Quédate

Capítulo 8

-Vaya, vaya, vaya- Dice la plástica con un deje de asco y desagrado en la voz. –Pero si es la queridísima Elizabeth y su nueva amiguita- Me mira de forma despectiva.

¿Okey? Ni siquiera me conoce y ya me odia. Creo que es la famosa Samantha que me comentó Ells, en serio parece una perra sin sentimientos. No, espera. Una perra plástica sin sentimientos. Sí, suena mejor, mucho mejor. Es de esas personas que solo con verlas te caen mal.

-¡Oh! Sam, que agradable sorpresa- Responde Ells con sarcasmo. No puedo evitar soltar una risita burlona. Samantha curva sus labios en una sonrisa un tanto psicópata. Da realmente miedo. Rara.

-Ay, muchas gracias, lástima que no pueda decir lo mismo de ti.- Le guiña un ojo y pone toda su atención en mí. -¿Y tú eres? –Me pregunta "amable".

-Un humano, claramente.- Respondo obvia. Me mira como si fuera estúpida.

-Me refiero a tu nombre, amiga.- Escupe con asco.

-Eso hubieras preguntado desde un principio, amiga.- Uso el mismo tono. – Mi nombre es Coraline, pero sinceramente no creo que te importe, dado que no tengo la más mínima intención de tener algún tipo de relación o vínculo contigo. Así que si nos disculpas, Elizabeth y yo tenemos cosas más importantes que hacer un lunes por la mañana que hablar con una estúpida plástica como tú. Sin más que decir, adiós.-Le digo guiñándole un ojo y mandando un beso volado en su dirección abriéndome paso entre su grupo de perras falderas arrastrando a Ells conmigo. Dejando a una perra, digo, Samantha con la boca abierta. Sonrío para mis adentros.

¿Qué creía? ¿Que me podía intimidar con su grupo de perras? Nunca. Estoy más que acostumbrada a tratar con personas así. Ya que fui porrista en mi antiguo instituto y la mayoría de las porristas eran perras.

-Eres increíble- Me dice Ells. Sonrío con suficiencia.

-Lo sé.- Le guiño un ojo divertida y suelta una carcajada.

Toda la mañana ha sido de lo mismo. Presentaciones, miradas lascivas de parte de los barones, miradas de asco, asombro, envidia y amistosas de parte de las mujeres. Yo ignorando a casi la mayoría. Ells hablándome en todas, TODAS, las clases. Llamadas de atención de parte de los maestros hacia nosotras por la misma razón. Coqueteos de idiotas. Susurros y cuchicheos acerca de mí. En fin... lo normal.

Al fin es hora del descanso. Lo que significa que al fin voy a comer.

Camino con tranquilidad y seguridad en la cafetería sintiendo que me perforan la espalda con sus miradas. En serio.

No saben disimular.

Localizo a Ells en una mesa de en medio junto con cuatro chicas más platicando animadamente. Agarro una bandeja y voy hacia donde está la bendita y hermosa comida. Decido que un poco de grasa y muchas calorías es lo que necesito para poder relajarme de este estresante día, así que pongo en la bandeja una deliciosa hamburguesa, papas fritas y un poco de aros de cebolla. Pago y me dirijo hacia la mesa.

-Hola Ells, hola chicas.- Saludo con una amigable sonrisa.

-¡Hola Cory! Justo estábamos hablando de ti.- Me dice Ells. –Mira, te presento a Alisson- me señala a una rubia de ojos verdes brillantes y sonrisa de comercial. Le hago un saludo con la mano y me responde del mismo modo. –Ella es Deborah –Ahora me señala a una castaña muy bonita con una piel bastante bronceada, le saludo del mismo modo que a Alisson y responde igual. –Esta otra es Tabatha- me señala a una pelinegra de piel sumamente blanca y unos ojos grises totalmente hermosos y atrayentes, me saluda con una sonrisa sin mostrar los dientes y asiento con la cabeza. –Y por último, pero no menos importante está Iona.- Es una morena de ojos mieles, buen cuerpo, agradable sonrisa, MUY hermosa, a decir verdad. Despega la vista de su celular y me abraza. Ok, raro. Le devuelvo el abrazo algo confundida. –No te preocupes, así es ella. Es la más cariñosa de las cuatro.- Me dice Ells al notar mi incomodidad.