Cabeza de polla

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Dan está de vuelta. Solo. Sin el amor de su vida.
Hemos estado dando vueltas en su camioneta todo el fin de semana, siendo patéticos porque nos rompieron el corazón. ¿Olvidé mencionar que Kendall desapareció otra vez?, no es que me importe si está aquí o no, ja.
Mierda, a quién quiero engañar, lo extraño.

—Hey.
—¿Um?—me volteo para ver a Dan ofreciéndome doritos, le quito el paquete y digo entre mordiscos—, somos patéticos.
—Si, lo somos—sonríe por primera vez desde que volvió aquí. Nos detenemos en el estacionamiento de Benny's, mi turno comienza está tarde y termina a las ocho de la mañana, perfecto para mantener mi cabeza ocupada.
—Bien, aquí nos separamos, chico bonito—beso su mejilla y dejo el paquete de doritos sobre su regazo.
—Tal vez me pase más tarde por aquí con Adam y los chicos.
—Más propinas para mi—sonrío mientras le guiño un ojo.
—Y hablaremos—hago una mueca hacia él.
—¿Para qué hablar cuando puedo darte café gratis?
—Allie—gruñe girando su cuerpo para hablarme de frente—, ¿crees que no me di cuenta de ti siendo más miserable que yo?, así que vamos a hablar.
—Claro—fuerzo una sonrisa. Y así comienza mi turno. No puedo seguir evitando a Jenna también en el trabajo por lo que espero que entienda que no quiero hablar del cabeza de polla.
—Hola extraña—murmura Jenna al pasar junto a mi ya lista para trabajar. 
—Jenna—intento detenerla pero abandona la sala del personal más rápido de lo que apareció. Mierda, creo que arruiné todo con la única amiga que logré hacer en toda mi puta vida. Genial.
—¡Allison, pon tu culo a trabajar!—grita Benny al pasar junto a la puerta.
—Si, jefe—me pongo el delantal y amarro mi cabello en una desordenada cola de caballo, supongo que está bien. Sonrío forzosamente y coqueteo para conseguir mejores propinas por alrededor de tres horas antes de que Dan aparezca con su hermano y los chicos. Los chicos serían Jace, Alan y Oscar, al parecer todos se conocen de la escuela o algo así.
—Mejillas dulces—sonríe hacia mi.
—Adam, es lindo verte de nuevo—me acerco y pongo un sonoro beso en su mejilla.
—Hey, ¿no hay un poco de amor para Jace?
—Ni lo sueñes, tu polla no está al nivel de mi hermosa Allison—Oscar desliza su brazo por alrededor de mi cintura.
—Oscar, no quieres comenzar una pelea de pollas conmigo—Jace frunce el ceño hacia nosotros y no puedo evitar reír. 
—Chicos, chicos, basta. No estoy interesada en ninguno de ustedes—Oscar pone una mano sobre su corazón.
—Allison, me lastimas—cierra los ojos dramáticamente. Río una vez más y desordeno su cabello al quitar su brazo de mi cintura.
—Honestamente, el único que tendría una oportunidad conmigo en toda está mesa sería definitivamente Alan—sonrío sabiendo su reacción.
—¿Alan?—dicen Oscar y Jace al mismo tiempo, como si fuese algo imposible.
—Ajá—todas las miradas van hacia Alan haciendo que se sonroje completamente. Adorable.
—No puedo creerlo—gruñe Jace mientras Oscar se ríe a carcajadas.

—Bien, ahora que quedó claro que las bragas de Allie le pertenecen Alan, ¿podemos por fin ordenar algo? —dice Dan lo suficientemente alto para que Alan lo oíga. El pobre chico escupe toda su bebida. Me encanta.
—Claro chicos, ¿qué van a ordenar?—saco mi libreta del delantal prestado de Hannah.
—Waffles para mi—dice Oscar poniendo sus manos en alto.
—Lo mismo para mi—murmura un mal humorado Jace.
—Lo tengo, ¿Alan?—muevo mis pestañas hacia él, Jace resopla desde su lugar al mismo tiempo que Dan y Adam se ríen.
—S-sólo café, gracias—pobre chico, no fue capaz de mirarme a los ojos por más de cinco segundos. Sonrío.
—Café para el chico lindo, bien. ¿Adam?¿Dan?
—Lo mismo que Alan para nosotros, porfavor—dice Dan mientras escribo todo en mi libreta.
—Está bien, tendré todo aquí en cinco minutos—dejo la nota en la cocina y espero a que Samuel y los chicos de la cocina lo tengan listo para mi. Una vez que tengo todos los platos listos sobre sus respectivas bandejas camino devuelta a los chicos que de alguna forma mantienen a Alan sonrojado y evitando mirarme debajo de sus gafas. Tan lindo— . Biennnnnn, cabezas de culo, aquí tienen sus waffles—pongo los platos delante de Oscar y Jace—, y café para mis chicos favoritos.
—Malditamente increíble—escupe Jace.
—Oye Jace, tranquilo, quizá algún día una chica con cero amor propio le guste un poco tu fea cara —dice Oscar al mismo tiempo que le da palmadas demasiado fuerte como para consolar a cualquiera.
Teresa, una de las chicas nuevas se acerca a mi—, eh...¿Allie?—volteo para darle toda mi atención—, te piden en la mesa 13. Intenté explicarle que aquí no funciona de esa forma pero él insistió. Lo siento—murmura.
—Gracias, Ter—le sonrío esperando calmar sus nervios. Recuerdo mi primer día aquí y lo difícil que fue adaptarme a todo. Me despido de mis chicos con Dan dándome una mirada preocupada, me encojo de hombros porque tampoco sé qué me espera en la mesa 13, lo más probable es que sea uno de los muchos camioneros que está obsesionado con mi culo, pero oye, dan buenas propinas. Me detengo frente a la mesa 13—. Hola, cariño, ¿cómo puedo ayudarte?—gran parte de está persona está cubierta con un enorme periódico.
—Puedes empezar con tomar asiento y hacerme compañía, cariño.
—Eso no va a poder ser ya que estoy en mitad de mi turno—trato de mantener el asco en mi voz al mínimo. Odio que me llamen cariño—. Entonces, ¿alguna razón en especial por la que requerías de mis servicios como camarera?—fuerzo una sonrisa en mi voz, apoyo mi cuerpo en la mesa mientras espero. 
—Allison—gruñe llamando mi atención. Jodida mierda yo conozco esa voz. Su mano toma la mía enredando nuestros dedos apretadamente juntos.
—Cabeza de polla—murmuro apretando sus dedos de vuelta. Finalmente aleja el enorme periódico de su rostro dejándome ver en el mal estado que se encuentra—, no—un sollozo escapa de mi.
—Si, Vólkov me extrañó—su sonrisa se ve extraña con su labio inferior roto, uno de sus ojos morado y su pómulo cubierto con algún tipo de gaza—, pero créeme, él está peor—me enseña sus nudillos. Caigo de rodillas en el suelo para besar sus nudillos. Mis lágrimas se mezclan con su sangre otra vez.
 —Tú. Estúpido. Cabeza. De. Polla—gruño entre cada beso.
 —También te amo, Allie—siento la sonrisa en su voz pero detiene mis besos cuando sostiene mi mandíbula para acercarme a su rostro—. Tenemos que hablar—asiento rápidamente—. No aquí, tu jefe y todas las camareras nos miran raro.
—S-si, le pediré a Ter que me cubra—siento mi cuerpo volverse pesado cuando me levanto, Kendall lo nota porque me ayuda a mantenerme de pie. Vólkov está de vuelta. 
—Oye, no te asustes. Está vez no estoy en la cárcel y nadie podrá hacerte daño, ¿está bien?—susurra en mi oído, asiento por reflejo ahora, mi cuerpo funciona en piloto automático—. Allie no hagas la mierda de congelarte porque me asustas, joder—comienza a besar mis mejillas, mis párpados, mis labios y vuelvo.
—Espérame atrás, hablaré con Ter—asiente y me besa. Camino decidida hacía el grupo de camareras mironas—. Acaba de surgir algo y necesito que alguien me cubra—y así es como todas desaparecen, menos Ter y Jenna.
—¿Ese era cabeza de polla?¿Necesitas que lo mate?—Ter se vuelve de un color pálido que se ve extraño en su piel siempre morena.
—El problema por primera vez no es él—suelto una risita—, así que...
—Yo lo haré—dice Ter, el color volvió a ella-
—Gracias Ter, te debo una—beso a cada una en la mejilla y corro hacia la puerta de atrás de Benny's. Kendall está fumando uno de sus asquerosos cigarillos—. ¿Y bien?
Voltea su rostro hacia mi y me hace señas para que me acerque, detesto el olor de sus cigarillos pero no puedo mantenerme lejos, nunca—. Tenemos al Señor Black sobre nuestros culos, Allie—murmura.
No.
No otra vez.
Siento todo volverse negro antes de desaparecer.


**nota:
¡¡¡HOOOOOOOOOOOOOOOLAAAAAAAAAAAAA!!! ¿cómo están?  espero que bien. Ojalá les haya gustado el capítulo, chau chau.
               cata xx

   

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2016 ⏰

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