidad y quise ver que hacia... pero no pude ver nada, estaba tras la cortina. Entonces entré

Castiel, Mi rebelde Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora