Capitulo 8

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"Abrázame, hace frío"
Y lo hizo.
El pensó que hablaba del invierno.
Ella a lo que realmente se refería era a lo de adentro.
—Anónimo.

—Que tonto eres —Decía yo riendo y luego le daba un sorbo a mi café.

—No lo niego —Respondió Damian mientras echaba para atrás y para delante la silla en la que se encontraba sentado— ¿Quieres otra cosa?

Damian me había invitado a tomar un café y yo cedí, fue extraño hacerlo tan rápido pero creo que ya empezaba a tomarle un poco de confianza.

—Veo que tienes una adicción por el latte vainilla, te lo has tomado de un solo sorbo —Dijo él y agarró mi vaso para botarlo.

—Me calienta el interior —Respondí y sonreí pícaramente.

—Eres todo un caso Jhudy Shay...

—Y... No lo niego —Respondí y limpie la comisura derecha de mis labios con la lengua.

—Voy a pagar, ¿quieres alguna otra cosa? —Preguntó el parándose de su asiento.

—Te diría que sí sin pena si quisiera algo, pero no gracias —Respondí, el río y me guiño el ojo.

Me quede viendo a las personas que estaban en el local, una tierna escena de lo que parecía ser una abuela con su nieta de unos cinco años, dos parejas cursis de novios que se ponían helado en la nariz y creo que una adolescente con un niño en brazos y un hombre con muchas rastas, no parecía el padre del bebe pues la chica era rubia igual que el bebe, y el tipo era moreno y parecían estar conociéndose apenas. Me quede observando la escena hasta que sentí una mano en mi espalda que me hizo rebotar en la silla.

—¿Te asuste? —Decía Damian riendo, lo fulmine con la mirada— Lo siento Jhuds.

—Ay no me digas Jhuds, Damian. Odio los apodos —Reproche.

—Pues... Tendrás que soportarlo.

—Supongo, a ti también te será fácil soportar mi puño en tu cara —Dije molesta y el vacilo— ¿Nos vamos ya? Estoy cansada.

—Si eso quieres, yo quería que habláramos por un rato —Agachó la cabeza y se despeino el cabello.

—Si eso quieres...

Ya no me quedaba más que aceptar, y esta vez no era solo porque debía hacerlo simplemente me daban ganas de hacerlo, me sentía acompañada y hace mucho que no sentía eso. Luego de mi radical cambio de personalidad deje a mis amigos y me volví solitaria y reservada, así que esto no me iba a hacer mal.

—Que tal, si te preguntó algo y luego tu a mí. Sabes, para conocernos mejor —Asentí mientras masticaba una pajilla que estaba en el vaso del café que había tomado, cuando Damian boto el vaso le saque la pajilla pues siempre las masticaba.

—¿Eres virgen? —Pregunte.

—No, pero fue hace mucho tiempo la chica se fue de la ciudad días después y más nunca la vi.

—Así de malo serás —Reí y él se sonrojo y luego también lo hizo para disimularlo.

—Mi turno, ¿eres virgen?

—¿Tengo cara de serlo? —El río y se rascó la cabeza. Torpe, torpe, torpe.

—¿Te has emborrachado?

—La verdad no. ¿Tu?

—¡Porque preguntas cosas que ya sabes? ¡Dios! —Me eche a reír— Eso es muy obvio Damian tu me viste hacerlo.

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