Una situación que la venia venir pero aun no estaba lista... nadie puede sentirse preparado para algo así. Debía hacer algo al respecto, la pregunta era ¿Qué podía hacer? Pero existía algo más sorprendente que hasta sobrepasaba la anterior pregunta era ¿Cómo podía saber la fecha de mi cumpleaños si con tanto recelo me reservaba esa información? era impresionante la forma como podía averiguar lo que quisiera en cuestión de segundos. Erick se había convertido en una bestia que se alimentaba de la inseguridad, escasa autoestima y el peor sentimiento que podía tener un ser humano: el miedo ¿Cómo podía luchar contra eso?
El almanaque marcaba primero de Noviembre, faltaba un poco más de dos semanas, para ser más exacta faltaban solo diecisiete días para mi celebración, o más bien para la llegada del festín de los monstruos. Esperaba que este mes fuese como los anteriores, rutinarios y aburridos, pero en vez de eso se torno en extremo peligroso. El resto del camino intente (si así podría llamarse) buscar alguna salida a esta irremediable situación. Es indescriptible la forma en cómo mi cuerpo comenzaba a sufrir estragos, entre los pocos síntomas que me vienen a la mente fueron: transpiración incontrolable, escuchaba solo mi inconstante respiración, no detengo la vista en ningún punto, veo solo colores vagamente claros, como si echara pintura sobre un cuadro y luego cayera agua sobre él, solo ves colores sin poder reconocer algún objeto.
Al cabo de unos minutos la oxidada lata se detuvo frente a Coraza Mariposa, me hallaba junto a la puerta, podía ser la primera en salir pero preferí esperar a que la imberbe muchedumbre se adelantara, caminaba con flojedad como si tuviera que pedir permiso a un pie para poder mover el otro, no tenía ni las mínimas ganas de atravesar esa dimensión desconocida, mi sufrimiento expresado en desanimo, me llevo a tirarme en mi cama, el cansado colchón que siempre hablaba cada vez que me lanzaba sobre él, aunque en esta ocasión no lo escuche ¿Me cerré tanto al limitado exterior que ni siquiera podía escuchar el rechinar de los resortes? Quise distraerme un poco así que me asome por un largo rato por la ventana y de pronto vi a un colibrí revoloteando entre aquellas delicadas flores que sobresalían de los arbustos en que tantas veces me escondí de los malvados monstruos; recordé las innumerables ocasiones en que Sabrina me protegía de ellos exponiéndose a todos los mortales ataques... Comencé a sentir un poco de envidia hacia ese pajarito, como volaba sin que nada ni nadie le prohibiera hacerlo, succionando sin restricción alguna, el néctar de esas flores apenas rociadas por el jardinero, las veces que el alba emergía, entre lo que se suponía que fuese las torres alzadas, me preguntaba cuándo podré hacer lo mismo que el colibrí, volar mas allá de estas paredes sin mirar atrás y asentarme en una flor pasiva e inmensa hasta que mi minutero se detenga. En mi mente me encontraba en un cuarto, gritando "Malditos sean" hasta más no poder, golpeándome a mi misma sin ninguna reserva. A partir de ahora lo único que deseaba era estar muerta ¿Por qué cuando estamos acorralados, tomamos el camino más fácil? la muerte es tan... rápida y simple, solo las débiles como yo la prefieren...Las débiles como yo la prefieren, las danzantes empezaron a recorrer sumisamente por ambas mejillas, oscuros sentimientos queriendo escapar de la puerta de mi corazón. Apenas salieron un par de lágrimas, no quería mostrar debilidad en esta jauría de lobos ¿irónico? una debilucha que no quiere mostrarse débil. Sabia la verdad pero no quería decirlo, aun no tenía el valor.
El resto de la tarde me la pase haciendo mis tareas, podías hacerlas en un cuarto o cuando mucho media hora, sin embargo arrastraba el lápiz con suma lentitud. Era eso o colapsar con las enrevesadas interrogantes que a mí misma me hacía. Los metálicos rayos de la luna fueron cubriendo cada rincón aunque la oscuridad que venía con ella sombreaba alguno de esos innumerables rincones.
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Desde El Otro Lado De La Ventana
Mystery / ThrillerRelata la historia de Clare, una joven que desde muy pequeña conoce los más amargos sabores de la inextricable vida: dolor,tristeza y perversion ofrecida por la triquetra en Coraza Mariposa. Su unica ancla fue Sabrina, otra reclusa, así los llamaban...