Me despierta mi tono de Sorry sonando a toda voz. Lo busco por mi mesilla de noche pero ahí no está, está en el suelo tirado.
Lo cojo a toda velocidad. El que llama es el chico del super del otro día. ¿Para qué me llamará tan pronto?
- Tiara.—Me dice él cuando yo cojo la llamada.
- ¡Hola!
- Hey, perdona que te llame tan pronto, esque ya llevo mucho tiempo despierto y me aburro, ya sé que es una escusa muy mala para despertarte pero... ¿Qué te parece si paso a por ti en la universidad?Estaría bien quedar con él, necesito conocer chicos nuevos. Desde que salí con 'ese' chico no me he atrevido a intentarlo con otros así que quedaré con Éric.
- Genial. (Respondo yo)
- Bien, te veo luego guapa.Cuando cuelga son las seis y media, sigo sin entender por qué me había llamado tan pronto porque eso de aburrirse no me lo creo.
Abro mi armario y tanteo entre mi ropa. Ya que después tengo una especie de cita me gustaría vestirme con un bonito vestido pero claro, él se acaba de mudar y le dije que le iba a enseñar la ciudad así que si me pongo un vestido me tendré que poner unos zapatos de vestir, no unas zapatillas.
Al final elijo un vestido ajustado gris, no muy largo con unos zapatos de poco tacón y un collar dorado, aunque por si acaso me he metido mis Convers blancas en el bolso.Acabo recogiéndome el pelo en un bonito moño y soltándome algunos rizos por delante. Me pinto los ojos y me paso un pintalabios de un color rojo claro, no muy fuerte.
Mientras que voy pasando por los pasillos de la universidad para llegar a mi clase veo que mucha gente se me queda mirando, la verdad esque cuando me he estado arreglando no había pensado que iba a llamar tanto la atención. Menos mal que me he puesto mi trenca, si no me moriría de vergüenza.
Cuando llego a clase me acerco a John, un viejo amigo y le saludo animosamente.
- ¡Hola cara penee!
- Señorita Tiara, cuanto tiempo. No me has hablado en dos días. Eso duele.
- (Cómo me ha llamado me hace reír)
Perdona John, no he tenido tiempo ni para mí.Se acerca y me da un abrazo. Cuando me separo veo que lleva una sudadera negra de marca y unos pitillos ajustados con sus AirForce blancas.
La ropa que lleva le queda genial con su pelo negro desaliñado y sus ojos azul marino.
- Capullo que guapo vas.
- Pues como siempre, en cambio de ti no se puede decir lo mismo. Eres tan fea que ni con esa ropa pareces guapa.Me río y le doy un codazo. Le encanta picarme pero le conozco, no lo hace con maldad.
- ¡¿Qué buen humor por aquí no?!Me giro y veo a Dani. No me esperaba verle aquí, no sabía que se había apuntado a esta clase, aunque bueno, difícil saberlo si no viene nunca.
Me lancé a sus brazos, le había hechado de menos.
- Que me vas a tirar Tiara. Como se nota que hoy estreno colonia nueva, las tías se me tiran encima.
- Sabes que eres irresistible Dani.Le dije guiñándole un ojo. Y lo decía de verdad, hace unos años me había gustado Dani, normal, con lo guapo que es. Tiene el pelo de un rubio oscuro, ojos marrones claros, es alto y fuerte. Pero nuestra relacción falló cuando empezó a irse por malos caminos, apenas le veía. Por eso me alegra encontrármelo.
- Como tú, peque, ¿por qué tan guapa?
- He quedado luego.
- ¡Ayy! Yo que te iba a invitar a comer...Me quedé de piedra pero después vi que estaba bromeando, menos mal.
Apenas he prestado atención en clase, Dani y John han estado haciendo payasadas todo el rato. Salgo bastante contenta de clase por haberles visto.
Cuando abro la puerta de salida me encuentro un Lamborghini negro precioso con Éric recostado en él.
Me acerco lentamente intentando que no me vea y justo cuando voy a gritar para asustarle se gira y me dedica una sonrisa que me deja embobada.
- Menuda pringada. ¿Te pensabas que me ibas a asustar? ¿A mí? (Me dice Éric bromeando).
- Noo, esque me gusta andar despacio (Le digo riéndome).Me meto con él en su coche y como me pica tanto la curiosidad no tardo en sacar el tema de su coche.
- Me gusta tu coche ¿sabes?
- A mí también.
- Se ve que tienes dinero.
- Sí bueno, no me va mal en mi trabajo.
- ¿En qué trabajas?
- Soy abogado.
- Ohh.
- ¿Y tú en qué vas a trabajar?
- Quiero ser escritora.
- Yo pensé que me ibas a decir que querías ser profesora.
- Yo tampoco pensé que tu ibas a ser abogado, tienes pinta de gasolinero (le digo para picarle).
- Ya, demasiado sexi para ser abogado ¿verdad?
- No, demasiado imbécil (le digo sacándole la lengua).
- Así que imbécil...Éric empieza a girar el coche de un lado para otro muy rápidamente, si cree que con eso me va a asustar lo lleva claro.
Abro la ventana y dejo que entre el aire, me gusta la velocidad y esos giros bruscos me hacen sentir adrenalina por dentro.
Me giro y me acerco a su oído.
- "Esto me gusta más que asustarme" (le susurro).Él me sonríe con una mirada traviesa, entonces acelera y quita la vista para mirarme a mí.
- No pienso mirar hasta que no me digas que no soy imbécil.
- ¡Éric mira a la carretera!
- Dime lo que quiero oir y lo haré.
- No me gusta mentir, lo siento.
- Bueno, pues moriremos estrellados. Es una pena, no voy a poder hacerte el amor nena.Le miro, sorprendida por lo que acaba de decir.
- Pues sí, que pena. Aunque tampoco sueñes, tú y yo no íbamos a hacer el amor. Y ahora mira a la carretera, que te acabas de meter en dirección contraria.
- No.
- No lo voy a decir y ahora, Éric, porfavor.
- No, no. ¿Qué no soy?
- Listo, no eres muy listo si piensas que soy yo la que va a perder.
- ¿Ahora es una competición?De repente veo un camión enorme viniendo de frente hacia nosotros.
- ¡Camión! (le grito).
- ¡Admite que no soy imbécil!
- ¡Además de imbécil eres gilipollas! ¡Coge el volante!Gira la cabeza hacia ambos lados negando. Veo que el camión está justo en frente. Me subo encima de Éric, agarro el volante y lo giro con todas mis fuerzas haciendo un derrape que nos deja justo en la vía de servicio.
- Te admiro nena, esa maniobra ha sido flipante (me dice Éric).Cuando me doy la vuelta para mirarle le veo sudando y mirándome con adoración. Le sonrío y suelto un suspiro que no sabía que estaba aguantando.
- Eres imbécil Éric (le digo).Entonces él comienza a reírse a carcajadas y yo le imito, casi morimos por una gilipollez pero no iba a permitir que un hombre que no conozco sea tan engreído conmigo. Éric no me conoce y si sigue así va a conseguir conocerme pero que muy bien.
- Nena, me estás poniendo cachondo meneándote encima mía.Abro tanto los ojos al oir eso que él suelta una carcajada al verme la cara. Rápidamente me siento en mi asiento.
- Ah, y no te creas que esto va a quedar así preciosa. Yo no permito que nadie me llame imbécil y si no lo retiras pronto...Te arrepentirás.
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Recuérdame olvidarteⓒ
Teen Fiction-Déjame, ¿vale? -No pienso permitir que te hagas daño tú sola mientras yo me muero por no tenerte cerca. -Haberlo pensado antes, ahora es demasiado tarde. Y además, ¿tú que sabes acerca de si me voy a hacer daño o no? -Porque te conozco y sé que no...