Apuesta

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"¿Has escuchado hablar de Creepypastas?"

"Slenderman es mi favorito"

"No hablemos de eso"

"Cosas que no existen"

"Maldita sea, así no puedo, quisieras no verme"

"por favor"

"Calla, hermosa"

"¡Regresa joder!"

"Oh, te equivocas Ryan"

"Nadie esta solo"

Ryan abrió sus ojos de golpe.

El olor rancio de algún tipo de desinfectante llegó hasta sus fosas nasales, observó el techo, madera, una muy antigua pero bien cuidada, estrictamente simétrica y colocada, en ese punto él ya imaginaba que lo habían rescatado de aquella pesadilla.

Cerró sus ojos y respiró lentamente tratando de analizar lo que había pasado.

Pudo ver de nuevo cómo resultó herido por culpa de su descuido, casi muere por tres puñaladas, inmediatamente abrió los ojos y levantó su camisa observando que traía puestos unos vendajes en su estómago, sentía el ardor entonces de aquella herida y soltó un leve gruñido.

La cama en la que estaba acostado era extrañamente cómoda, el lugar era frío pero en la cama parecía estar muy abrigado, observo la habitación con detenimiento, le pareció que la cabaña de al menos tres pisos, le extraño ver que era muy grande.

Todo era madera muy cómoda.

Pero sus sentidos se alertaron al escuchar el sonido por el crujido del suelo de madera blanda unos pasos acercándose a su habitación.

Ya sea por ver muchas películas de horror o algún miedo de su niñez, Ryan no pudo evitar sentir algo de miedo al no saber quién se acercaba.

— Maldición — maldijo por lo bajo mientras observaba con detenimiento aquella vieja puerta oscura, sintió como si el aire se volviera más pesado y creyó que era parte de la sugestión.

La puerta se abre lentamente pero rechinando muy fuerte, aquel cuarto parecía que no había usado en años.

La cara de preocupación de Ryan cambio a una de mayor sorpresa.

Un oscuro cabello se asomó por la puerta cerrándola detrás de este mientras entraba, una pálida piel muy seca y unos ojos algo achinados, pero sobre todo su larga y fina sonrisa delineada de un rojo que ameritaba un brillo extrañamente atractivo.

Era una mujer, poseía una tranquila mirada, era algo alta, tenía su extraño desdén, era como si una modelo coreana hubiese hecho un cospley muy realista para hallowen.

Ryan no pudo evitar sentirse extrañado ante ella, en su mente solo estaba cómo es que pudo ayudarlo a venir y tratar sus heridas sin sentir preocupación alguna, sin hacer preguntas, sin mirarlo con repugnancia como si fuera un criminal.

Muchos pensamientos cruzaron por su mente en cuestión de segundos.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó aquella chica cuya voz sonaba muy tenue mientras sonreía hacia Ryan, quién se quedó callado unos segundos observándola. — ¿Me oíste? — insistió

— Eso creo — resopló Ryan tratando de entender su situación el rostro de él estaba demacrado seguro porque no dormía hace días y había pasado unas horas durmiendo — De hecho, ¿Cuál es su nombre?

— Soy Nina, debes sentirte extraño debido a los analgésicos, tuve que inyectarte porque debía suturar tu estómago debido a los cortes — Ryan que hasta ese punto ni lo había notado respiro tranquilamente y supo que debido a eso no había perdido la cabeza al despertar en una desconocida cabaña, Ryan se sentó en la cama, quejándose un poco por el dolor y sonrió a Nina quien se le acercó y puso mano en su frente para comprobar su temperatura.

— Te lo agradezco pero debes saber que no soy una buena persona.

Nina ignoró totalmente lo dicho mientras le pidió a Ryan que levantara su camisa para revisar su vendaje, su extrañeza estaba presente en el lugar, Ryan pensó una vez más en la chica que escapó y vio su rostro, si se lo contaba a la policia entonces si estaría en problemas reales, y Ryan no podía darse ese lujo.

Ryan que parecía sentirse atraído hacia ella, trató de justificar en su cabeza, dándose razones a si mismo, pues hace años que no está con una chica, tal vez por eso parecía interesarle mucho Nina.

Pero él podía sentirlo, como su enojo reprimido parecía desvanecerse al conocer a está nueva persona, luego Nina se aseguró de brindarle medicinas a Ryan quién no dudo en tomarlas.

— Por cierto, aquí ninguno es una buena persona, nadie lo es — Dicho eso Nina camino y abandonó la habitación dejando a Ryan solo con esas palabras.

Después de un rato Ryan se relajó hasta el punto de quedarse dormido debido a la medicina.












— eso creo..

—Por favor, míralo se ve muy inocente el no es un asesino. Debe de ser un mocoso estúpido. ¿A esto nos hemos rebajado? Ir por ahi y traer a cualquier imbécil — Dijo seguramente jeff

Reconocible por esos ojos inparpadeables y esa sonrisa cortada, pero que gran desgraciado.

Lo mire directamente

Ese comentario enserio me molesto, quien se cree que era para decirme eso a mi, que llevo matando desde los catorce años.

El igual me miro directamente, hubo un ambiente de tensión, mi adrenalina quería empezar a correr. El sonrió ampliando su sonrisa.

—Interesante, soy Jeff, espero que sepas como usar un cuchillo — dijo el idiota.

— Claro que si.

— Te ves muy joven a parte de ben para asesinar — Dijo una voz algo ronca y reconociendo esa apariencia se trataba de Ticci Toby

—Imbécil soy mayor de lo que aparento — dijo Ben.

—Dime cuantos años tienes?- reafirmó ben mirando en mi dirección

—Apuesto mi hacha a que 19 años- dijo toby

—Apuesto un riñon a que 18 — dijo un tipo vestido todo de negro con una máscara unas cuencas vacías como sus ojos el era Eyelees Jack

— Apuesto mi máscara a que 22 — dijo Hoddie.

—Apuesto un cuchillo a que 15 — dijo exageradamente Nina.

—apuesto mi gorro de Link a que son 16 — dijo Ben

— Apuesto mi sudadera a que 20 — dijo Jeff

—Y yo Apuesto mi vestido, a que son 17 — dijo bajando las escaleras sentándose en la mesa Jane, ella era muy hermosa en persona como nina, pero ella no lo se, de alguna manera se. veía más dulce y tierna.

— Y......Bien?- preguntaron todos.

Deje escapar un leve suspiro

—Diecisiete.......tengo 17 — al parecer Jane había acertado, vaya ella enserio era muy bella.

La sonrisa en el lindo rostro de Jane se amplio, mientras que los otros decepcionados aceptaron la derrota.

—Muy bien me deben. un hacha, una sudadera, un cuchillo, un gorro de Link, una máscara y un riñon— Soltó Jane

Todos aceptaron, el resto de la noche fue muy agradable, peleaban, discutían, insultaban, pero también eran bromistas, contaban chistes, reían, me di cuenta de que ellos eran como una familia, cuidándose entre ellos, si, suena raro lo se, una familia de creepys, pero ahora ya nada me sorprende, en ellos se podia confiar, talvez sean asesinos pero se podia confiar, eso me tranquilizaba,.era como matar, solo que algo más calmado, por primera vez en mucho tiempo me sentí como en casa, sin duda me agradaba estar aquí

Esto en serio es muy agradable, quien lo diría los más grandes asesinos que puedan existir, son como una familia y voy a ser parte de ella.


















Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.

El descenso de Ryan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora