Concurso Literario [Cerrado]

Al Pie del Cardo Negro

  Al Pie del Cardo Negro  by Elizabeth Black  

Una bella mujer pelirroja se encuentra sentada en un restaurante, está fumando un cigarro y su expresión la delata, espera a alguien. Mientras espera se para a admirar el ambiente. Logra oír algunas risas, platos, gritos de júbilo, copas chocando unas con otras, mientras divisa lo que cree que es una pelea en un balcón iluminado por la potente luz roja de un poste cercano. Son dos adolescentes chillonas gritando, y por lo que llega a sus oídos, son palabras como: "no", "zorra", "pareja" y "vestido". La joven se pregunta si no se dan cuenta que crean un horrible ambiente con su griterío, pero de seguro no les importa, puesto que son más jóvenes que ella, sabe que tienen más futuro por delante, y si se siguen comportando así, según su opinión, muchos obstáculos. Finalmente sale la más alta del edificio y puede observarla dando pasos pesados, como una rabieta. Su pelo negro vuela con una corriente de aire. Ahora, de más cerca, puede ver que lleva una cadena igual a la suya: Blanca y corta. Pero nadie parece superar a la elegante mujer pelirroja en su belleza, y en la forma de llevar esa fina cadena de oro blanco que roza ligeramente con el escote de su vestido color azul de terciopelo. Aquel vestido es una pieza de arte, ligeramente acampanado y resplandeciente, y el color es similar al índigo del cielo de esa preciosa noche en París. Nunca había usado un vestido añil tan sublime como aquel que ahora viste, y a pesar de su discreto busto, muchos hombres se dan vuelta a mirarla.

"Es el vestido, debe serlo" piensa.

Pero antes de poder siquiera seguir razonando acerca de sus adjetivos, Un muchacho rubio se sienta en la silla de adelante suyo y le sonríe. Era por quien ella aguardaba. Los ojos color esmeralda del hombre irradian un brillo seductor, pero ella presiente que es un tanto peligroso. Ambos piden Ostras, para esa noche especial. La mujer paga, y esto le hace suponer al muchacho que la joven tiene mucha plata, y toma nota de eso. Una vez llenos, el muchacho agarra la mano de la pelirroja y bruscamente la lleva a la parada de coches, la muchacha siente sus manos cálidas y fuertes, pero también siente un poco de temor, él nota aquello y le sonríe, ella como respuesta tan solo ríe, se siente como una niña haciendo una travesura, y el joven no tan joven piensa aprovecharse de eso.

Una vez acomodados en la acogedora casa de la muchacha, el hombre toca los labios de su amante. Esta le sonríe. Se dedican a mirarse a los ojos, y desatan una pequeña batalla. Ella está sentada en las piernas del hombre y el hombre encima de un sillón estilo capitone color granate de la sala, la mujer de pronto se para y se dirige a su habitación, el hombre siente que debe seguirla, y eso hace. Ella lo lleva hacia su cama y abre el cajón superior de un enorme mueble de madera antiguo que se encuentra enfrente de ésta. De ese cajón saca una caja de madera con una tapa lisa, y la apoya en la mesa de luz derecha, en la parte superior se puede leer "Afrodita", que posiblemente es la marca del objeto que protegen esas seis maderas unidas en forma rectangular. Mientras saca el objeto que ahora se ve como cuerdas, el joven sonríe y por primera vez entiende las intenciones de la joven, la cual ahora lo sujeta a la cama con unas finas correas de cuero. La pelirroja se quita sus joyas y las deja en la parte superior de la mesa de luz derecha, cerca de la caja. El vestido lo deja arriba de una elegante silla tapizada, y abajo de esta coloca sus zapatos color plata. El hombre ve el porta-ligas de la mujer y cree que se trata de un juego previo a lo que van a hacer luego.

"¿Me vas a hacer suplicar?"

"Voy por algo especial", dice la joven a su amante ignorando la pregunta y sin dejar de sonreír. El hombre es encantador y no puede resistirse a guiñarle un ojo. Mientras que él planea acerca de lo que hará con toda esa riqueza luego, y si después de un "accidente" puede conseguir parte de su herencia. Y eso le lleva pensar que le llevará tiempo aparecer en su testamento, no hace mucho que sale con ella, y aunque ya ha hecho esto antes, sabe que es no es tan fácil.

Un ruido lo saca de sus pensamientos y la ve entrar. Ella humedece sus labios, para un último beso, y luego, saca un artefacto perfectamente afilado del porta-ligas que anteriormente había presumido. El hombre ve la delgada hoja de la navaja y grita. La joven se acerca aún más. El joven Intenta resistirse, pero la fuerza con la que está atado no le permite salir. La muchacha sonríe complacida y siente como la adrenalina corre por sus venas.

"Apuesto que no te esperabas eso, ¿verdad?, ¿acaso pensabas que era tan fácil?, ¿Querías suplicar? —grita la muchacha con ira— Bien, ahora vas a ver lo que es suplicar, idiota."

Siente como de pronto la furia la carcome por dentro. Una furia expectante e impaciente por salir. Una furia que aún permanece exenta de nombre y carente de propósito. No, carente no, tiene un motivo muy claro. Los periódicos dicen que es una vengadora y de alguna manera una defensora, puesto que ha matado criminales y asesinos, pero nadie sabe que ella lo hace por el puro placer de ver sangrar y suplicar a sus víctimas, burlándose de aquellas almas desgraciadas que captura y caza. Es un monstruo que se alimenta de las debilidades ajenas, que acecha en las noches pacíficas como aquella.

Su cuerpo se tensa y jura que puede oír a su propio corazón salirse del pecho, y suena casi como el reloj de pared, se siente perfecta.

Es una homicida muy minuciosa y reflexiva, pero sabe que aquello no le impide dejar su huella personal.

Oye las súplicas y gemidos ensordecedores del hombre que tiene enfrente y decide que ha llegado el momento, pero esta vez se enoja aún más al escuchar las plegarias que de la boca del joven salen.

"Dios es cruel, es por eso que es un dios. No te dolerá menos si rezas, pero me sorprende tu insistencia por creer que esos señores con barba y una coronita amarilla flotante van a salvarte" le advierte y ríe frenéticamente.

"No, por favor te lo suplico, por lo menos mátame con con dignidad" le implora el hombre ya sin voz.

"La gente nace con dignidad, pero la dignidad va desapareciendo a medida de que su ego va aumentando. Nadie en este puto mundo muere con dignidad ¡¿Me oíste?!" Grita interrumpiéndolo. Y al pronunciar estas últimas palabras clava la navaja en la garganta del hombre, quien minutos antes lloraba desconsoladamente.

Pronto los gemidos van apagándose, muy lentamente, mientras que la sangre se esparce muy lentamente.

"Gracias por dejarme el piso sangriento, cariño. Esta alfombra es Persa original" Le reprocha al hombre ya sin vida. Pero no pude negar la sonrisa de satisfacción que ha aparecido en su propio rostro.

Aún falta algo, lo sabe. La mujer atraviesa la carne del hombre con la navaja dibujándole una terrorífica y espantosa sonrisa para luego meter el cadáver en una bolsa de consorcio y conducir hasta el bosque y dejarlo allí, al pie de un "Cardo negro".

GRACIAS POR PARTICIPAR CON TU OBRA

Jurado numero 1: Esto me ha encantado, una trama totalmente desconcertante, con un poco de todo, un vocabulario increíble que te deja la adrenalina por las venas y unas descripciones informadas y bien construidas. Del uno al diez, diez.

Jurado numero 2: Estoy sorprendida por el giro dramático que tomo la historia, me encanto que sea super original y que como ya menciono el Jurado 1 se nota que te informaste, por ejemplo el tipo de sillón, la marca de la alfombra, todo eso son pequeños detalles que cuentan y ni hablar de la ortografía. Del 1 al 10, 10. Quiero animarte a que sigas así porque escribís muy bien, con ímpetu.

Jurado numero 3: ¡Hola! Pues estoy anonadada, me has trasmitido todas las emociones que la pelirroja vivió, absolutamente todas. No has entrado en detalles que la mayoría cree importantes para formar una buena obra, como los nombres de los personajes y esas cosas, simplemente has dicho lo justo. Tu amplio vocabulario, las descripciones y tu forma de escribir es única. Me ha encantado, y mi puntuaje es un 10. En el mail que nos has enviado has dicho que no sabias si hacer de este escrito un cuento corto o un prologo. Pues para mí debería ser un cuento corto, porque el prologo implica una novela(creo, no se mucho del tema) y tu historia ya esta lista así, es decir, en mi opinión es perfecta así sin dar detalles como nombres y cosas de ese estilo que normalmente implicaría una novela. 

Esperamos haberte ayudado y te agradecemos por dejarnos leer y comentar tu obra.

PLUS: PARA QUIENES NO SEPAN UN CARDO NEGRO ES UNA FLOR.