Capítulo VIII: "El accidente"

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Fue un viaje corto a Monterrey donde hicieron la primera parada, Verónica estaba desconcertada y comenzó a dudar de las intenciones de Aarón.

V: ¿qué hacemos aquí?

A: (con cara de inocente) ¿no te dije? , necesito ver a unas personas muy importantes aquí pero en cuanto me desocupe nos iremos a México

V: de acuerdo (con desconfianza)

Se instalaron en un modesto hotel dentro de los barrios más desconocidos y alejados de la ciudad, lo cual, causó más desconfianza en Verónica. Sin embargo, trató de serenarse en lo que él se desaparecía para poder marcarle a su suegro...

A: Vero, a las 2 es la comida con la gente que te digo, ¿quieres acompañarme o prefieres descansar?

V: (algo nerviosa) prefiero quedarme a descansar un rato porque anoche no logré dormir muy bien

Aarón sabía dónde había pasado la noche y que deseaba quedarse sola para hablarle a su protector por ayuda, así que decidió seguirle la corriente; sin embargo, lo que ella desconocía era que él no pensaba salir a ningún lado, por el contrario, se iba a quedar a escuchar bien escondido lo que ella hiciera.

A: de acuerdo, no te preocupes, en México si me tendrás que acompañar a las reuniones pero aquí no es necesaria tu presencia (sonrió) nos vemos más tarde mi amor (le dio un beso en la mejilla)

Aarón "salió" de la habitación a verse con su jefe, quien lo esperaba en la habitación contigua e inmediatamente después de avisarle su llegada, regresó por otro lado para poder ver lo que Verónica hacía

Ella se había quedado muy nerviosa y en el dilema de llamarle a Don Fernando para decirle lo que estaba ocurriendo pero después de mucho pensarlo decidió que era lo mejor para su seguridad...

V: ¿bueno, Don Fernando?

F: Verónica, ¿cómo estás?, ¿cómo van las cosas?

V: mal, no sé por qué pero tengo el presentimiento de que Aarón planea algo, no debí venir sola

F: estoy esperándote en el aeropuerto de México, no te preocupes

V: ese es el problema, estamos en Monterrey y no sé cuándo vayamos para México

F: ¿en Monterrey? (alarmado) ¿y qué diablos hacen allá?

V: según Aarón me explicó que tiene una reunión muy importante en unos minutos y que después de eso nos iremos a México pero francamente no me tragué el cuento

F: Verónica tienes que irte de ahí cuanto antes, esperame en el aeropuerto o toma un autobús a otra ciudad pero no podemos permitir que Aarón te haga daño

V: en este mismo momento que Aarón salió y no hay peligro me iré, le marco en cuanto esté a salvo

F: ten mucho cuidado por favor

V: no se preocupe, estaré bien (colgaron)

Aarón salió sigilosamente de su escondite asustando demasiado a Verónica...

V: (pálida) ¡Aarón!

A: ¿qué creíste estúpida?, no soy ningún imbécil y desde ayer me enteré de que mi padre te está ayudando pero no les van a salir las cosas como planearon porque tú no regresas viva a Nueva York

V: ¡no te tengo miedo! Y que te quede claro que no pienso seguir a tu lado, si ya te enteraste ¡¿para qué negarlo?, pero de todos modos ni me matas ni sigues a mi lado!

El Perfume del AdulterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora