Capítulo 6

23 4 0
                                        

Me despierto con un dolor de cabeza insoportable, siento que me la están martillando. Me levanto aturdida de la cama y puedo notar que no es mía. Comienzo a ver todo a mi alrededor, en eso puedo notar que un tipo sexy está en la cama en la que minutos antes estaba acostada durmiendo. Abro los ojos como platos, es el mismo de anoche. Dios, ¿qué hice? Miro mi cuerpo y veo que estoy desnuda, solo me cubre la sábana, suelto un gritito de espanto. Noto cómo el 'Chico sexy' se queja y empieza a abrir los ojos y a pestañar para que su vista se acostumbre a la claridad. Jalo la sábana para que me cubra más el cuerpo y... oh oh. Gran error. Él estaba igual de desnudo que yo.

-¿Coraline? ¿Sigues aquí?- me pregunta un poco confuso. Debo admitir que se ve adorable y sexy. Grr. Ok, ya. Concéntrate Coraline. Pienso en lo que acaba de decir y me le quedo viendo con cara de '¿es en serio?' que, supongo, entendió porque se puso los ojos en blanco a él mismo. –Okey, es obvio que sigues aquí.- Me dice, ahora soy yo la que rueda los ojos. Tiene una voz ronca, Dios, qué hombre.

-Sí, sigo aquí, genio- Le respondo con voz de retrasada. Escucho su grave risa y sonrío. Pero esa sonrisa no dura mucho en mi cara, ya que el dolor de cabeza está matándome.- ¿Qué pasó anoche?- Digo haciendo una mueca y tomando mi cabeza entre mis manos. Es turno de él para mirarme con una cara de obviedad.- ¿Tú y yo...- No logro terminar la frase, porque, pues, me da vergüenza decirlo en voz alta.

-¿Tú qué crees, genia?- Me responde con una sonrisa arrogante y divertida a la vez.- No tienes por qué tener vergüenza, es normal entre los adolescentes, además, ayer estabas más que encantada, no te quejabas.- Me dice viéndome con sorna.

-Pues, resulta que estaba borracha, genio.- Le respondo.- ¿Cómo te llamabas?- Le pregunto con una sonrisa de vergüenza e inocente. Rueda los ojos y sonríe divertido.

-Lyden, wow, en serio estabas muy ebria, mira que olvidarse de mi nombre- Dice chasqueando la lengua.

-Mira, no es mi culpa que ayer bebiera de más- se me queda mirando.- Okey, sí es mi culpa, pero tú debiste tener un poquito de sentido común y no tirarte a una ebria.-Le digo ya un poco enojada. No sólo yo participé.

-Ya cálmate fiera, no saques las garras aún.- Me guiña un ojo. Dios, ¿por qué haces tipos tan calientes? Juro que me derrito. Mierda Lyden ¿por qué eres jodidamente guapo?

-Mejor cállate y dame una aspirina o algo, por favor que me estoy muriendo del dolor.- Le digo haciendo ojitos y un ridículo puchero. Espero no verme tan ridícula como me siento.

-Está bien, ya vuelvo- Me responde con rastro de diversión en su voz. Se pone unos bóxers que están tirados a un lado de la cama y sale de la habitación. Mientras sale me quedo viendo su hermoso, redondo y grande trasero. Lo envidio. Vuelve como a los 5 minutos con un vaso de agua y un par de aspirinas.- Ten, fiera- me guiña su hermoso y sexy ojo.

-¡Vaya! Gracias- Le digo con sarcasmo.

-No es nada, fiera.- Me dice con aires de grandeza. Tremendo tonto. Se me queda viendo de arriba abajo y no puedo evitar sonrojarme, cuando llega a mi cara alzo una ceja, esperando a que se avergüence o algo por el estilo, pero sólo ensancha su hermosa sonrisa.- Veo que te has puesto tu ropa interior, fiera.

-Obvio, ¿puedes dejar de llamarme fiera?- Ni siquiera sé por qué me llama así.

-Si puedo, pero no quiero, fiera-Ruedo los ojos y me le quedo viendo fijamente.- Es que ayer eso parecías, eres digna de que te llame así, me complaciste, y no muchas, por no decir ninguna, ha logrado hacer eso. ¿Eres ninfómana o algo por el estilo?- Me pregunta haciendo que abra mi boca y los ojos exageradamente. ¿Qué le ocurre? Sólo lo he hecho muy pocas veces, todas muy incómodas.

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora