CAPÍTULO_11

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Llamo a la puerta del apartamento de Cristian.
Le he llamado esta mañana y le he dicho que hablaré con él. Quedamos en que vendría a las cinco a su casa y aquí estoy.
Oigo unos pasos, veo como se abre la puerta y aparece él sin camiseta y con el pelo completamente despeinado.
Me quedo embobada mirándo su pecho desnudo.
Suelta un bostezo que me hace salir de mi aturdimiento y entro en su casa.

Un olor a maría entra en mis fosas nasales y hace que me arrepienta de haber venido.
Tiene la casa completamente desordenada aunque el piso es muy grande.

Cristian me indica que me siente en una especie de cojín enorme.
Al sentarme noto como se adapta a la forma de mi cuerpo y Cristian se ríe de mi expresión. Yo le saco la lengua y me acomodo en mi asiento.
-¿Sabes que eres la primera chica que entra en mi casa sin otro motivo que para acostarse conmigo?-Me dice.
-Pues mira que no me sorprende.

Cristian se levanta.
-¿Quiéres algo para beber?-Me pregunta.
-Agua.
-Venga ya. Para pedirme eso no subas, te voy a traer una cerveza.
-No, no quiero una cerveza entera.
-Bueno, pues la compartimos.-Me dice, y me guiña un ojo.
Yo pongo los ojos en blanco y saco mi móvil mientras reviso mis mensajes.

-Aquí tienes.-Pone en la mesa una lata de cerveza.
-¿No tienes vasos?-Le pregunto.
-No, están todos sucios.

Me levanto y ando hacia su cocina, oigo los pasos de Cristian detrás de mi y un suspiro.
No pienso beber de la misma lata que beba él.
Cojo uno de todos los vasos del fregadero y le paso una valleta.
Cristian suelta una carcajada.
Vuelvo al salón y me hecho un poco de cerveza en mi vaso.
-Vale, ahora que la señorita ya se ha puesto un vaso porque la da asco beber de la misma lata que yo, podemos hablar ¿no?-Me dice con una sonrisa burlona.
-Sí. Cuéntame en qué tengo que hacerte caso y debo confiar en ti, anda.-Él me fulmina con la mirada.
-Aunque ahora te lo estés tomando a cachondeo para mí es importante, no quiero que te pase nada.-Al oir esas palabras me sorprendo, le miro.
-Cristian estás raro-Le digo sonriendo. Él me devuelve la sonrisa.
-Como ves, la maría me afecta.-Me dice. Creo que esa ha sido la primera vez en la que me he reído con él. Su risa es grave y lenta. Se nota que no se suele reir.

-Vale, haber quiero que no salgas de casa sola.-Le miro, riéndome por dentro de lo que me está pidiendo. Según eso que me acaba de decir, no puedo ir ni a comprar el pan.-Debes tener siempre hechada la llave y no debes abrir la puerta del portal o de tu propia casa sin preguntar antes, ya sé que suena a niña pequeña pero es lo que hay.
-¿Y si quiero comprar el pan? Por ejemplo. ¿Qué hago? ¿Llamo a Silvia para que me acompañe? Venga ya, hombre.
-Pues sí, la avisas y si no puede ya me avisas a mí o a Clara o a tu novio o a quien sea. Pero no vallas sola.
-Vale, todo eso a fin de cuentas lo puedo seguir. Pero, ¿supuestamente en qué debo de confiar en ti?
-En que te vas a quedar durante aproximadamente durante una semana en mi casa.-Este chico sufre problemas cerebrales, no hay duda. Me entra la risa floja cuando oigo lo de quedarme una semana en su casa.
No puedo parar de reirme y a él según veo no le parece tan gracioso como a mí, él está mirándome con el ceño fruncido y hace que me ría más. Intento parar de reirme pero no lo consigo, veo como Cristian se levanta enfadado y se mete en su pasillo.
Cuando ya han pasado algunos minutos consigo calmarme. Casi me afisio con la risa de las narices.

Él vuelve con su ceño fruncido y al verle otra vez así casi me vuelve a entrar la risa, pero me contengo.
-No sé a qué cojones le ves la gracia.-Me suelta casi gritando. Eso me hace volver a pensar que tiene problemas, primero es protector y ahora me grita... Yo le sonrío, para joderle.
-A que me pidas que me quede en esta pocilga, eso me hace risa.-Le suelto. Él suspira fuerte.
-A ti no es a la que le tiene que gustar la casa, es a mí. A mi gusta mi casa y si tú te tienes que quedar para que no te pase nada, pues te quedas. Además, ya sabes que te están vigilando. Hace poco te han enviado un mensaje en el que había una foto de ti en tu puerta. Necesitas quedarte, no es una opción, es más bien una obligación.-Entrecierro los ojos y le miro.
-¿Cómo mierdas sabes tú lo del mensaje?
-Porque mientras tú te descojonabas de mí, yo he cogido tu móvil y te he mirado las llamadas y los mensajes.-Ahora soy yo la que suspira, y varias veces además. Porque era eso o lanzarme hacia él y dejarle calvo de tirarle del pelo.

-¿Por qué debo quedarme una semana en tu apartamento?-Le pregunto.
-Porque ellos ya saben donde vives y he pensado que si te tiras un tiempo sin aparecer por tu casa pueden llegar a pensar que esa casa no es tuya y que es de Silvia.-La verdad esque tiene sentido lo que dice.-Pero no puedes decirle absolutamente a nadie que te vienes a mi casa. Por seguridad.-Aún así no se lo iba a decir a nadie, no creo que sea bueno para mí que mientras tengo novio la gente vea que me voy durante una semana a casa de otro chico.
-Vale, ¿cuando traigo mis cosas?-Le pregunto.
-Ahora mismo.-Cristian se levanta y se mete para dentro, un minuto más tarde sale con una camiseta blanca con grafitis, horrorosa.
-Esa camiseta va a hacer que pote de lo fea que es.-Le digo.
-¿No te gusta? Pues no mires.-Me responde cortante.

Salimos de su casa y, por obligación, cogemos solamente mi coche porque Cristian dice que debo dejar el coche en algún otro sitio como un parking de un centro comercial para que no averigüen que estoy en su casa.
Recojo algunas cosas que voy a necesitar y me las guardo en una mochilita que tengo blanca de Nike.
Aviso a Silvia de que me voy a pasar unos días en casa de una amiga y me voy.

-Si voy a tener que vivir una semana en tu apartamento quiero que lo ordenes un poco o que lo limpies.-Le digo.
-Ts, que te crees que porque la reina venga aquí yo voy a limpiar.
-Oye, por cierto, ¿dónde voy a dormir?
-En el salón, en mi sofá. Agradece que no te obligo a dormir en el suelo.-Le lanzo una mirada de odio y me meto en el pasillo buscando el baño.
No tardo mucho en encontrarlo, solo hay dos habitaciones a las que ir, o la suya, que según he visto agradezco dormir en el salón porque su habitación da asco, o el baño, que menos mal, está limpio.
Coloco mi neceser rosa y me cambio de ropa para ponerme el pijama, así voy cómoda.
Me hago un recogido en el pelo y me hecho unas cremas en la cara.
Después me retiro esas cremas y me lavo la cara. Me rugen las tripas, salgo del baño y me dirijo a la cocina, veo a Cristian comiéndose un bocata.
A su lado hay otro exactamente igual.
Me siento en frente suya y empiezo a comérmelo, es de jamón con tomate y está delicioso.

Creo que se ha sorprendido porque me lo ha acabado antes que él, y eso que yo había empezado más tarde.
La comida que me gusta me la como rápidamente, en cambio, la que no me gusta, puedo llegar a tardar casi dos horas.
Me levanto de la mesa y empiezo a meter todos los platos y vasos al lavavajillas.
-Cuando termines de cenar, lento, metes tus cosas al lavavajillas.-Le digo, y antes de oir su respuesta salgo de la cocina y me tiro al sofá a ver mi serie favorita.
Mientras veo la serie se me pasa por la cabeza comprar ambientadores, porque el olor de esta casa me causa nausias.
Ya me imagino su cara cuando le comente mi idea.

¡Hola a todos!
No me ha dado tiempo a subir el Capítulo 11 antes de año aunque ese era mi propósito porque siempre acabo cambiando de opinión sobre lo que pongo y me vuelvo loca yo sola.
Aunque no haya podido subirlo en el 2015 (que raro suena decir eso, la verdad) lo he subido en el 2016 y así estreno el año nuevo.
Gracias a todos los que estais leyendo "Recuérdame Olvidarte" por apoyarme aunque una de las personas que más me ha ayudado ha sido RomiCoscia (¡seguidla, es muy maja!), ella ha recomendado mi libro en su último cápitulo de "Caminos Cruzados", que por cierto, es una historia muy bonita de una chica y un chico adolescentes, está muy interesante y a mí me gusta mucho la historia, os invito a que paseis y la leais, seguro que os gusta.

Y bueno, ¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!

Recuérdame olvidarteⓒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora