Esa tarde Bill regresaba de cantar demasiado cansado. A decir verdad, siempre vivía cansado. El dia estaba bastante soleado con una brisa que lo hacia sentir relajado. Caminaba lentamente por la calle. Le gustaba ese clima.
Eso le hacia olvidar caras. Las promesas. Los sentimientos. El vacío que sentia. Y por ese momento, era feliz, de nuevo.
Tom salió. Quiso caminar bajo la lluvia. No sacó nada para protegerse. Solo sus recuerdos. Él seguía lleno. Lleno de sentimientos rotos.
Siguio caminando con la cabeza gacha. Miraba como sus propios pies lo perdian en aquella ciudad. Llegó a un prado. Al prado donde él y su padre hacian carreras, en su infancia
Al llegar, vio una silueta frágil
-No debería de estar aquí - Dijo Tom, con voz firme.
-No sabía que habia alguien...
Calló al voltear. Los dos se miraron, detenidamente. Sus ojos estaban cristalinos. Ninguno decía nada. Fingían no conocerse.. hasta que bill volvió a hablar.
-Lo siento.
Tom lo seguia mirando. No sabia que responder, ni que pensae. El lo habia lastimado de alguna u otra forma. Aunque pareciese tonto.
-No deberias de estas aqui, Bill - volvió a decir.
-Se que me fui cuando en realidad no debía, pero.. - calló.
Bajo la cabeza y continuó diciendo.
-Necesitaba un respiro.. - lo interrumpió.
-¿Y yo alguna vez te hice algo, como para que te alejaras de mi?
-N-no, pero...
Sin que Bill se diera cuenta, Tom lo atrajo a sus brazos y lo acurruco en ellos.
-Lo siento, Tom, es que, estoy asustado.. - lo interrumpió de nuevo.
-Bill, aquí estoy - siguió - Es más... creo que daria más por ti, que por mi madre - dijo con voz tenue.
-¿Porque dices eso?
-Porque a ti te quiero más.
Y lo abrazó más. Aún más. Y aquellos nuevos recuerdos, se sumaron con los felices y unicos recuerdos que apenas tenía.
