Sinceramente no es el mejor día para mi.
Ésta mañana me desperté no por el ruido de los pajarillos cantando detrás de mi ventana, desperté gracias al estafador y al mediocre porque estaban en mi habitación jugando a lanzarse globos de agua, afortunadamente ninguno cayó sobre mi cama
Pero literalmente me levanté con el pié izquierdo y resbalé gracias al agua que había en el suelo.
Después de eso, traté de hacer algo que tuviera sentido en mi rara e inservible existencia... fui a buscar trabajo.
Pero como era de esperarse, me rechazaron. Según el gerente de un restaurante de comida china poder decir Sushi no me hacía bilingüe ni mucho menos aceptaba que sus trabajadores no supiesen las tablas de multiplicar.
Bueno, él no tenía la culpa de que yo fuera un asco en matemáticas, y yo no tenía la culpa de que él fuera un ignorante que no sabe apreciar mi primera palabra en otro idioma.
Empecé a caminar rumbo al departamento maldiciendo entre dientes, pero al ir tan sumida en mis pensamientos tropecé sin caer pero mi móvil cayó dentro de una alcantarilla.
Tuve la opción de dejarlo ahí y no hacer el ridículo al tratar de sacarlo, pero como yo soy tan anormal no ise eso:
Me arrodillé frente a la alcantarilla traté de meter mi mano entre las rejillas pero mi brazo es muy corto.
Soy algo así como un tiranosaurio rex. Piernas largas, brazos cortos.
Otra de mis grandes maravillas.
Bufé levantandome del suelo. Bien, plan B.
-¡TÚ!- Grito a un chico que iba caminando por ahí -¿Podrías hacerme el favor de sacar mi móvil de la alcantarilla?- Sonrío. Él se mantiene unos segundos frente a mi y después sigue con su camino. Bien, plan C -TE DARÉ CINCUENTA BILLETES SI LOGRAS SACARLO.
Dos minutos después tenía mi móvil en mis manos.
Entro al departamento y no veo a ninguno de los chicos en la sala de estar. Le resto importancia y desato la coleta que sujeta mi cabello para dejarlo libre, camino hacia la cocina y abro la nevera en busca para algo para comer.
VOY A MATAR A LA PERSONA QUE SE COMIÓ EL ÚLTIMO MANGO QUE HABÍA AQUÍ. ¿QUÉ SE SUPONE QUE COMERÉ AHORA? ¿UNA PERA? NO GRACIAS.
Cierro bruscamente la nevera y giro mi cabeza para ver algo que iluminó mi rostro.
Una caja de rosquillas.
La llevo hasta la barra de la cocina y me siento en un banco para quedar frente a ésta. Quito la tapa y observo que aún queda una, la tomo y le doy un mordisco.
SUERTE. ¿POR QUÉ EN ESTOS MOMENTOS ME DEJAS SOLA Y DESAMPARADA? TE NECESITO. Y MÁS AHORA QUE ME DOY CUENTA QUE LA MALDITA ROSQUILLA ESTÁ TERRIBLEMENTE HECHA PIEDRA Y A DURAS PENAS PUEDO MASTICAR.
Pero no importa, no dejaré que una rosquilla cualquiera me derrote.
Ganaré ésta pelea.
-Hola Rachel.- Álex entra a la cocina y se sirve algo de agua en un vaso.
-Hola, ¿En dónde estabas?- Pregunto.
-En mi habitación, ¿Y tú?- Se sienta a mi lado.
-Buscando empleo.- Suspiro.
-Te rechazaron ¿Eh?- Da media sonrisa.
-Era de esperarse.- Hago una mueca, tomo una cuchara de metal y empiezo a golpearla.
-¿Qué se supone que haces?- Álex pregunta para después darle un trago a su vaso.
-La rosquilla se lo buscó, no quiere que la coma.
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My Little World
Mizah¿Quién podría aburrirse con ésta clase de amigos? Portada: @ReginA170