Llámame Ella [Traducción/Con Niall Horan]

Capítulo Treinta y Dos - Sufrimiento

Estoy segura de haber hecho lo correcto, no pienso dos veces en eso... excepto cuando veo a Niall. Pensé que se pondría más fácil, pero no fue así. Es más difícil y cada día solo quiero que el tiempo vuele así el verano puede terminar y todo esto estará en el pasado.

Él no ha venido a hacerme cambiar de parecer, como es la cosa cursi para hacer. No me ha enviado flores o me ha cantado una canción para hacerme volver a él. No me ha escrito cartas cada día y no me ha llamado. Ni siquiera una vez. Pero a veces nos encontramos y en cada ocasión, sus ojos perforan mi alma, diciendo todas las cosas que él no dice en voz alta. Sus ojos gritan que estoy cometiendo un error y que lo sé, que debería estar con él. Y quiero. Desearía poder tener ambas cosas ¿saben? Mi venganza contra Rhonda, y Niall, pero no puedo. Y cuando tengo dudas que elegí a la persona equivocada, que debería ir con Niall y pedirle que me perdone por ser una persona tan detestable, Rhonda viene y me pregunta si ya volví a mis sentidos y si volví con Niall. Es ahí cuando recuerdo que hice lo correcto, pero aún así duele.

En la noche, cuando me estoy quedando dormida, recuerdo todas las noches que pasamos juntos en los establos. Hablando, riendo, compartiendo, conociendo al otro mejor. Esas lindas noches cuando solo éramos Niall y yo. Noches en las cuales no recordaba que estaba atrapada aquí, luchando a Rhonda y lo que hizo aquí. Cuando estaba con él yo no era la chica lavabo, no era Arabella Drennan la hija del fundador. Solo era Ella. Y lo extraño; extraño nuestros momentos juntos. Extraño que me cuente de sus amigos, molestándome para que finalmente conozca al resto de su banda. Extraño sus anécdotas de cuando estaba en tour. Extraño sus insolentes comentarios. Lo extraño mucho.

A veces lo veo caminando por el centro, aún cuando él no me ha visto y a mi corazón le duele, le duele como no tenía idea que fuera posible. Como si hubiera un hoyo ahí, donde mi corazón solía estar. Y siento vacío llenando mis venas. Siento nostalgia cuando lo veo y mis manos quieren alzarse y alcanzarlo, pero me rendí con él. Me digo eso y me volteo, caminando lejos de él.

El peor momento es el día antes de que mi contrato expire. Cuando el verano comenzó pensé que este sería el mejor día o al menos la mejor semana, pero ha sido la peor. Porque un día antes de que me largue, Niall se va del centro de retiros y con él también Harry, Louis y su novia, Zayn y Liam se van.

Y con mi mala suerte, pasa que estoy cerca cuando ellos se van. Los veo y a los tres miembros de la banda que nunca llegué a conocer me miran y no necesito ser un genio para saber que no les agrado. Lo veo en sus ojos antes de que se vayan. Niall los sigue y antes de cruzar las puertas él me mira una última vez y no me puedo mover. Debería irme y terminar esta agonía, pero me quedo aquí, mirándolo de vuelta.

Siento ese agujero en mi pecho ahogándome, y duele demasiado saber que él se va y que no lo volveré a ver. Él para y miramos fijamente al otro y no sé qué le pasa al resto del mundo, pero en ese momento nada más importa. Quiero alcanzarlo, quiero decirle adiós, pero no puedo pronunciar ni una palabra.

—Adiós, Ella— lo veo modular. No puedo escucharlo pero sé lo que dice antes de que se dé la vuelta.

—Adiós, Niall— susurró, el hueco en mi pecho casi inaguantable.

—Ella— alguien llama y es entonces cuando veo a Harry enfrente de mí, mirándome con ojos tristes. —Sé que es tu decisión y la respeto pero tal vez... tal vez cuando ya estés fuera de aquí. Deberías reconsiderarlo— sugiere pero meneo mi cabeza.

—Es mejor de esta forma, Harry— respondo mirándolo. —Adiós, Chico Polilla— sonrío. Desde que terminé con Niall, Harry y yo no hablamos. Supongo que era muy incómodo para nosotros charlar.