Princess

1.
Parte uno de tres.

Louis no era el típico chico que le gustaba jugar fútbol por las tardes, tampoco el que salía con sus amigos y miraban a chicas lindas pasar por las calles de Londres. El no esperaba una chica hermosa, al contrario, él estaba esperando a su príncipe azul. Por lo menos tenía la dicha de conocer a aquel hombre.

Esa mañana el ojiazul había llegado un poco antes a la escuela, aunque realmente el solo quería estar en su casa y dormir hasta tarde. Quería tomar un vaso de leche y comer galletas de chocolate por un buen rato, su estómago comenzaba a gruñir y el solo podía gimotear cada vez que lo hacía, pero no podía darse el lujo de regresar a casa, sus padres prácticamente lo habían echado fuera ya que el examen del profesor Styles se daría ese día.

Estaba muy nervioso por el examen.

―¿Por qué tiene que hacer tanto frio?―sus delgadas manos se escondieron en las bolsas de la sudadera lila. Su madre se había encargado de vestirlo, aunque se había negado repetidamente; no hubo opción, era por eso que un gorro se encontraba en su cabeza, unos guantes en sus manos y el suéter lila que era más grande que su talla.

La larga camínate hacia la escuela se fue haciendo pequeña, venir pensado en cosas estúpidas o historias de amor le servían al castaño a distraerse.

«Que el sufrimiento comience», pensó antes de dar un paso hacia las grandes puertas de cristal.

A Louis nunca le había ido bien haciendo amigos, pero si era bueno consiguiendo brabucones que lo molestaran por su apariencia y sexualidad, solo por ser delgado, pequeño y con apariencia inocente. Aunque no tenía una pizca de inocente.

Odiaba que lo llamaran "puta" o "maricon", lo hacía sentir mal y terminaba con el corazón roto. Pero ese día estaba tan adormilado así que solamente entro con la mirada en el suelo. Quería pasar desapercibido y llegar a su aula correspondiente de una vez. Quería ser el primero en llegar y rezar para que Zayn Malik no estuviera ahí con sus amigos, esperando por él.

Para su gran inicio del día, el lugar estaba vacío, solo se encontraba su presencia. Camino despacio con una sonrisita alegre y dio un par de brinquitos para llegar a su asiento, provocando que su gorro diera saltos al compás.

―Después de todo creo que será un buen día―murmuro para sí mismo, sentándose en la butaca y sacando su libro de física; estudiar un poco más le vendría bien, sus padres no lo habían dejado por los gemidos de toda la noche. Fue una larga madrugada y por eso culpaba a sus padres por esas ojeras que tuvo que cubrir con maquillaje.

Se concentró y empezó a hacer las conversiones.

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El tiempo había pasado rápido, los alumnos ya estaban ocupando todo el salón. Algunos hablaban y otros estudiaban con una mirada frenética, pidiendo a sus compañeros que los auxiliaran con lo que no entendían, y entre ellos estaba Malik y su grupo de amigos. Y no importaba si estudiaban, el profesor llegaría en cualquier momento.

―Buenos días―Louis encogió sus piernas, y soltó un suspiro leve. El profesor Styles había llegado. El ojiazul no sabía si era el pantalón de vestir negro, aquella camisa azul que tenía tres botones desabrochados—dejando ver su pecho y un poco de sus tatuajes—o su voz llena ronca que siempre lo hacía encogerse sobre sí mismo, provocando que se sienta más torpe y pequeño de lo que ya es. El solo quería tener a su atractivo profesor

—Espero que hayan estudiado, este examen es el más importante y el que tiene más valor.

Los ojos de todos estaban atentos a las acciones del mayor, hipnotizados por su apariencia, e incluso con la fragancia tan masculina que usaba todos los días. Y Louis era uno de ellos, con sus ojos brillando y sus labios entreabiertos, mirándolo con plena atención.

Coloco su maletín de piel en el escritorio y comenzó a sacer exámenes, con toda la tranquilidad del mundo:—Recuerden que si reprobaron los dos exámenes anteriores y pasan este, su porcentaje de proyectos no ayudará mucho.

―No es justo, Harry―Louis rodo los ojos. Sabía que era Hannah tratando de llamar la atención de su profesor. Siempre lo hacía, e incluso en ocasiones se levantaba un poco la falda para que la mirara, pero no servía de nada. Curiosamente el profesor Styles solo prestaba atención cuando su alumno preferido chupaba paletas antes de clase o se agachaba a recoger cualquier cosa, dejando a la vista su voluptuoso trasero.

―La vida no es justa―hablo mientras entregaba los exámenes por cada fila―, y un favor, llámeme "Profesor Styles". No soy su amigo, soy su profesor.

Un fuerte ''Uuh'' se escuchó en el salón, todos soltaron risas burlonas hacia la ''Reina'' de la escuela y ella solo se limitó a roda los ojos. Y aunque Louis no era de burlarse de las personas, esa vez no pudo evitar soltar una risa alegre.

Y para el ojiverde era una pequeña humillación. El día anterior esa misma chica había dicho las mismas palabras a su dulce Louis, quitándole el profesor y añadiendo ''Reina'', como si fuera una. No era nada comparado a como sus compañeros se habían reído del menor.

Camino con pasos lentos hasta llegar a Louis.

―Suerte con el examen―Louis se estremeció entero, sus manos se aferraron a su lápiz y asintió frenéticamente. Sentía el aroma de su profesor a su lado, tan cerca que quería desmayarse ahí mismo. Su mirada se dirigió hacia donde provenía su voz y solo miro el pecho del Sr. Styles. Avergonzado y con pensamientos indecentes, quitó su vista del pecho de su profesor.

―Gracias―pronuncio avergonzado―, profesor Styles.

―Llámame Harry, por favor—susurro solo para ellos dos.

Vio cómo su profesor se alejaba y regresaba a su escritorio, sentándose de forma elegante. Louis exhalo y decidió dejar sus pensamientos estúpidos a un lado, ese examen tenía que salir bien, después se daría el tiempo de pensar en lo que sucedió hace unos segundos con él y su profesor.

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―Entreguen los exámenes, se acabó el tiempo chicos―quejas se escucharon y comenzaron a levantarse con enojo. Para suerte del ojiazul había terminado varios minutos antes que su profesor diera el anuncio, saco de la mochilla el cuaderno que tenía que entregar en orientación antes de entrar a su siguiente clase. Se levantó del asiento, acomodando su gorro.

―Tomlinson, tengo que hablar con usted―el menor frunció el ceño y asintió. Mordió su labio y camino hacia su escritorio, donde aún se encontraba recogiendo exámenes de unos cuantos que faltaban―. Vamos chicos, tengo que hablar con su compañero.

Louis parpadeo varias veces, sus manos comenzaron a jugar con su cuaderno esperando que todos se fueran, así su profesor podría hablar con él.

Harry comenzó a guardar sus cosas en total silencio, dejando a su pequeño confundido y temeroso de lo que iba a decir.

—Estabas copiando a tu compañera, Alison.

―¿Qué?―se exalto―. No, yo no hice eso, lo juro.

Tal vez solo dio una que otra mirada a una pregunta que no sabía la respuesta correcta.

—Te vi, estabas mirando repetidas veces.

―Esta bien, lo acepto, tal vez copie varias respuestas...—el ojiazul tomo con fuerza su cuaderno y lo coloco en su pecho. Si tan solo reprobaba solo una materia sus padres lo matarían, y agregando a que copio por primera vez por los nervios sería peor.

Una idea surgió en su mente. Una loca y descabellada idea.

―¿Qué puedo hacer?―murmuró, lambiendo sus labios y sin apartar su mirada inocente de su profesor. Sabía de las miradas discretas que su profeso le daba a veces. Era distraído, pero no idiota.

—Mmh, puedes ayudarme a revisar los exámenes mañana—Harry acomodo las pruebas desordenadas de su escritorio apartando la mirada de Louis—. Haré una excepción contigo porque eres un alumno ejemplar, así que te perdono esta vez, Louis.

—Creo que puedo ayudar en eso.

«Y tal vez en mucho más».