Capitulo 31

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-¿Qué haces aquí?

-Se dice que el alcohol te hace olvidar las penas.

-¿Qué te ha traído aquí?

-Me atraganté con falsas promesas, me atraganté con falsas sonrisas, me atraganté con una vida que no era la mía. Me atraganté de no poder ser feliz nunca.

-La solución no es el alcohol.

-Cierto desconocido, pero es lo único que me ayuda a olvidar, que hubo alguien que me dijo que iba a ser mi propio alcohol para olvidarme de aquello que necesitase.

-Huyes de la gente.

-Por que ellos huyeron de mi primero - agarré el vaso de Jack Daniels y miré al desconocido.

-Todos nos sentimos alguna vez solos - dijo poniendo más liquido en mi vaso.

-No es alguna vez. Hago daño a aquellos que me quieren y no los que me odian.

-La humanidad es estúpida. Por que cree en lo fácil, cree en que echarse la culpa a uno mismo sirve de algo. Tampoco sirve estarse aquí sentado.

-Odio a los que me aman. Amo a los que me odian. ¿No cree que es un problema mío antes que cualquiera? - le pregunté.

-Eres una chica demasiado fuerte y demasiado estúpida como para darte cuenta, que, aquellos que te quieren, van a seguir allí pase lo que pase.

-No hay nadie - le dije.

-Siempre lo hay. Sólo hay que encontrarlo.

-¿Me está hablando de amor? - pregunté alzando una ceja.

-No pequeña - negó con la cabeza - lo único que te estoy diciendo. Que deberías dejar de beber. Por que no es la solución. La tienes delante de ti, a punto de poder alcanzarla, y lo único que tienes que hacer es ir a esa dirección.

-Pero no hay nadie.

-Eso es exactamente lo que tu me te quiere que creas. Pero tu corazón no dice lo mismo.

-Creo que es por Jack por que no entiendo nada, pero, ¿a qué se refiere? - le pregunté.

-Oh, pequeña e ingenua Kate - sonrió negando con la cabeza. Yo en cambio miré la botella de Jack. ¿Cuánto había bebido? - te quejas de aquellas falsas promesas, cuando, en frente de ti. Están las verdaderas, tu mente sólo quiere creer que se acabó.

-Sabes mi nombre - fruncí el ceño.

-Tu también me conoces.

-Buenos días dormilón -grité en el oído de Caden.

Este gruñó y se dio media vuelta en su cama, me sentía mal por la chica pelirroja de al lado que estaba maldiciendo a toda mi familia en voz baja y en que momento había conseguido las llaves de casa. Si no me equivocaba, esa chica era Samantha, la nueva novia de Caden y la que dentro de ella tenía un pájaro, que ese pájaro sería pronto mi sobrino. Aún me costaba asimilar que mi hermano había dejado embarazada a uno de sus ligues de noche y ahora, le había dado la vena por ser una buena persona.

-¡Caden! - le grité de vuelta.

-¿Por qué no te marchas? - preguntó la chica mirándome con los ojos abiertos.

-Creo que no nos ha presentado el idiota de aquí - señalé a mi hermano - soy Kate y por lo que dicen los papeles soy su hermana pequeña... Y si no me equivoco, tu debes ser Samantha - le dije. La chica me examinó.

Déjame volar #1 ( EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora