CHICO PERFECTO (terminado)

Capitulo 3

No sabía qué decirle:
-no puedes andar por la calle en pijamas, debemos comprarte ropa-

Caminamos hasta la casa, este no sería el día en el que mal mataría a un ex novio y me fuera de compras con el nuevo,
Caminamos y caminamos, Cuando menos me di cuenta ya estaba cansada, no sé por qué, en qué cabeza cabía caminar de el centro de la ciudad hasta mi departamento.

-¿estás cansada amor?-
-un poco, debimos haber tomado el metro a casa, pero no, decidí caminar, ya es muy tarde y el sol se mete- dije casi llorando.

De pronto, siento como me levanta en brazos, para continuar caminado.

-¿qué haces?-
-dijiste que estabas cansada-
-sí pero...-
-no te preocupes yo me encargo -
-gracias- dije convirtiendo mi triste impotencia en agradecimiento.
-no es nada mi amor- dijo con naturalidad.
-cómo es que puedes decir eso- dije comenzando a inquietarme.
-porque eres mi novia ideal-

Llegamos a casa y no era pasadas las 6 de la tarde, ya estaba bastante oscuro, el robot me bajó y de mi bolso, el cual llevaba en su hombro, saque las llaves y entramos, lo primero que vi al otro lado de puerta eran torsos de cristal roto, ¡entraron a robar!

-tengo que llamar a la policía- dije en un susurro.
-¿qué dijiste amor?-
-¡tengo que llamar a la policía, entraron a robar!-
-¿eso?- dijo señalando el cristal.
-si, eso-
-discúlpame, no pude recogerlo-
-¿qué?-
-si, como me dijiste que no saliera por la puerta...-
-¿saliste por la ventana?-
-si- dijo sonriendo ampliamente.

Pensé en recoger los torsos de cristal roto, pero él, él se adelantó. Yo solo quería comer y dormir, al parecer él lo notó por qué de inmediato tomó una sartén y comenzó a ver qué había en la nevera, estaba tan concentrado que no se dio cuenta que yo lo observaba.

-¿mi amor necesitas algo?-
-no- dije sonriéndole.
-mi amor- dijo con una sonrisa infantil -ve a descansar, yo te digo cuando esté la cena-
-gracias-

Me fui a mi cuarto, lo único que se me ocurrió fue tomar mi móvil y eliminar mis fotos con Adam, de pronto un mensaje entró:

De: Jasmin
Para: Maggie
Nena en cuatro horas llego a Londres, nos tenemos que poner al día, después del trabajo, nos vamos por una rebanada de pastel.
Besos.

Jasmin, no sabía todo lo que había pasado lo único que atine a responder fue un pequeño "te extraño amiga, regresa con bien".
Después de unos 20 min el robot me llamó:

-mi amor, ya está la cena-

Yo me levanté llegue a comer, era un festín tan grande que ni él ni yo podríamos terminarlo, después pasó por mi cabeza... como... corrí a la nevera y si en efecto se había terminado todo, no había dejado absolutamente nada en él.

-¡¿usaste toda la comida?!-
-use la que había mi amor-
-Dios mío- dijo cubriendo mi rostro.
-estas molesta-
-no, olvídalo, solo pasaremos mañana al supermercado- dije malhumorada.
-¿qué puedo hacer para que tu humor mejore mi amor?- dijo.
-nada, tranquilo-
-ya sé- dijo

De pronto observo como se saca la playera dejando al descubierto un cuerpo bastante definido, era lo más hermoso que había visto hasta el momento, ni la mayoría de mis novios tenían ese cuerpo, pero mi preocupación comenzó cuando también observé que se estaba aflojando el cinturón y cuando también observé  que se desabotonaba los pantalones al mismo tiempo se los bajaba, quedando completamente desnudo, como lo trajo... el señor del correo al mudo. Atiné a gritar pidiéndole que se vistiera.

-pero mi amor, tú lo pediste, quieres un hombre que sea un gran amante-
-¡vístete loco degenerado!-

De repente tocaron a la puerta:

-señorita Margaret, no sabía que ya estaba haciendo uso de las características específicas que quería en el "novio ideal"-
-señor como se llame, este Fulanito se desvistió frente a mi-
-claro lo observó y usted permitió que se lastimara con cristal-

Yo lo vi por el rabillo del ojo y observe que su antebrazo estaba cortado, dejando ver Uno que otro cable, esto era tan raro. Después de componerlo el señor se acercó a mí:

-cada que lo lastime así llámeme señorita Margaret- dándome una tarjeta.
-llámeme Maggie-
-claro llámeme Joseph Hiddleston- dijo.
-¿le puedo decir Joe?-
-claro que no- dijo sonriendo -por cierto el costo de reparación pasará a la cuenta del androide-
-¿qué es un androide?-
-el robot Maggie, el robot-
-claro... ¡¿cuenta?!-
-claro y sugiero que ahorre, hasta ahora van 250,000,000,000 euros-

En qué rayos me metí