Sentí las manos cálidas de Marc acariciandome la cara, seguía con los ojos cerrados apoyada sobre algo cálido y blando.
《¿Que me había ocurrido? ¿un bajón de azúcar?- intentaba recordar si ese día había comido algo más que una barrita de cereales- eres estúpida Naira tienes que comer, ponte una alarma. 》
Intente abrir los ojos, la claridad me cegada en un principio lo único que podía distinguir era la silueta difusa de Marc... pero ¿en donde estaba?
- Naira, no seas dormilona espabila- esa voz... Era de Yara sin duda- quedamos para hacer de las nuestras y empiezas sin mi.- oí y sentí como Marc reía mientras me sostenía la cabeza en su regazo.
Estaba enfadada y desorientada, solo alcance a responde emitiendo una queja con el ceño fruncido.
- Esta preciosa cuando se enfada, parece una niña.- dijo Marc acariciandome la cara, Yara río interpretando el comentario como una de sus bromas.
- Anda que el día menos pensado me matas de un disgusto. Menos mal que Marc estaba hay, me llamo. Estaba preocupada menos mal que el te trajo aquí a su casa.
Mire mi alrededor, estaba en la sala de estar en un sofá de palets pintados en negro y con los almohadones blancos. Enfrente de mi una pared vestida con un televisor de plasma enorme, y a su alrededor un montón de fotos de Marc con sus amigos y familiares.
Daba una imagen tan dulce de Marc, era como si debajo de tanto músculo, tinta y bromas aun existiera ese niño indefenso ligado a la familiar. Ese tipo de niños que no puede ser...- Yo... no se como agradecerte esto Marc, debería volver a c....- dije intentando incorporarme, pero fui incapaz de acabar de finalizar la frase al perder la fuerza de los brazos.
- No te levantes estas débil...
- No deberías volver a un, podrías perder las fuerzas y hacerte daño.- dijo Marc con cara de preocupación, parecía sincero así que asentí y me dejé mecer por él, y que Yara me diera pizza y un refresco. Permanecí relajada escuchando las bromas entre Marc y Yara mientras fumaban.
A las 10 p.m Yara recibió una llamada de la cafetería donde trabajaba.
-... ¿y como no se ha presentado?- dijo Yara claramente molesta a su teléfono móvil-... bueno si es porque esta enfermo no me molesta ir a suplir lo... si señor ahora voy... claro no te preocupes estaré hay en 10 minutos.
Colgó, nos miró a Marc y a mi. Yo ya hacía unos minutos que había logrado incorporarme y sentarme correctamente en el sofá.
- Bueno bueno tortolitos me tengo que ir, por favor no hagáis nada que yo haría.- río mientras cómic sus cosas de la mesita de café que presidía el centro del pequeño salón.
- Yo también debería irme- dije intentando ponerme de pié, una sensación invadió mi cuerpo cuando mis fuerzas volvieron a fallar y me caí al sofá.
- Tu mejor quedate antes de que te quedes seca en la calle del golpe que te darías al caer.- dijo Marc mientras me ayudaba a colocarme.- eres como un tronco
- ¡TRONCO VAAA! - grito Yara entre risas mientras desaparecía del comedor.- adiós pichones.
Nos despedimos del mismo modo, poco después se escuchó la puerta de entrada abrirse y cerrarse.
Marc me acerco a él, me beso el cuello y se me acerco al oído, como un niño pequeño que rindo contar un secreto o decir algo prohibido.- Me tenía usted señorita muy preocupado...- susurró acariciándome la cara,- que haría yo sin ti ahora.
- lo siento tanto Marc solo te estoy dando problemas, eres genial por ayudarme tanto- dije rodeando le el cuello con mis brazos pegando mi mejilla a la suya.
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Respirar [#ECAwards 2016 \\#Amantesdelasletras ]
RomanceNaira nunca esperaba que tras una infancia y adolescencia llena de odio hacia ella, la incomprensión del resto y la falta de deseo. A sus 20 años viviría todo este devenir sentimental atrapada entre dos pretendientes y conflictos en un ciclo constan...