Capítulo nueve

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Estoy en una decisión de no saber si ducharme ahora o por la tarde.
La boda es por la tarde, y como somos tantos en esta casa pues se formará un lío si todos nos duchamos por la tarde.
Como no me gusta ir con el tiempo justo, decido al final ducharme ahora.

Me aliso el último mechón de pelo con el alisador y me pongo el vestido con cuidado. Me miro al espejo y pienso - es la primera vez que me veo guapa -

La boda es a las 18:00 y son las 17:45, y como no, solo queda por prepararse mi hermano. Al fin baja las escaleras con un esmoquin, le sigo viendo igual de feo que siempre, amor entre hermanos.

El coche en el que vamos es totalmente negro, de 8 plazas. Al parecer es de mi tito, no sé de dónde sacan tanto dinero, a saber. Me recuerda al típico coche en el que van los famosos, me gusta.

De camino a la iglesia me vuelven a entrar los nervios.
Eso de ver a toda la familia después de tanto tiempo me pone muy nerviosa, demasiado.
Una vez que llegamos, veo a muchísima gente, ¿a cuantas personas habrán invitado? odio que haya tanta gente y tanto jaleo.

Veo que se van acercando a mí familiares que recuerdo perfectamente y otros que no conozco de nada, ya sabéis, esos típicos familiares que suelen decir 'la última vez que te vi no llegabas ni a mi rodilla de altura' y tu solo puedes sonreír y pensar pues yo no te he visto en lo que llevo de vida.

Hay gente que no conozco y me mira con una cara... ¿extraña? ¿impresionada? no lo sé. Lo peor es que solo me miran a mí y no a mi hermano, ni a mi madre, solo a mí, y mi problema es que odio ser el centro de atención, es unas de las cosas que más odio.

Estoy deseando ver a mi prima Lydia y a su hermana Holland, son las primas con las que más relación tengo, y, al fin, las localizo.
- Oh dios mío - dice Holland.

- Lo primero... hola, cuanto tiempo ¿no? - digo riendome y abrazandola.

- Estas increíble - dice Lydia.

- ¿Tú crees? - digo dando una vuelta - vosotras también lo estáis.

Vemos a todo el mundo entrando al interior de la iglesia y les seguimos.
Una vez dentro cogemos asiento. La iglesia es preciosa, tiene unas vidrieras muy peculiares, cosa que me gusta. Se ve bastante antigua.

Me pongo a observar a todo el mundo y veo a un chico rubio teñido de espaldas - no puede ser - pienso.
No puede ser Niall, no puede serlo, me niego totalmente a que lo sea.

- ¿Estás bien? - me pregunta Lydia. - te veo... ¿inquieta? - termina de decir.

- Estoy... estoy bien, tranquila. - respondo.

El cura empieza a hablar y es lo más aburrido que he vivido en años. Nunca he sido muy católica, aunque Lydia y Holland si lo son y veo que se aburren bastante.

Suena la típica música de entrada de boda y entra el novio, mi primo. Se me saltan las lágrimas al verle.
Siempre he tenido muchísimo contacto con él cuando eramos unos niños y la verdad para mí es como un hermano, y verle subiéndose al altar junto con su futura mujer es increíble. Su traje es negro y a él le queda mejor que a nadie. Cuando él llega al altar, entra la novia y por que puedo ver, mi primo está hasta llorando de la emoción.
La novia lleva un vestido blanco precioso. La parte de arriba es en forma de corazón y tiene un encaje con piedrecitas blancas que hace que brille y destaque aún más. Cuando empieza a andar todo el mundo se cada asombrado por lo guapa que va. No voy a negar que la novia de mi primo no sea guapa, es guapísima.

- Puedes besar a la novia - dice el cura.

Se besan y esto es tan bonito que hasta se me saltan las lágrimas. Nunca soy de llorar fácil pero hoy parece que estoy sensible.
Sale el hermano de mi primo a leer un pequeño discurso que como puedo observar todo el mundo acaba casi llorando y mis dos primos abrazados.

Llegamos al lugar donde pasaremos el resto de la boda. Es precioso, sería un lugar perfecto para echar fotos aunque recuerdo que no me he traído la cámara, ya decía yo que me faltaba algo.

La familia de la futura mujer de mi primo me mira de muy mala forma, para que mentir, yo me llevo como el culo con ella, nunca la he tragado ni la tragaré pero fingimos y ya está.

No sé cuantos brindis y cuantos - ¡que se besen! - gritamos durante la comida, he perdido la cuenta.
Me asomo a fuera que es donde están todos los invitados menores y recuerdo lo bien que me lo pasaba en las bodas de pequeña... era el centro de atención, cosa que ahora odio. Todo ha cambiado muchísimo desde entonces.

Bajamos a una planta en la que al parecer hay una discoteca, y yo, soy la primera en bajar.

Hay luces por todos lados, una mesa de mezclas y la música suena demasiado alto, me resulta molesto pero al momento me acostumbro.

Van bajando todos los invitados y algunos ya están empezando a bailar.

Veo a Lydia a lo lejos junto a Holland.
- ¿Me ofrecéis este baile? - digo agachadnome y besandoles la mano derecha.

- Por supuesto. - me responden riéndose.

Cuando llevamos unos minutos bailando, aunque lo que estábamos haciendo, yo no lo llamaría bailar, diviso a el mismo chico rubio teñido en la barra donde ponen las copas.

Me quedo un rato mirándole para intentar verle la cara y se da la vuelta.
Es Niall, es él. No me lo creo, esto no es real. ¿Qué hace él en la boda de mi primo? ¿Por qué coño está en todas partes?

Temporary FixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora