Metí más gas a la moto, ¿cuánto tiempo hacía que no la utilizaba? Dos años y medio podía calcular, y estaba como nueva, como si no hubiese estado años parada, tal vez Caden o Liam se encargaron de ella sin decirme nada, ellos eran capaces. Tampoco les daba importancia, si no, les agradecía el trabajo, mi moto estaba como nueva y estaba yendo de nuevo al polígono con ella.
Como los viejos tiempos, dijo una voz en mi cabeza.
Le di más velocidad, sabía los limites de mi moto y podía llegar a los dos cientos por hora en medio minuto. Mientras me iba acercando al polígono escuché los típicos gritos de gente animando a quien concursaba, la música alta y la diversión trasmitida a quilómetros.
Sonreí girando la esquina. Y allí estaba, la fiesta, mi estilo de vida, allí estaban de nuevo, nunca se marcharon.
Reduje la velocidad mientras me adentraba. De lejos vi a Liam que hablaba con John, ¿desde cuando John era tan amigo de Liam? No vi a Caden en ninguna parte, y quería que la primera persona en verme fuese él. Tal vez estaba concursando.
Giré a la derecha hacía la fuente, antes de llegar me desmonté de la moto y la dejé allí.
En el otro lado de la fuente posaba una silueta, parecía de una mujer y si mis oídos no fallaban esa chica estaba llorando, me acerqué con cuidado para no sobresaltarla y que se marchase, me senté a su lado.
La noche y la cortina de pelo que tenía no me dejaban ver su rostro.
-No voy a preguntarte si estás bien, sé que no. Pero te diré algo, ni la más grande de las cosas se merece las lagrimas de alguien - dije.
-Mi novio cortó conmigo, hace un par de días - sollozó. Esa voz me era familiar.
-¿Y qué haces aquí? Y todavía, ¿qué haces llorando? Deberías seguir adelante - contesté.
-No es fácil, ¿sabes? Owen me dijo que había otra.
Owen. Maldita sea. Era Jenna la que lloraba.
Owen la había dejado por otra, el muy cabrón. Tantos te quieros, tantos momentos románticos, y el muy cabrón la había dejado.
Tanta mierda para esto. Era un capullo y no me extrañaba que la otra fuese una apuesta.
Ellos son así, las apuestas eran su vida. Ellos nacieron solo para apostar a cuantas tías se podían tirar. Capullo. Gruñí.
-Joder Jenna, me cago en Owen - gruñí entre dientes. Jenna confusa derribó la barrera de su pelo y me miró. Sus lagrimas desaparecieron y la sorpresa tiño su rostro.
-¡Kate! - sollozó abrazándome. Confusa le devolví abrazo - ¿cuándo volviste? - dijo sin soltarme.
-Hace una hora, creo - susurré. Mis ganas de matar a Owen estaban aumentando por momentos.
-¿Cómo estás? - preguntó, esta vez si se separó de mi. Me levanté.
-La pregunta no es para mi. ¿Qué hizo el capullo de Owen? - pregunté mirando a sus ojos aguados.
-Se folló a Megan, sé que ella lo hizo por venganza, pero yo le quería. Y creía que él me quería igual - reprimió un sollozo.
-¿Dónde esta Jenna? - pregunté mirando a la entrada de la fuente, donde estaba el ruido.
-No, no hagas nada Kate, has vuelto, me alegro mucho. No sabía como pasar esto sola - dijo cambiando de tema.
¿Creía que me iba a quedar de brazos cruzados? Nunca pensé que Megan podría ser tan puta, con el perdón de la palabra. Sólo debías ver a Jenna para darte cuenta cuanto daño le había causado ese acto. La sangre me hervía. Iba a ir a por él.
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Déjame volar #1 ( EDITANDO)
Novela JuvenilAceleré la moto, no podía creerlo, esto era totalmente imposible. ¿En qué momento sucedió? ¿Cómo podía estar subida a una moto a más de dos cientos kilómetros por hora y sólo pensando en el maldito e idiota Axel Kydog? ¿En qué momento había vuelto a...