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— ¿Por qué debo estudiar estas culturas si no seré historiadora? Ósea es así como se les dice a los que saben de historia ¿No? — le pregunto a Cecilia.

— Eh Sí. — dice nerviosa y encogiendo los hombros.

— No sé de estas cosas, entiéndeme, mujer. — digo cogiendo mi lápiz y dibujando una patata. Es que tengo hambre.

El maestro sólo dormía en su escritorio mientras nosotros hacíamos bulla o estudiábamos como yo, una niña aplicada. Noten el sarcasmo. Ni yo me lo creo.

Tomé mi móvil, busqué si había algún juego disponible pero sentí que alguien tiro una bola de papel en mi rostro. Volteé a ver quién demonios lastimó mi hermoso rostro y era el muy inútil de Agustín. Abrí la bola de papel y leí donde decía:

"No era necesario llamar puta a mi hermana." Agustín:)

"Tú eres igual, ósea un puto." Con cariño Karma:P

"¡Hey! Soy tu mejor amigo, deberías respetarme." Agustín:)

"¿Quién dijo que eras mi mejor amigo?" Karma:P

"Eso me dolió, Karma. Crash Crash... ¿Escuchaste eso? Fue mi corazón rompiéndose en mil pedacitos." Agustín:)

"Me llega altamente." Karma:P

"Mala." Agustín:)

"Hijo de Snow." Karma:P

"¿Kseso?" Agustín:)

"Dios. Sólo dejemos de hablar por bolas de papeles. Ósea estas sentado al lado mío." Karma:P

"Cierto." Agustín:)

— ¡HOLA! — grita.

— Demonios, gritas como una nena. — reía a carcajadas.

— Soy una nena. ¿Qué te pasa? — dice fingiendo botar su cabello a un lado.

— Eso fue muy gay de tu parte. — dije negando con la cabeza.

— Ahora, dime porque mi hermana y tú están peleadas. — preguntó curioso.

— Por el inútil de tu amigo. — dije furiosa.

Sólo quería que este día sea especial. Pasarla con mis mejores amigos que he podidos confiar en ellos en todo este año.

La pubertad en realidad no es tan fácil. Algunos empiezan a los 10 ó otros a los 13 como me pasó a mí.

De pequeña yo pensaba que todos podíamos ser grandes amigos confidentes, pero me confundí, porque los verdaderos amigos siempre están en las buenas y en las malas.

Cada uno de pequeño pensó que iba ser de sus vidas cuando estuvieran en la pubertad. Creo que nosotros mismo elegimos a nuestros amigos. Yo confié en dos grandes chicas pero a veces piensas que no siempre estarán ahí para ti. Ellas/Ellos a su tiempo cambiaran así como tú también lo harás.

— ¿Karma? — preguntó Agustín.

— ¿Sí? — le respondí y voltee a ver a Fernanda y pensé: ¿Ella es ó era mi mejor amiga?

El examen había empezado hace unos 4 minutos y yo ni me había dado cuenta. Realice todo lo que pude hasta que toco el timbre. Eso indicaba que era....

— ¡AL FIN! ¡TERMINARON LAS CLASES! —

«Genial. Ni siquiera tuve tiempo de hablar con Fernanda y Alexandra.»

Cogí mis cosas, entregué el examen al tutor y fui hasta el sitio de Alexandra.

— ¡Hey! Le entregarías esto a Fernanda? — pregunté dándole una carta y ella asintió.

Salí del aula y corrí hasta el auto de mi madre. Cogí mi móvil y busqué "Contacto" elegí a Luke y lo llamé.

— Hello. —dijo un Luke chistosa.

— it's me. — Dije riendo.

— Sabia que sabias la canción de Adele. — dijo riendo.

— Hey. ¿Cómo no me lo voy a saber si la paras cantando toda la semana? — conteste. — Oh vamos. Mamá está cansada de esperarte, dijo que íbamos a ir a comer pizza. —

— ¿PIZZA? ¡¡Ya voy! — gritó y vi que entraba al auto agitado.

— Demonios, si que se lo creyó. — dijo mi mamá mirándome asombrada.

— Pensaba que íbamos a ir a comer pizza. — dijo Luke triste con un puchero.

— Querido, no hay dinero. — dijo mi mamá arrancando el auto.

Llegamos a casa y subí a mi habitación a cambiarme mi tonto uniforme. Me puse unos jeans azulados con unas zapatillas 'Converse' color roja con un polo blanco. Baje las escaleras para poder almorzar mi rica pizza. Lo sé, mamá a veces miente un poquito, somos iguales.

Me senté en una de las sillas. Estábamos por sentarnos, mamá, Luke y yo, pero, alguien tocó la puerta.

— Voy yo. — dije sonriente. Salí corriendo hasta la puerta, la abrí y vi a mis dos pequeños hermanos gemelos. — ¡Dios! ¡MAMÁ OLVIDAMOS RECOGER A LOS GEMELOS! — grité y mamá gritó como loca.

— ¡¡Oh dios!! ¿¡¡Dónde estaban mis pequeños bebés!!?. — gritó a más no poder.

— ¡MAMÁ! — se quejaron los gemelos.

Todos nos sentamos en el comedor y comenzaron a comer la pizza.

— Y bueno, Karma. ¿Cómo te fue en la escuela? — preguntó mi madre.

— ¡Bien! — sonreí.

"Bien"

"Bien"

Esas palabras rondaban en mi cabeza una y otra vez. Yo realmente no estoy bien. Estoy fatal. Siento que si no arreglo las cosas con esas pendejas de Alexandra y Fernanda no me sentiré bien. No me gusta sentir que alguien está mal por mi culpa. En verdad no es mi culpa, ellas no quisieron hacerme caso.

Apenas Tengo 13 Años (I PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora