Llegó tarde.
-¿Quién es el? - preguntó su madre
-Es su hijo... - contesto, la enfermera.
Bill sintió sus ojos llenarse de lágrimas. Era lo que menos queria. La única persona, que alguna vez amo a Bill, lo habia olvidado...
-S-soy.. tu hijo, Bill.
Su madre lo miro confundida y llena de temor.
-¿Quién eres? - preguntó de nuevo - Yo no tengo ningun hijo - y luego, empezo a alterarse. Esa palabra se habia apoderado de los recuerdos de su madre.
Bill salió corriendo. Las lágrimas corrían por su rostro. Lo que había sido un día soleado minutos atrás, ahora era un día lluvioso. Comenzó a mojarse. Eso quizás, le iba a provocar un resfriado luego.
Tom ese día no iría a trabajar porque era fin de semana. pero, su rutina cambió. No se quedaría en casa, ya que en algún momento, su madre iba a llegar.
Agarro una gabardina; con la que iba a protegerse un poco de la lluvia, luego de un rato busco un paraguas. Y salió.
Quizas, el destino hizo que Tom agarrara el paraguas, cuando en realidad solo iba a salir con su gabardina. Pero ¿El destino le jugaría una mala pasada o buena buena pasada?
