Capitulo 3

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Sabía de ante mano que no debería de haberme alejado tanto de John o Caden después de la carrera. Era muy frecuente con toparte que la policía venía y tenías que tener algo con que poder salir de allí. Hacía tiempo que usaba yo mi propia moto, pero al volver pensé que no importaría. Realmente es que no le di importancia en ningún momento y ese fue un gran fallo para mi persona.

Mala suerte. Eso es lo que tenía. Axel. Él estaba empezando a cansarme de verdad. No iba a dejarle ir más allá, no esa noche. No la primera noche que nos conocemos.

No debía dejarme envaucar. Por favor, soy Kate Wells. Nadie puede conmigo. Nadie.

-Gira a la derecha - ordené a Axel.

-No pequeña. Te vienes conmigo a dar un paseo - dijo y pude sentir su sonrisa perversa aparecer en su rostro.

-No tengo problema en tirarme de una moto Axel - dije actuando una tranquilidad que no tenía.

-¿Te has vuelto aburrida? - bromeó.

No soy aburrida, gilipollas. Soy precavida. No pienso estar contigo a solas y creas que por eso puedes follarme. No vas a ganar facilmente.

De eso, quería concienciarme.

-Idiota - murmuré para sus oídos.

-Quiero que me acompañes a un sitio - explicó.

-¿Dónde? - pregunté interesada.

¿A su casa? ¿Qué conozca a sus padres? Tal vez que conozca a su perro, será el único que lo soporte.

-Ahora lo verás - contestó.

Aceleró la velocidad de la moto, ya había pasado el pequeño bloque donde yo vivía y me llevaba a la parte más alta de Stratford donde estaban todas las casas. Coches de lujo aparcados frente a sus casas, las luces encendidas de algunas habitaciones de adolescentes soñadoras con su chico rebelde o algún artista. Esas eran las peores. Soñaban cosas extrañas. Con su príncipe azul y creían tener una vida demasiado perfecta. Aquellas que nunca vieron lo mal que se puede estar, lo que realmente es necesitar el dinero para comprar una mísera barra de pan. Ellas no sabían de nada. Y aun así se quejaban de por que sus papás no les daban dinero para comprarse su par cien de zapatos. Sacudí la cabeza alejando todos aquellos pensamientos. No necesitaba ponerme enferma pensando en esas estúpidas. Divisé el paisaje que iba pasando justo a mi lado. Las casas se iban haciendo más grandes y más voluptuosas. Una música de fondo, electro pop parecía desde esa distancia, cambió todos mis sentidos y me centré en frente. Alcé la vista por encima del hombro de Axel y justo en frente vi una gran mansión, aquello no era lo que más llamó mi atención. Si no, que era una fiesta adolescente. Un desfase. Corrían algunas cosas por el aire, motos rugiendo, gente gritando dos nombres y victoreando a un ganador. No sabía en que territorio me encontraba y menos que estaba haciendo allí con Axel.

-Nunca te alejes de mi - ordenó frío.

Rodé los ojos. Como si fuese hacerlo. No reconocía esta parte de Stratford y menos podía investigar en un territorio jamás pisado.

No era una persona muy valiente, y si algún tipo quisiese pelea sabía que él era capaz de ganarme. Axel pasó las rejas de la gran mansión y siguió conduciendo por el césped hasta llegar al barullo de personas que estaban unidas en un circulo.

Aparcó allí la moto y, por que estaba yo también, habría asegurado que la hubiese tirado al suelo. Los dos salimos de la moto y yo detrás de él nos encaminamos dentro de aquel barullo.

Me hice entre la gente hasta quedarme justo en primera posición para presenciar una pelea ilegal entre un hombre algo más grande - de edad, físicamente le podía sacar como mucho un par de centímetros de más - y Axel.

Déjame volar #1 ( EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora