Oigo a lo lejos el sonido de una llamada.
Me levanto perezosamente y ando descalza y como un topo ciego hacia dónde proviene el ruido.
Cojo el móvil sin mirar quién llama siquiera.
-¿Si?
-¿Dónde coño estás Tiara?Nada más oír su voz me quedo paralizada. Esa puta voz que me deja sin respiración, sólo de oírla puede causar que se me escapen algunas lágrimas que son demasiado valientes como para quedarse siempre dentro de mí.
-¿Tiara?-Me pregunta Cristian, ahora más tranquilo.
-¿Qué quieres ahora Cristian?-Le respondo con la voz más firme que puedo poner en estos momentos.
-Que vuelvas conmigo.-El corazón se me hablanda al escuchar esas palabras.
-Tiara respóndeme porfavor.
-No estoy en condiciones de estar cerca tuya ahora, Cristian.-Le confieso.
-¿Cómo que no estás en condiciones? ¿Ese cabrón te ha tocado?-Me dice furioso.
-No, no... Él nunca me tocaría en el sentido que tú dices. No es el tipo de persona que eres tú.
-No me gusta ese tipo, Tiara.
-Tu vida tiene que ser muy triste para tener que andar insultando a alguien que no conoces para creerte importante.-Le suelto, sabiendo que esas palabras le dolerán. Oigo como él suspira hondo e intenta relajarse.
-Necesito verte.-Me dice.
-Pues yo necesito alejarme de ti.
-Dios Tiara, no me hagas esto.
-¿Qué cojones quieres que haga Cristian? ¿Hacer como que tú no has pegado una paliza a mi novio o hacer como que tú no me has llamado zorra?
-Oh bueno, si venimos con esas, ¿por qué no fingimos que no hay nada entre nosotros? ¿que yo no siento nada por ti?-Se me escapan unas cuantas lágrimas más al oírle decir eso. Me afecta mucho todo lo que él me dice e imaginarme que él sólo ha estado jugando conmigo...Me rompe por dentro. Desgraciadamente se me escapa un pequeño sollozo y él lo escucha.
-Tiara no llores, ¿dónde estás? Porfavor, Tiara.
-Quedamos en cinco minutos en la palmera de en frente de mi casa.-Le digo.Necesitamos aclarar muchas cosas, aunque sobre todo, aclararme a mí misma.
Sin darme cuenta tropiezo y caigo al suelo, torciéndome el tobillo y provocando que yo me sobresalte y empiece a detonar de forma alarmante las lágrimas que había estado aguantando desde el incidente de esta tarde.
Estos días no habían sido fáciles, me encuentro en un estado de nervios tal, que no sé qué hacer para no derrumbarme completamente del todo.
Con lágrimas aún en la cara, cojo el abrigo y me lo enrollo alrededor del cuerpo y salgo de casa después de dejarle una nota a Éric diciendo que debo resolver unos asuntos.
Todavía es de noche y me siento estúpida andando por la calle con una camiseta de tirantes (por la que se me ve ve el sujetador, cosa que doy gracias por llevar puesto y que no me lo haya quitado para dormir) y unos pantalones de arco iris y unicornios por la calle.
Cuando por fin llego, apenas me caen lágrimas y parece que el trayecto que he recorrido para venir hasta aquí me ha relajado un poco.
Me siento en el suelo y apoyo la espalda en la gruesa palmera.
Me seco las lagrimas y ma tapo todo lo que puedo con el abrigo pero desgraciadamente, la cremallera está rota.Siento como me tapan los ojos e intentan levantarme del suelo, instantáneamente se me pasa por la cabeza Diego y Tony.
Meto una patada hacia atrás y acierto dandole al agresor en la entrepierna, aunque en cuanto oigo su voz al quejarse por el golpe me giro para ver la cara de Cristian.-Joder, perdona. Me has asustado-Le digo, arrepentida por haber actuado sin pensar.
De repente, su estado de ánimo cambia completamente y me dedica una pequeña sonrisa. Seguidamente me coge de la mano y me guía hacia una mesa de madera que está a unos pasos de donde nos encontrábamos anteriormente.
Yo me subo encima de la mesa y me coloco en posición de indio. Él, en cambio se sienta en los asientos de la mesa y sube la mirada para poder observarme.
Veo como sus ojos recorren todo mi cuerpo y se quita la sudadera para dármela.
-No quiero tu sudadera, además, póntela, no es bueno verte en camiseta de manga corta delante de mí.-Le digo. Él pone una sonrisa arrogante y levanta una ceja.
Yo coloco su sudadera a mi lado, no pienso ponérmela.Me agarra la mano y entrelaza lentamente sus dedos con los míos.
-¿Ves nuestras manos?-Me pregunta sin mirarme a la cara.
-Sí.
-¿Y qué piensas de ello?
-¿De qué estén juntas?-Le pregunto, aún sin entender lo que quiere decirme.
-Sí.-Me dice lentamente, y noto miedo en su voz al pronunciar esas dos letras. Le sujeto la cara con la mano libre que tengo y se la levanto, haciendo que me mire a los ojos.
-Que son preciosas, pero peligrosas al mismo tiempo.-Le respondo. Parece que él no es capaz de aguantarme más la mirada porque la aparta y cierra los ojos, y se queda así durante un minuto.
-Pues a mí no me parecen peligrosas, me parecen un lugar de calma, porque sé que si los dueños de esas manos quieren, por mucho que tiren de los lados para separarlas, estas seguirán unidas.
-¿No te das cuenta de que lo que tú dices no tiene sentido? ¿Que lo único que vamos a hacernos es daño al estar juntos?Cristian afloja un poco la presión con la que me sujetaba la mano y aprieta más los ojos, para mantenerlos bien cerrados, intentando aguantar las putas lágrimas que intentan salir de sus ojos.
-A veces no te entiendo.-Me dice susurrando.
-Nunca me entenderás, de eso se trata.
-Pero yo te quiero entender, Tiara. Quiero formar parte de tu vida, quiero ayudarte a sacarte del hoyo en el que estás metida pero desgraciadamente, veo que al intentar salvarte, he cavado uno más profundo alrededor mío.Comienzan a caerme algunas lágrimas y los sollozos empiezan a oírse cada vez más fuertes.
Cristian me agarra la mano y, aunque no me lo diga con palabras, noto que la sujeta como si el mundo estuviese entre mis dedos.
-Odio vivir de esta forma, Cristian, pero no sé cómo hacer que eso cambie.-Oigo como él coje aire.
-¿Sabes qué?-Me dice, yo le miro dándole a entender que siga.-Que he llegado a la conclusión de que no podré alejarme de ti hasta que no lleguemos a ser algo en concreto.-Cristian...-Pronuncio yo en voz baja, intentando asimilar lo que acaba de decir, esque... no sé qué hacer, no sé qué es lo que siento.
-Me gustan tus labios cuando pronuncias mi nombre.-Me dice, yo me giro para mirarle a los ojos y veo que está observando fijamente mis labios y se está acercando poco a poco, cuando está apunto de rozarlos me mira a los ojos, para ver si le doy permiso, sin esperármelo ni yo misma me inclino yo hacia él y le beso.
Sonrío mientras nos besamos, noto como él se aparta para mirarme y yo me sonrojo un poco.
-No vuelvas a decir esas cosas tan bonitas, que me pones muy nerviosa y haces que se forme un debate dentro de mí intentando decidir si coger y largarme o matarte a besos, provocas conflictos dentro de mí.-Le digo sonriéndole, él me devuelve la sonrisa,es entonces cuando él levanta la vista y me mira a los ojos y sin salir ningún sonido de su boca pronuncia: "déjame ayudarte a aclararte".
Y seguidamente, me besa.
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Recuérdame olvidarteⓒ
Fiksi Remaja-Déjame, ¿vale? -No pienso permitir que te hagas daño tú sola mientras yo me muero por no tenerte cerca. -Haberlo pensado antes, ahora es demasiado tarde. Y además, ¿tú que sabes acerca de si me voy a hacer daño o no? -Porque te conozco y sé que no...