Apenas llegue a la casa me encerré en mi habitación esperando a que llegue James. Estaba aburrida y necesitaba estar con alguien o sino moriría de aburrimiento.
Cuando suena el timbre, bajo corriendo y dando pequeños saltos. Sonrió y lo invito a pasar. Subimos a mi habitación y al parecer los chicos aún no habían llegado ya que había un silencio en la casa que no es normal con la presciencia de ellos.
James comienza a explicarme sobre la vida del humano y su evolución y creo que no fue tan buena idea que viniera. Le tengo cariño, pero a él, no a su cerebro.
—James, podemos dejar el trabajo para después, se entrega la próxima semana ¿No? —le digo suplicando.
—Si, es para la próxima semana pero es mejor terminarlo ahora —dice haciendo una mueca. Acepto a regañadientes y terminamos de hacerlo rápidamente. No fue tan terrible como pensaba que iba a ser y sí, ayude.
Salimos al patio trasero a jugar cartas, les cuento, tengo una seria obsesión con ellas.
Tiro las cartas cuando veo que perdí— No se vale, eso es trampa —me cruzo de brazos como si fuera una niña pequeña, también les digo que era una muy mala perdedora a veces, solo a veces.
James se ríe de mi actitud y propone que hagamos la revancha.
Estaba haciendo un baile o como yo lo llamo, el baile del ganador, movía mi cintura y mis brazos al compás de una canción en mi mente. Esta vez fue James quien tiró las cartas.
—Te gane, te gane —empecé a repetir a medida que hacía mi esplendoroso baile. James se empieza a reír de mí baile pero luego se une a él— Tu no tendrías porque estar celebrando.
—Quería ver cómo se sentía hacer este hermoso baile —dice con sarcasmo, le saco la lengua y ambos seguimos bailando, hasta que escuchamos unas voces que provienen del interior de la casa y me acuerdo que vivía con los chicos, rayos.
—Necesito que me ayudes a hacerle una broma a Mr. Bipolar —hablo bajo.
Me mira confundido— ¿Mr. Bipolar? —asiento.
—Tate, a él le digo así ya que, bueno, es bipolar —le digo obvia.
—Bueno, te ayudaré pero lo vemos luego, ahora me tengo que ir —caminamos hacia la puerta y me despido de él, veo como se aleja y llega a su casa, si, vive muy cerca de la mía.
Cierro la puerta y ahí estaban los chicos mirándome de brazos cruzados, levanto una ceja— Me pueden dejar pasar, quiero ir a mi habitación —hablo fría, no estaba enojada con todos solo con Tate, o tal vez si lo estaba con todos pero en menor grado. Y me gusta hacer la ley del hielo, se siente cool.
—No puedes estar enojada con nosotros si vivimos en la misma casa —dice Travis.
—¿Por qué no? —pregunto interesada.
—Porque tendrás que hablarnos de una forma u otra —esta vez habla Jake.
Asiento lentamente — Les estoy hablando ahora mismo y sigo enojada con ustedes, así que si puedo hacerlo —sonrío triunfante.
Siento mi celular vibrar en mi trasero y atiendo inmediatamente, no me di tiempo de ver el nombre en la pantalla— ¿Si? ¿Quién habla? —pregunto.
—¿Tan rápido te olvidaste de mí? —conozco su voz al instante y sonrío al saber quien era.
—¿Ya te aburriste sin mi? —bromeo, se me hace fácil hablar con él con total confianza, es como si nos conociéramos hace años. Una conexión que pocas veces se encuentra.
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Plan T
Teen FictionMis papás y yo pensamos que lo mejor es irme lejos, muy lejos. Geográficamente hablando, Londres. Allí, me quedaré con mi primo Jake, la persona que me ayudará a crear maravillosas aventuras, aunque esto no es del todo cierto. No es la persona, si...