Epílogo

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Kate se miró por ultima vez al espejo. Las bolsas de sus ojos eran aun más vistosas de lo que eran el día anterior. Había dormido unos veinte minutos aquella noche y era el récord de la semana que ella llevaba. Sus pesadillas habían aumentado y por mucho que quisiese dormir o estuviese cansada, Kate, tenía miedo a cerrar los ojos para sentir el silencio llenarle. Odiaba totalmente el silencio a su alrededor, se hacía incluso más molesto que el ruido.

El vestido corto por las rodillas, el escote palabra de honor y una americana lo complementaban con aquellas ojeras. Pero eso no era lo peor. Era mirar el color que tenía todo y se le revolvía el estomago de nuevo queriendo apartar la idea de llorar por horas. Kate iba a demostrar al mundo, que ella estaba pasando lo mejor en aquellos momentos de plena oscuridad. ¿Pero a quién iba a mentir? Sus ojos estaban incluso más vacíos que su corazón roto.

-Cariño, es la hora - llamó su madre desde el otro lado de la puerta.

Ella podía decir que su madre también lo estaba pasando mal, se había pasado la noche anterior abrazada a su hija cuando se despertó de una de sus tantas pesadillas. Ella fue la que le estuvo sosteniendo en sus brazos cuando creía que no iba haber nadie más para hacerlo.

Con todo el coraje y la valentía que le habían salido por si solos, hizo el camino hasta la puerta y antes de abrir, Katherine respiró hondo tratando de poner sus ideas claras por una vez y prometiéndose a si misma, que no iba a llorar por mucho que la parte trasera de sus ojos le picase.

En el salón, se concentraban todos. Caden esperaba que Sam le terminase de arreglar la corbata. Luca estaba sentado en el sofá junto con su prometida mirando a la televisión apagada. La abuela en la cocina con un whisky corto. La madre miraba a su hija con adoración en sus ojos de arriba abajo y sonrió de lado sin que esa sonrisa llegase a sus ojos. Por mucho que se sintiese orgullosa de aquella belleza que tenía como hija. Esa mujer no podía dejar de pensar en que su marido se estaba perdiendo aquella hija tan bonita que crearon.

-Estas preciosa cariño - dijo ella.

-No me gusta - Kate hizo sus labios en una linea.

-Sé que no es de tu estilo cariño - siguió ella.

-Hagamos esto pronto, no soporto más la espera - terminó Caden al otro lado.

Toda la familia en conjunto hizo el camino hasta la puerta de entrada. Kate la miró con aquellos ojos llenos de nostalgia, ella no quería hacer ese camino. Salir a la calle no era una de sus prioridades en ese mismo momento. Quería quedarse en la cama, quería estar ella sola, no quería a nadie más. Por que la persona que ella quería que estuviese en ese día, se había esfumado, no iba a estar sosteniendo su cara mientras le decía que no llorase por que era lo suficiente hermosa para estropear su cara con algunas lagrimas. Ella quería que estuviese allí aquellas personas que una vez le prometieron un para siempre pero se marcharon antes de hora. Y eso lo encontraba demasiado injusto.

Cuando Luca aparcó se sintieron todos como si una bola hubiese caído en ese coche. La primera en abrir la puerta fue Kate. Ella necesitaba salir de ese coche antes de que le diese un ataque allí por la falta de aire. Y cuando salió respiró lo más hondo que podía mirando donde exactamente le había llevado Luca.

El cementerio estaba abarrotado de gente que nunca había visto en su vida, tal vez si, siempre hay gente que se acuerda de ti antes que tu lo hagas. Sin embargo, esa era la ultima preocupación de ella , no le importaba lo más mínimo lo que les pasaba por la cabeza sobre ella o sobre toda su familia.

Caminó hacía la gente sin reparar que tenía que esperar a los demás. Quería verlo por sus propios ojos y empezar a hacerse a la idea que ella no estaba empezando a volverse loca. Justo cuando estaba llegando, todos aquellos miraban a Kate con esa mirada que expresaban oh, pobrecita odiaba dar pena en estos casos.

Déjame volar #1 ( EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora