Llagaba cansado a su casa. Odiaba trabajar toda la mañana y mitad de la tarde. Ansiaba cada dia que la noche llegara. Porque lo unico que queria era paz, y eso era lo que cada noche le daba.
-Tom ! ¿A dónde crees que vas? - gritaba su madre
-Al trabajo! - gritaba Tom
Siempre era lo mismo. Cada mañana antes de irse al trabajo los gritos de su madre lo alteraban.
-Tom! ¿A dónde crees que vas? - gritaba su madre, como siempre
- A mi habitación! - gritaba Tom, irritado.
Al igual que cada noche era lo mismo, pero, a él le gustaban las noches, y no por los gritos, sino porque los oía por última vez y luego tenia paz.
Bill llegaba adolorido a su departamento. Amaba cantar todos los dias, pero odiaba las tardes, porque tenia que ir a visitarla. Era por eso que después de verla, lo unico que quería era paz y eso, solo lo encontraba cada noche.
-Hey.. pug - saludaba a su gato, como siempre.
Tomaba una taza de chocolate y abría la ventana. Y era ese momento cuando su paz se hacia más grande.
Los dos tenían algo en común sin todavía conocerse.. pero lo harían. En cualquier momento, se conocerían. ¿Quizás?
