Capítulo 11

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—Lo haré si usted señorita Anee, sólo me llama Aldo.

—Me parece justo y a mí sólo dime  Robert, Aldo —Mi padre celoso de Aldo desprendió el toque de nuestras manos.

Desde ese día el trato con Aldo fue más constante, lo veía muy a menudo con la excusa de que él me estaba diseñando y confeccionando mi vestido. Las mariposas en el estómago aparecieron cuando me dio la dirección de sus oficinas. Su oficina se situaba en lo más alto de su edificio, donde la corporación para la línea de ropa para varones de "Aldo Rigatzzo" operaba su marca registrada era una combinación de su nombre y apellido "Altzzo" lo visitaba casi a diario, y a él parecía no importarle, me mostraba todo su trabajo, sus diseños y sus bocetos a lápiz. En menos de una semana Aldo y yo éramos muy cercanos, yo sólo decía que éramos muy buenos amigos, que alguien como él jamás se iba a fijar en alguien como yo. Faltaba un día para el gran evento de mi padre, y yo estaba en estado depresivo porque ya no iba a ver a Aldo. Aldo llevó nuestra ropa personalmente a la casa. Me hizo un hermoso vestido blanco con algunas líneas negras, en verdad era presioso. Me sonrojé mucho cuando dijo que se había inspirado en mi personalidad y belleza para diseñarlo.
En el evento estuve muy reservada, y la razón era Aldo. Me tomé fotografías con mi padre y demás.

Pasaron dos días después del evento y la llamada de Aldo me alegró completamente. Dijo que mi padre le mandó una fotografía de nosotros con su creación. Fue la mejor noche de mi vida entera, en su llamada me preguntó si quería salir con él a tomar un café.

Para mí Aldo fue y será el amor de mi vida, ya que fue el único hombre que me ha atraído en mi vida, ni siquiera en la escuela tuve novio y no porque no me gustaran los hombres, yo nunca entendí por qué, tal vez era que no necesitaba uno, hasta que llegó Aldo y entendí que lo que yo necesitaba era a alguien como él.

—¿En qué piensas Anabell? —Austin me sacó de mi trance.

—En que nunca tuve novio en la escuela.

Austin soltó una carcajada sonora.

—Entonces que desperdicio de estudiante —Austiny aún seguía riéndose.

Lo miré mal.

—Oye —Lo llamé —¿Y que haré cuando entre a la universidad?

Austin cesó su risa y meditó la respuesta.

—¿Cuando entras?

—Pasado mañana, pero mañana tengo que ir por mi horario de clases y una credencial.

—Anabell, llevas dos días de trabajo y ya voy a darte dos días libres, mira como te considero. —Autin sonrió.

—¿Me darás dos días libres?

—Sí, mañana y pasado mañana.
Mañana para que vallas y recojas eso que dices, pero te llamaré en la noche para que me digas tus horarios de clases y lo contemple para tu horario de trabajo, y pasado mañana, porque es tu primer día de clases y llegarás abrumada y quiero que descanses.

Se calló en cuanto se escuchó, estaba siendo bueno y considerado conmigo.

—Gracias —Y sin pensarlo, lo abrazé bruscamente por el cuello.

—Con cuidado vida podemos tener un accidente —Sonrió ampliamente.

Llegamos a la cuadra de atrás de mi casa.

—Llegamos Anee.

—Gracias por traerme, nos vemos en dos días jefe. —Me despedí y baje de su auto.

—En dos días Anee, espero y resista mi ausencia —Me guiñó un ojo.

—Yo creo que la disfrutaré —Le guiñé un ojo.

Negó divertido.

—Recuerda que te llamaré, ten tu teléfono cerca y contesta de inmediato o me enfadaré.

Asentí, él encendió el motor de su auto.

—En dos días vida —Arrancó y se fue embarrando las llantas en el pavimento.

Austin se fue e hice el camino hacía mi casa. 

Oh no, ahí estaba el auto de Natalia, esto no iba a ser bueno.  Subí por que de costumbre ella iba directo a mi habitación.

-Hola prima -Saludó en cuanto me vió.

Estaba acostada en mi cama con su teléfono en las manos.

-Hola Natalia ¿A qué se debe tu agradable visita? -Saludé.

-Nada, estaba aburrida y quise venir a visitarte y a conversar un rato.

Sabía que mentía y que sólo venía invitarme a una más de sus fiestas locas.

-Bien por que tengo muchas cosas que contarte, ¿Por donde empiezo? Oh sí, mañana iré por mi horario de clases y...

-¡Anabell! -Se quejó y yo me reí.

-¿Qué?-Dije inocentemente.

-Sabes a lo que vengo.

-Sí, a conversar como dijiste -Me mordí la lengua para no reírme.

-Vengo a invitarte a una fiesta -Dijo con obviedad.

-No, no, no, definitivamente no -Me negué rotundamente -La ultima fiesta no terminó muy bien.

-Esta es diferente, será en una casa no muy lejos de aquí, iremos en mi coche y también irán los chicos que te presenté la ultima vez e irá Daniel -Me miró coqueta al nombrar a Daniel -Que no ha parado de preguntar por tí desde la ultima vez que te vio, lo dejaste hechizado Anee.

-No digas tontería Nat -Sentí mis mejillas ligeramente tibias.

-Anabell, le gustaste en serio y tal vez si te ve hoy te pida tu número y te llame para una cita -Mi prima me hablaba entusiasmada.

-Nat, sabes que yo no puedo -Murmuré cabizbaja.

-Anabell no me digas que es por el tal Austin Mahone -Natalia cambió su tono a uno duro.

 -¿Qué? ¿Por qué nombras a Mahone? -Le dije igual molesta.

-Valla, me calma tu reacción molesta al escucharlo -Nat habló más calmada -Anda Anee, será divertido y te lo apuesto que Daniel es un gran chico, deberías de ver la gran relación que lleva con su abuelo y...

-Nat, para -La interrumpí -Ya te dije que yo no puedo tener citas y esas cosas.

Sentía el nudo en la garganta, Natalia no entendía que me refería al luto que llevo por Aldo.

-¿Por qué no Anee? -Su frustración se sentía en cada palabra.

-Por Aldo -Solté el sollozo de la garganta. La expresión de Natalia cambió a  una de lástima y condescendiente.

 Suspiró arrepentida.

-Anee, de eso ya pasaron seis meses nena, y creo que eres muy joven para poder rehacer tu vida, Aldo te querría ver feliz y no sufriendo por él. Anee no quiero que me mal interpretes cuando vengo a invitarte a fiesta, no creas que solo es para corromperte -Pausó -Bueno tal vez eso era antes de Aldo, pero ahora quiero que salgas y te distraigas como una chica de tu edad, y veas que a fuera hay un mundo girando y yo quiero compartirlo contigo, sabes que eres como mi hermana Anee.

La abracé con fuerza por sus palabras de aliento, susurré en su oído "Lo sé, gracias"

-De acuerdo, vamos a tu dichosa fiesta -Dio un saltito de alegría -Dame diez minutos  y estoy lista.   

Sons of the Dark [A.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora