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Al llegar a la casa recibí un mensaje.

"Fernanda: Leí tu carta."

Hace como unos 3 días le dije a Alexandra que le entregara una carta de mi parte a Fernanda. En esa carta decía y explicaba porqué y cual era el motivo de que estábamos peleadas. En verdad yo no la había dejado de hablar, ella fue la que me dejó de hablar.

— Oh Vamos. — escuché gritar a alguien. — No creo que seas tan idiota. —

Corrí dónde venía el grito y encontré a Luke con Jack.

¿Que demonios?

— ¿Jack? — pregunté acercándome a él. — ¿Que haces aquí?- pregunté con el ceño fruncido.

— No soy el único. — dijo mirando detrás mío.

Volteé a ver quien, además de él, había venido. Y ahí estaban: Fernanda, Alejandra y Agustín.

«Patético.»

— ¡¿Pero, qué...?! — grité. — ¿Que hacen aquí? — pregunté.

— Necesitamos hablar. — dijo Jack.

— ¿Yo contigo? — pregunté y reí a carcajadas — Nosotros no necesitamos hablar de nada. — dije sería.

— Karma, por favor, no lo hagas más difícil. — dijo Agustín viendo su móvil.

— ¿Ponerlo más difícil? — pregunté ofendida. — El que lo puso más difícil es él. — señalé a Jack.

Fui a decirle a Luke que no necesita que esté ahí como niñera así que se fue.

Me senté en uno de los sillones y esperé que dijeran algo. Todos estaban en completo silencio hasta que Agustín habló.

— Estoy cansado de esto. — dijo y todos fruncieron el ceño dudosamente. — Estoy harto que ustedes tres estén peleados. — continuó. — Karma, sé que tú crees que Jack hizo todo esto. —

— La cual tengo razón. — lo interrumpí.

—¡Cállate! — me gritó. — No fue así. Todos en este puto grupo a metido la pata. No creó que nadie de ustedes se sienta el que no ha hecho nada. — admitió.

— ¿Sabes? — habló Alexandra. — Tienes razón, aquí nadie es la víctima. Todos hemos tenido errores y de eso se aprende. ¿No? — preguntó y todos asentimos cabizbajos.

— Demonios. — dije harta de que estemos en esta situación. — Esto es... patético. — dije y todos rieron. — Esto no será como antes, chicos. No todo quedará así como si nada hubiera pasado. Tenemos que hablar de esta estupidez que hemos hecho. — admití.

— Lo siento. — dijo Fernanda cabizbaja.

Todos estábamos confundidos ya que nade sabía a quien se refería.

— Lo siento, Karma. — me miró. — Siento no haberte escuchado y siento haberte hecho sentir que te odiaba. — hizo una pausa. — Yo no te odio... — dijo.

— Ya lo sé, todos me quieren. —  bromeé y todos rompieron a carcajadas. — Amo esto. Amo estar así con ustedes. Sin peleas ni discusiones, sin idioteces de Jack. — bromeé de nuevo y todos rieron. — Los amo chicos. — admití y sonreí.

Todos nos páramos de nuestros asientos y nos dimos un gran abrazo grupal.

— No le digan a nadie lo que dije. ¿Vale? — pregunté susurrando y los hermanos comenzaron a reír.

Salimos de mi casa y nos fuimos al supermercado a comprar golosinas para después ver una película en casa de Agustín.

—Siguiente parada... — dijo Alexandra cuando salíamos todos del supermercado.

Apenas Tengo 13 Años (I PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora