La casa de al lado.

Capitulo 9.

Pensaba que aquello podía llegar a ocurrir, sabía lo enfadado que estaba lo que fuese que estuviera en la casa mi vecina, lo que no podía imaginar es que lo iba a estar tanto como para llegar a matar a aquel hombre que lo único que quería era ayudarnos.

Mi madre no salía de su asombro, estaba petrificada ante semejante hecho. Su cara permanecía blanca y no dejaba de rezar mediante susurros, el miedo había hecho mella en ella. La tomé del brazo y salimos lo más rápido que pudimos de aquel maldito lugar.

Al llegar a casa como pude me puse en contacto con la policía para contarles lo acontecido y para que fuesen a recuperar el cuerpo de aquel pobre hombre, mientras mi madre permanecía con los ojos desencajados en el sofá de casa y con la taza de tila que yo mismo le había preparado.

La verdad de toda aquella situación es que no sabía que podía hacer, pero hubo algo que me llamó la atención. Mi madre estaba sosteniendo una pequeña fotografía en su mano y me acerqué a mirarla.

No me sorprendió lo que estaba observando porque ya imaginaba lo que podía llegar a ser, era la foto de la familia que vivió anteriormente en la casa. En ella aparecía la mujer que cometió los terribles asesinatos, su marido y lo más increíble de todo fue ver a aquellas dos niñas pequeñas pero acompañadas de un bebé que a juzgar por su tamaño no había pasado mucho desde su nacimiento.

En ese momento miré a mi madre asombrado y ella me devolvió la mirada, los dos pensábamos que estábamos ante la respuesta de lo que estaba pasando allí dentro.

Nos quedamos durante largo rato atónitos ante lo que podía ser la respuesta a todos los acontecimientos que estaban dándose lugar en la casa de nuestra vecina y que parece ser que no era nueva en el vecindario, ya había estado allí antes.