Capítulo 1

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Entré apurada al estudio de tatuajes. Se suponía que tendría que haber llegado a las 8a.m y casi daban las 9 a.m.

Ahí estaba Marc con una sonrisa de oreja a oreja, siempre planeando algún golpe.

《Sonríe capullo,  te voy a devolver las bromas que me gastes》-pensé recordando como el día anterior ese hombre me había llenado los cajones de mi escritorio de espuma de afeitar.

En el estudio aún estaba de aprendiz, por el momento solo diseñaba tattoos, en su mayoría old school. La verdad es que Marc, que me estaba enseñando a manejar la máquina de tatuar, era un chico genial, fácil de lidiar si no fuera por sus novatadas. Sólo en un mes había cedido muchas responsabilidades en mi.

Era un chico guapísimo alto con el cabello rubio cobrizo, ojos azules grisáceos , sonrisa afable y físico musculado... Lo que se llamaría un Adonis.

Recuerdo que el primer día, fui a la entrevista acompañada de la única persona que conocía en la ciudad, Yara. Ella había sido mi salvación la que me habló del puesto, conocía a Marc al parecer desde niños. Realmente le tuve envidia al verlo.

Aún puedo sentir como me  quedaba boquiabierta ante aquel hércules tatuado.

Me acomode en mi escritorio diseñando los encargos de los clientes de esa tarde.

《Marc está muy tranquilo hoy no ha hecho ni dicho nada aún... algo está tramando》-medite, mientras me centraba en dibujar en condiciones un velero que se resistía a salir bien.

-Naira, despierta ¿No ves que ese barco parece un cacahuete ?- dijo Marc jocoso, pegado a mi espalda con la cara junto a la mía y su mano en mi hombro.

- SÁCATE DE AHÍ- dije riendo, nerviosa apartando su mano.

Normal que estuviera nerviosa hacía un año que cortará con el otro, desde ese día que un chico se acercara más de dos palmos de mi cara suponía que respondiese de forma irrespetuosa en una actitud de huida.

-Venga mujer con lo guapa que eres nerviosa- seguía con la cara pegada a la mía- ¿Es que no te gusta jugar conmigo porque dibujas cacahuetes en vez de barcos?- susurro en mi oído, sentí el calor de su aliento en la oreja causando me un escalofrío que erizó la piel de mi nuca.

- A callar musculitos- dije entre risas. Lo que no me esperaba, es que él fuera a girar la silla en la que aún estaba sentada.

- Naira Naira Naira, como tu tan sola- canturreando se acercó más a mi.- hasta las 12:30 a.m no tenemos ningún cliente...

-¿ QUÉ PRETENDES NO ME JODAS?- dije gritando y riendo nerviosa, pensando que sería una de sus bromas pesadas. Desde el principio le gustaba ser quien pusiera nervioso a la otra persona.

Él negó con la cabeza, compuso una sonrisa pícara encantadora y empezó a pegar la cara a la mía frente a frente.

《¿ Que hace por que se pega tanto? -pensé nerviosamente mientras contemplaba como Marc se inclinaba-¿será una broma? 》

En el instante en que rozaron sus labios con los míos sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, sus brazos me rodearon obligando a levantarme.

《Por favor controla te Naira ¿que estas haciendo?- pesaba- debería detener todo esto no puede ser que esto este pasando con Marc, es el jefe.》

-¿Qué te pasa pequeña porque tiemblas?- dijo con una sonrisa Marc, yo apenas había percibido el temblor de mi cuerpo.- ¿es que te pongo nerviosa?... o... ¿es que no sabes que hacer pequeña?

Que le había dado ahora a este hombre por llamarme pequeña, no lo sabía ... no podía pensar solo sentía sus manos tibias deslizarse por mi piel, ¿Cuando había conseguido tocarme por debajo de la camiseta? Hice lo mismo, metí mis manos por su espalda y lo apreté más contra mi cuerpo. Sentía todo su "ímpetu" enorme y abultado apretándose  contra mi entrepierna.

En un segundo estaba encima del escritorio sentada frente a el con las piernas rodeando su cintura.

《¿Será esta mi oportunidad de vengarme por sus bromas? -pensaba a la vez que mis manos descendían hacia su pantalón- ¿no será muy cruel para el?... bah podrá superarlo》

Hice el ademán de forcejear con  su cinturón, estaba jaleando no dejaba de besarme el cuello y se notaba que lo estaba deseando.

-¿tienes muchas ganas Marc?- susurre melosa a su oreja, lo cual causó que el calor de mi aliento le erizara la piel.

- Si... por favor si ...- enterró la cabeza entre mis pechos mientras los agarraba con las dos manos y los besaba, lo cual causaba que estuviera apunto de perder el control.- No me hagas sufrir más.

No pude evitar sentirme poderosa y soltar una carcajada, él levantó la cabeza y me miró haciendo pucheros. Marc ya sospechó lo que yo iba a decir.

-Lo sentimos, le informamos al musculitos que las  piernas de este establecimiento está señorita están  cerradas.- dije imitando esa voz nasal de las cajeras del supermercado.

No podía parar de reír al ver la mirada triste de Marc, era como ver a un perro suplicando comida con la cabeza ladeada y los ojos tristes.

-Malvada mujer- dijo con un tono tristón fingido haciendo pucheros.

- Anda, anda... ya quisieras que fuera mala...-dije recuperando el aliento.- ahora por favor ponte a trabajar, después todo son reproches sobre que nunca tengo el boceto a tiempo o que mi barco es un cacahuete.

Continúe con los bocetos hasta las 7 p.m, que fue cuando Marc desalojo al último cliente.

Limpie la sala y el mientras adecentaba y desinfectaba los útiles de tatuar, sentía su mirada en la nuca, como si de verdad estuviera frustrado de no haber podido tomarme desde un principio.

Recogí mis cosas y emprendí el camino hasta la casa de Yara, donde podría relajarme... a no ser que Marc aceptará la invitación que ella le hiciera hace un par de días cuando viniera a comer conmigo.

Recuerdo salir del estudio caminar un par de segundos, sentir el mundo desaparecer y la voz de Marc gritando mi nombre.

Y después todo era oscuridad.

Respirar [#ECAwards 2016 \\#Amantesdelasletras ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora