Capítulo 36. Admiradora Secreta

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Mañana volvía a la escuela, ya estaba acostada y lista para dormir. Lo único malo era que no podía dejar de pensar, mi cabeza seguía recordando ese estúpido beso, estúpido pero increíble beso.

Me sentía mal porque Tate era amigo de Tyler pero la verdad es que no tendría porque estar así, Tyler tiene novia y a él claramente no le importó que le haya dicho que me gustaba. Admito que Tate siempre me había parecido lindo pero nada más, me gustaba nuestra relación de niños inmaduros, era divertida pero en ese momento estaba que explotaba y el verlo ahí, hablando sin parar me hizo querer callarlo de golpe.

Volví a suspirar.

Tocaron la puerta y ni me inmuté en responder, total, sabia que era Aaron, porqué Kate no iba a ser, aún no existía mucha confianza y el hermano de ella todavía no lo conozco, así que lo dudo.

—¿Emm, estás despierta?

—Nop —respondí y al instante me di vuelta para mirar en su dirección. Se rió sarcásticamente y se acercó a mi cama— ¿Qué pasó?

—Nada, quería ver si estabas durmiendo —se encogió de hombros y me revolvió el pelo.

—Aww, que tierno —pellizqué sus mejillas y arrugué la nariz— Ya, enserio ¿Qué querías?

—¿Acaso no puedo venir a ver si estás dormida? —respondió haciendo un puchero.

—Mmm, nop, psicópata —lo miré con fingido miedo. Él rodó los ojos y se sentó a mi lado.

Vi la hora en mi celular, este marcaba las doce un cuarto. Suspiré y cerré los ojos agotada.

—¿Qué te tiene así? —preguntó Aaron de pronto.

—¿Cómo así? —no pretendo contarle lo qué pasó con Tate, eso no debería ni saberse ni recordarse.

—Sé que algo te inquieta —su comentario me sorprendió, este chico si que sabe, le iba a preguntar cómo fue que lo supo pero antes de formular siquiera una letra me interrumpió— Lo sé porque si.

Lo miré extrañada—¿Acaso eres un mago?

¿Qué te sucede? Últimamente crees que todos tienen poderes.

Ellos me dan razones, no es mi culpa.

—Sé que es algo con Tate —abrí los ojos y por poco se salen de mi rostro. Me alejé de él con rapidez y comencé a balbucear nerviosa— ¿Qué escondes niña?

Se empezó a acercar a mi y a medida que él se acercaba, yo retrocedía como podía, ya veía que me caía de la ca...

Mi trasero dio contra el suelo causando un gran estruendo, hice una mueca mientras trataba de salir de las sábanas.

Me había caído con todo.

La risa de Aaron se hizo presente, al igual que mis ganas de querer golpearlo. Me levanté como pude y acomodé las sábanas, al terminar me giré hacia mi queridísimo amigo, quien seguía carcajeándose de mi desgracia.

—Idiota —lo golpeé suavemente en la espalda.

—¿Sabías que dices mucho idiota?

Blanqueé los ojos encontrando la respuesta perfecta para su comentario— ¿Será porque está lleno de ellos?

Mi sarcasmo ganó esta partida y choqué los cinco mentalmente.

—Volviendo al tema—ay, no de nuevo—¿Qué te traes con Tate?

—Nada —respondí rápidamente, arruinando así mi intento por pasar desapercibida.

Aaron alzó una ceja y luego comenzó a menear ambas, tragué con nerviosismo y hablé rápidamente— Tateyyonosbesamos.

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