[Fanfic] De Dia Una, De Noche Otra || Red Velvet (레드 벨뱃)

III

Como cada viernes, SeulGi y SooYoung recibieron su paga, al terminar su jornada laboral se dirigieron al bar de siempre, y aunque ya estaban aburridos de lo mismo, no tuvieron otra opción mas que ir.

Tras varias copas, y coqueteos con algunas mujeres, ambos jóvenes decidieron que era hora de irse a su casa, aunque para ellos la noche aun era joven. Después de algunos minutos deambulando entre las calles de la ciudad, ambos terminaron en un callejón, un tanto desconocido para ellos, sin embargo, decidieron adentrarse un poco mas, pues al fondo un letrero poco iluminado, pero llamativo, cogió su atención.

«♧◇Pokar Girls ♡♤», decía aquel letrero, SeulGi y SooYoung jamas habían oído de aquel lugar, por lo tanto decidieron ir a investigar, o mas bien disfrutar de los muchos o pocos placeres que ofrecía el lugar.

En cuanto entraron, la temática les dio un aire de sensualidad, todas aquellas mujeres eran demasiado hermosas y, como en el juego, ellas eran unas reinas.

El acto estelar estaba por comenzar, aquellos hombres cogieron rápidamente una mesa, pidieron un poco de bebida y comenzaron a relajarse.

La luz era tenue, el aroma a cigarrillos combinado con alcohol, los relajaba. Dos hermosas mujeres los atendían. Una voz masculina, pedía la atención de todos aquellos hombres.

—Caballeros "Pokar girls", les pide su atención. Con ustedes, el acto estelar, las mejores chicas del club. Wendy e Irene. Aplausos.

Los hombres, sin excepción, comenzaron a aplaudir. Dos bellas chicas, una vertida de rojo cómo reina de corazones y la otra vestida de negro como reina de diamantes, salieron al escenario, dando el mejor show que pudieron apreciar SeulGi y SooYoung.

—Un aplauso a nuestras chicas Irene, —La chica de rojo hizo una reverencia—. Y Wendy. —Ahora, la chica de negro fue quien hizo aquel gesto—. Caballeros. Continúen disfrutando sus servicios.

SeulGi y SooYoun se miraron sorprendidos, ambos habían quedado impactados con la belleza de aquella chica.

—Irene. —Ambos susurraron al recordar el nombre de la bella mujer—. Seras mía.