Princess

♡ིུ Blue

15

Louis estaba muy emocionado, era la primera vez que su Harry venía de nuevo a la isla macó después de ir a visitar a sus abuelos de New York, y el solo quería mirar sus brillantes ojos esmeraldas una vez más.

Se encontraba sentado sobre la roca donde Harry lo había visto la primera vez por un descuido suyo, pero aún así no se arrepentía de haber conocido a aquel universitario de cabello corto y bonitos hoyuelos en sus mejillas. Rió al recordarlo y cubrió su boca con ambas manos, como si acabara de revelar algún secreto.

Suspiro y su cola toco el agua del mar, jugando con ella. El problema de Louis es que era tan distraído y se maravillaba con cualquier cosa, incluso cuando trato de acercarse a un bote de pescar enorme y casi quedó atrapado por las redes. Fue la última vez que se acercó a un barco, ahora solo los miraba debajo del mar y los más alejado posible.

—¡Louis!—su rostro se giró hacia dónde provenía aquella voz que conocía perfectamente. Una sonrisa se instaló en sus labios tan rápido como un rayo.

Ahí venía su Harry, con una sonrisa pintada en su rostro y una mochila colgando de sus hombros, exponiendo sus tatuajes con la camisa blanca que lo cubría.

—¡Harry!—grito, alzando ambos brazos hacia él. Harry solo corrió en respuesta hacia la piedra situada en la orilla del mar, incluso tropezó con una pequeña piedra en el camino, pero no le importo al ver la risa que soltó aquel hermoso chico que solo pensaba que existía en las películas: un tritón. Él era torpe, pero se volvía aún más al lado de Louis.

Sus pies se mojaron cuando llegó a la roca y los brazos de Louis no tardaron en abrazarlo con tanta fuerza que temió por un momento que lo dejaría sin respirar.

—Hey, pequeño tritón—le correspondió el abrazo—. Me extrañaste, eh.

La cabeza de Louis se movió en un asentamiento ansioso.

—Si, Harry—Louis no sabía hablar, solo las palabras que el ojiverde le había enseñado para poder comunicarse con él. Él solo podía hablar con los animales acuáticos, y eso dificultaba cuando trataba de practicar las palabras que Harry le enseñaba.

—Yo también, no sabes cuánto—murmuró en su oído.

El abrazo duró unos minutos más en completo silencio, solo con las olas del mar chocar contra la fina tierra de la isla. Harry suspiro con alivio y deshizo el abrazo.

—Harry, no—Louis intentó de nuevo llevar sus brazos al cuerpo de su Harry, con voz lastimosa.

—Estoy aquí, Lou—dijo el ojiverde, quitando su mochila de sus hombros y colocándola arriba de la hermosa cola azul del tritón—. Te traje un regalo.

A Louis se le volvió a iluminar el rostro:— ¡Un regalo!—chilló de alegría mientras sus manos aplaudían ansiosas. Louis coleccionaba las cosas que encontraba de los humanos y las resguardaba en una cueva de la isla macó, no quería que volvieran a robar sus cosas como la última vez. Él sabía que había sido la tonta de Aquamarin.

—Te encantará.

Louis asintió, aún con su cabello mojado y sus manos frías.

Harry abrió la mochila y sacó un colgante con una bonita piedra de cristal. Le había costado todos sus ahorros, pero si era para el bonito tritón que estaba frente a sus ojos, no importaba el dinero.

—Mío–Harry se lo tendió con mejillas rosadas entre las pequeñas manos escamosas del ojiazul. Louis lo tomo y lo observó detenidamente. Era muy brillante y bonito.

Sus mejillas tomaron un color rosado al no saber qué hacer exactamente con el. Miro el cuello de Harry y estaba desnudo. Ladeo su cabeza y miro intensamente al chico en frente de él.

—Ya te lo pongo—tartamudeo él atractivo chico humano. Sus dedos se rozaron sutilmente cuando Harry tomo el collar entre sus manos y de subió a la sólida roca, detrás de la espalda de Louis.

—Bonito—susurró el ojiazul, tocando la frágil piedra entre sus dedos cuando Harry la puso en su cuello.

Harry sonrío y toco la delgada cicatriz que viajaba de el hombro derecho hasta el medio de la cintura del pequeño tritón. Le había contado que se la había hecho un tiburón que no quería ser su amigo, así que había decidido morder su brazo para comérselo. El pequeño tritón había sido más rápido y huyó, pero con una herida en su espalda que dolía mucho, no más al saber que aquel tiburón blanco no quería ser su amigo.

—Harry—dijo el tritón, despertándolo de sus pensamientos sobre el—. ¡Vamos a nadar!

Louis saltó al agua, salpicando a Harry con las gotas saladas del mar. Harry quito su camisa, dejando a la vista los tatuajes que Louis amaba tocar con delicadez cuando se recostaban sobre la arena y observaban el ocaso. Se quito sus tenis y se lanzó al agua aún con sus jeans puestos.

Louis le sonrío bajo el agua y extendió su mano hacia la de Harry. Se tomaron de las manos y comenzaron a nadar por el arrecife.

Harry giró su cabeza y vio hipnotizado como la cola de Louis se movía debajo del agua, con el mismo color de ojos y en las aletas con diferentes tonos de colores. En cambio Louis miro las piernas del ojiverde, deseando tener unas iguales en su cuerpo para poder estar siempre estar al lado de su bonito humano. Tal vez intentaría por primera vez tener sus piernas de humano.

«También tendré una sorpresa para ti, mi bonita estrella».

Harry le sonrío y el hizo lo mismo, acercando sus labios a los de Harry, pasando su aire en la forma más inocente que el mundo jamás había visto. El tierno toque de los labios de Harry enviaron una agradable sensación en su estomago que no supo descifrar de que se trataba, pero se sentía bien.

amo las sirenas. espero y les guste