1995 [Larry Stylinson.] PAUSADA.

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Tercera parte.

Narrador: Zayn.

Tiempo actual: año 2018.

Ni siquiera pasó un día de que Louis no está y lo extraño como si no lo hubiera visto en siglos. Estoy tan asustado de lo que pueda llegar a hacer, tengo miedo de perderlo.

Lo conozco desde que eramos unos críos, viví casi toda mi vida junto a él. No sé que sería de mí sin el estúpido de Louis Tomlinson.

Elliot, salió junto a Liam la excusa fue que debía decirle algo muy importante.

Narrador omnisciente.

El morocho se encontraba aburrido, aburrido y triste. Zayn era muy apegado a su amigo ojiazul, y en ese momento lo extrañaba demasiado.

Suspiró y decidió llamar a Liam, no le importaba si estaba con Elliot, Z lo quería junto a él. L era el único que podía entretenerlo un rato y no pensar en Louis. Le mando unos mensajes.

"Li, ¿puedes volver a casa de Elliot?"

"¿Necesitas algo, cariño?" Su rostro se iluminó al ver como el ojimiel lo había llamado. Una pequeña sonrisa se hizo paso entre sus labios.

"Es solo... que te extraño demasiado."

"También te extraño, iré en unos minutos Zaynie."

Liam entró por la puerta unos diez minutos después, él realmente quería ver al morocho, aunque vivan juntos.

Zayn recibió al castaño con una sonrisa de esas que sus ojos se achican un poco y muestra sus relucientes dientes blancos.

—Hola Zy— saludó Liam con una sonrisa — ¿Cómo está mi morocho preferido?

Zayn se sonrojó, eso solía pasar mucho cuando se escontraba con su especie de amigo.

Porque los amigos no se besan ¿verdad?

Liam agarró la cintura de su  Zayn y lo acercó atacando sus labios en un dulce beso. El pelinegro paso los brazos por el cuello de su "amigo".

—Estoy bien, solo un poco triste—  respondió cuando se separó de Liam, hizo un pequeño y falso puchero.

Zayn era encantador y Liam lo sabía.

— ¿Por qué triste Zaynie?— empezó a acariciarle la cintura con sus dedos pulgares haciendo unos gentiles círculos

—Extraño a Lou.— escondió la cabeza en el cuello de Liam, empezando a darle pequeños besos en esa zona.

El castaño suspiro, esos besos eran su perdición. Llevo sus manos al trasero del morocho apretando y ganándose un bajo jadeo por parte del pelinegro.

— También lo extraño cariño, pero él quería eso ¿no? Déjalo ser feliz. — Z asintió, Liam tenía razón.  — Pero, ¿cómo puedo distraer a mi chico entonces?— Zayn se estremeció por las palabras y por las sensaciones que su cuerpo sufrió.