10. Panico

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C

umplí mi promesa.

- ¿Inmortal?- murmuró extremadamente confundido, se tambaleaba de adelante hacia atrás, como sí estuviera muy mareado- ¿DE QUE ESTAS HABLANDO?- me enfurecí.

- Créeme no lo repetiré.

- Pero de que hablas, niña- miró a todos lados y al ver el bosque y las fogatas se alarmo, me miró con temor y desconcierto- ¿Qué demonios hago acá?- apreté los puños mirándolo con furia y acercándome peligrosamente."¡¡¿¿niña??!!"

- Si vuelves a llamarme niña, hare que te arranques la lengua...

- Nueva- gritó Saura interrumpiéndome, la mire, había levantado en peso al pelirrojo que seguía en una especie de trance, entre gemidos y gritos ahogados por la mordaza en su boca.- tráelo y sígueme.- corrió a hacia la esquina y comienzo del bosque esperándome ahí.- Compañeros- alzo la voz- antes de que la luna se oculte marcharemos. Se los prometo, tendrán su recompensa.- sonrió y el claro se lleno de una especie de aullidos de emoción y anticipación.

- Levántate- le ordene al ex-humano, aprovechando el creciente desorden, Saura ya había desaparecido entre los árboles y yo me disponía a hacer lo mismo.- sígueme- emití corriendo con mi rapidez acostumbrada, pero él al verme hacerlo retrocedió con temor, suspire y me vi obligada a retroceder y tirar de su brazo. Lo mire directo a los ojos- créeme te acostumbraras.

El chico corrió a mi compas, mirando sus piernas moverse a toda velocidad con asombro, mirando el paisaje que no se difuminaba ni un poco, sintiendo esas sensaciones que yo misma recordaba.

El sentirse mejorada, era una sensación agradable.

Sentirse nueva y perfecta...

Llegamos, yo aun mantenía mi mano firmemente agarrada a la de él. Quería tenerlo cerca y así evitar que hiciera alguna locura frente a Marcuss.

Marcuss lo estudio por completo y se detuvo por mucho más tiempo del normal, en nuestras manos unidas. Haciendo un gesto indescifrable.

- Así que este es el nuevo- murmuró para sí mismo. Asentí. Sintiendo como la presión aumentaba en el agarre de mi mano.

- Es bastante normal-emitió con cierto desdén mezclada en su tranquila voz- ¿Por qué lo elegiste?- me miró inquisitivo.

- ¿elegir? –repetí sin entender. Lo mire de soslayo- no lo elegí solo... vi la oportunidad - se acercó.

- Las oportunidades se crean linda. No dudes que TU lo elegiste- "¿realmente lo había elegido?" estudié con disimulo el rostro pálido de mi "sirviente"

- ¿Cómo te llamas?- le preguntó mientras yo, seguía considerando la posibilidad de realmente haberlo elegido.

- Calet- contestó firmemente, lo que me sorprendió. Todavía le quedaba mucho valor, cosa que la mayoría perdía frente a Marcuss.

Marcuss sonrió.

- Y supongo que no tienes mucha idea de lo que te ha pasado...

- En realidad- lo interrumpió a lo que yo le estruje la mano nerviosa, Marcuss odiaba ser interrumpido, Marcuss cambio su sonrisa por una malévola y mezclada con irritación.- tengo una teoría.

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