Capitulo Seis

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  Traté de ignorarlo, pero su silencio me estaba frustrando. Zayn no era así, algo grave debió de haberle sucedido aquella tarde para que se encontrara de esa manera, tan callado. Dejé de prestarle atención a la película, mi mente daba vueltas preguntándome la razón de su comportamiento y entonces de reojo pude notar que una lagrima resbalaba por su mejilla. Reaccioné al instante, tomé el control remoto y puse pause; y enseguida me volví a él.

–Zayn, ¿Qué tienes? ¿Estás bien? – Pregunté asustada.

Él me miró, limpiándose aquella lagrima. Se acercó a mí y me envolvió entre sus brazos en un abrazo. Me sorprendí por aquel gesto, pero no pasaron más de cinco segundos cuando yo también lo abracé. No sabía lo que sucedía, pero podía sentir que estaba buscando apoyo, consuelo. Le acaricié la espalda con cariño. No dijimos nada. Podía oler su perfume, un olor esquisto para mí. Podía estar así el resto de la noche y no me molestaría en absoluto. Entonces sentí como comenzaba a separarse de mí, en resistencia dejé mi mano en su cuello y la otra en su pecho, lo miré a los ojos y él a mí. Parecía muy abatido.

– ¿Qué pasa? – Pregunté, fruncía el ceño ligeramente.

Él agachó la mirada.

–Ellie...terminó conmigo – Murmuró.

Solté un respingo y me llevé una mano a la boca

– ¿Qué? ¿Por qué? – Dije rápidamente y volví a abrazarlo.

Sentí como se encogía de hombros mientras se dejaba envolver por mis brazos. No podía creerlo, hace poco acabamos de hablar de su relación y todo parecía ir bien, ¿Qué había pasado?

–Me dijo que... –Suspiró frustradamente y se pasó una mano por la cara – Pasaba mucho tiempo contigo.

Lo miré con los ojos como platos.

–Zayn, ¿terminaron por mí? – Dije sorprendida – Eso no puede ser, yo... debes de decirle que yo no tengo nada contigo. Es más, ve y arregla todo con ella yo... me voy ya me has ayudado bastante, ya puedo irme...

–No... Zayn me tomó de las manos y negaba con su cabeza – No puedo dejarte así nada más de nuevo en la calle

–Claro que puedes – Le contesté sin alterarme.

–No, tú no tienes la culpa de nada. Tú no eres el problema – Afirmó.

–Pero... – Acababa de decir que a ella no le gustaba que pasara tiempo conmigo, ¿Cómo estaba eso que yo no era el problema?

–Yo se lo dije desde el principio, yo le dije que quería ayudarte – Explicó – Pero nunca estuvo del todo de acuerdo.

Fruncí el ceño, confundida.

–Verás ella... –Vaciló – Es una persona que ve muchos prejuicios en las personas, y obviamente a ti te tenía en un mal concepto.

Eso no me sorprendía, había vivido un par de años sabiendo que la gente tenía malos conceptos de mí solo con verme.

–Traté de involucrarla en esto, quería que te conociera, que hablara contigo, que fueran amigas al igual que tú y yo... –Explicó – Pero nunca quiso. Me molestaba mucho que no me apoyara en esto, algo que es importante para mí. Discutimos muchas veces

–Sigo diciendo que es mi culpa...

–No, Michelle, ella era la del problema – Murmuró abatido y dejó caer la cabeza mirando hacia el piso.
Pude notar como otra lagrima resbalaba por su mejilla, mi corazón se estremeció de verlo así. Me acerqué a él y lo tomé del mentón, obligándolo a que levantara la mirada. Limpié su lágrima con mi pulgar.

–Enserio la amaba– Susurro

No podía quitarme de la mente que de alguna forma era mi culpa, si Zayn no me hubiera ayudado y me hubiera dado todo lo que tenía en ese lugar, tal vez las cosas estarían bien. ¿Pero era yo tan importante como para dejar a alguien que de verdad amaba? ¿Yo valía la pena? Yo no lo creía, no era la mejor persona por la que Zayn debía dejarlo todo.

–Yo... debería... lo siento

–No – Susurró él – Todo va estar bien, aun te tengo a ti... y te pido que te quedes...
Me miró, no podía decirle que no a esa mirada, que aun triste era realmente hermosa. Suspiré y tomé su mano, apretándola con fuerza. Él me sonrió
Nos quedamos de aquella forma durante un rato, un muy largo rato. Yo ya no sabía que decir y al parecer él tampoco. El silencio era bastante cómodo. Por mi mente cruzó un pensamiento..., tenía que decirle algo a Zayn, algo que por miedo no se lo había dicho días atrás. Estaba aterrada pero era necesario hacerlo, así arreglaría algunas cosas, tal vez. Si yo de verdad valía la pena para él, debía de hacer un esfuerzo de hacer lo mejor para mí. Me di cuenta que yo no había sido del todo buena para él, mis actitudes, mis evasiones sobre mi vida pasada, mis mentiras, y aun así me tenía en un altar. ¿Qué veía en mí que los demás no? ¿Qué era lo que hacía que yo valiera tanto para él?

–Zayn... –Susurré interrumpiendo el silencio.

–Dime – Contestó él también en un susurro.

–Tengo que decirte algo – Me volví a él, quien me miraba con duda.

Me quedé un poco más en silencio, mi corazón latía a mil por hora y la mirada penetrante de Zayn estaba sobre mí. Mojé mis labios con delicadeza y exhalé.

–Ven... –Dije parándome, sin soltar su mano.

– ¿A dónde vamos?

–Tú solo sígueme – Murmuré, dirigiéndome a la puerta.

Era ilógico decirle que me siguiera, porque mi mano entrelazaba la suya y no iba a soltarla.

– ¿Por qué me has traído hasta aquí? – Preguntó Zayn cuando salimos al aire frio.

Nos encontrábamos en la azotea del hotel, había quince pisos por debajo de nosotros y la ciudad se veía espectacular desde esa altura.

No contesté a su pregunta, me abracé a mí misma, ya que el frio viento me puso la piel de gallina. Luego me acosté en el piso, mirando las estrellas. La presencia de Zayn se sintió a mi lado unos segundos después, se había acostado también y cuando me volví respingué al ver su cara a solo unos centímetros de la mía. Él se rio y lo imité.

– ¿Qué quieres decirme? – Preguntó aun con esa sonrisa que me dejaba sin aliento.
Suspiré y volví la mirada de nuevo al cielo.

–Hay cosas de mí que debes saber – Musité y tomé aire - Yo... soy de un pueblo que está a unas horas de Londres, se llama Reading, ahí solía vivir. Mi familia siempre fue un caos. Mi padre era un loco desquiciado, que golpeaba a mi mamá cada vez que se le antojaba, la trataba como la mierda. A mí y a mi hermana, nos aterraba esa situación, nos daba mucho miedo. Y claro, cuando queríamos defender a mi mamá, también recibíamos golpes. No podíamos hacer nada.
Cuando crecí, cada vez me daba más cuenta de la gravedad del problema – Al recordar, sentí un nudo en la garganta y mi vista comenzó a nublarse - Comencé a defender a mi mamá más, y los golpes fueron más fuertes y con más frecuencia. Yo le dije a mi madre muchas veces que nos fuéramos, que esa situación era insoportable. Prefería vivir en la calle a estar así en un hogar donde solo había violencia. Y ella no quiso – Se me quebró la voz cuando lo dije - No me hizo caso, y no entiendo por qué demonios se quedó. Yo no aguanté más, no podía quedarme ni un segundo más en esa casa. Era lo bastante grande como para valerme por mi misma, así que me fui, abandoné mi casa, abandoné a mi escuela y a mi familia. Me alejé sin mirar atrás. Con tan solo unos meses para cumplir dieciocho años.
Sentí como una lágrima se resbalaba por mi mejilla, pero la limpié rápidamente.
–Llegué a la ciudad y no perdí el tiempo, comencé a trabajar. Como era menor de edad solo me contrataron en empleos que no eran muy mal pagados, pero yo de alguna manera tenía que sobrevivir, tenía que salir adelante por mi cuenta. Trabajaba todo el día, por las mañanas en un restaurant de comida rápida, por las noches en un bar. En ese bar me tocó conocer a personas... no malas... simplemente con problemas, al igual que los míos. Leslie, también trabajaba ahí, era dos años más grande que yo y la diferencia de edad no nos impidió llevarnos tan bien. Le conté mis problemas, en mi familia y sobre la falta de dinero. Entonces me contó lo que ella hacía para ganarse mucho más dinero que en ese bar de mala muerte.  


Through The Dark (Zayn Malik) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora