XIII

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Jenny
Caminaba por el pasillo, para ir a su clase de biología, esa mañana. El entrenador buscaba a Jossie, pero en su lugar había encontrado a su hermana.
-Lizzy-dijo el entrenador acercándose.
-Señor Fermigan, no pienso darle ninguna razón a Jossefine. Ella esta en casa, por eso falto a la practica de hoy.
-En realidad quería hablar contigo. -ella frunció el ceño, y se enderezó.
-Bueno, dígame-cruzo los brazos.
-He visto que tus notas en álgebra y química están aumentando.
-Si. Es verdad. Pero no entiendo que tiene que ver con usted.
-El director quiere becarte, Elizabeth.-ella abrió los ojos con felicidad-Pero para eso tienes que estar practicando un deporte. Todos los chicos que tienen beca practican algún deporte. Tu serias la primera que solo obtenga una por tu rendimiento académico.-volvió a fruncir el ceño.
-Sigo sin entender porque tengo que practicar algún deporte-movió la cabeza a un lado, y lo miro directamente a los ojos.
-Esta escuela solo patrocina becas para deportistas. El director quiere cambiar eso. Mientras tanto, tienes que practicar algo. Si quieres
-Claro que quiero. Cuente conmigo-ella sonrió y siguió su camino a clase-De todas formas, siempre me pareció que esta escuela era extraña.
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-El asunto es que...-dijo Jossie al lado de Jenny-Karson esta tomando algunos de mis consejos y...parece que le gusto mas ahora-Jossie sonrió, pero Liz apenas si pudo mirarla a los ojos.
-Todo esta saliendo bien-dijo.
-Claro que si. Bueno, tengo que irme. Voy con Karson a comprar algunas cosas.
-Esta bien. Suerte-se despidieron y Jossie se fue.

Liz camino hacia su casillero, para guardar todo eh irse a casa.
Tenía entregarle el pez dorado a Jhon, pero primero necesitaba a Jason junto a ella. Su celular vibro, y vio que era un mensaje de Karson.
"Ven al centro ahora. Necesito que me ayudes a elegir ropa sin que Jossie se de cuenta. Tiene un gusto horrible.
K."
Liz sonrió y contesto:
"Voy para allá
J."

Metió todos sus cosas, y cuando iba a salir por la puerta, Jhon la detuvo. La chica quedo a centímetros de su boca, tuvo que jalarse para poder soltarse de la mano de Jhon.
-Dijimos que nada de charlas en la escuela-dijo Liz, acomodando su morral.
-Se que tienes el pez.-dijo Jhon. Una corriente helada subió por las piernas de Liz y trago. -Dámelo.
-Mira, Jhon-Liz sacó valor y dio un paso para adelante-Tengo tu tesoro. Ahora, yo pongo las reglas. Necesito mañana a las 8:00 a Jason en mi casa. Sano y salvo. O juro que destruiré el maldito pez. Tu decides-Jhon había permanecido callado.
La miro a los ojos...y soltó una carcajada.
-¿Enserio crees que puedes manejarme a tu antojo, zorrita estúpida? Puedes dar miedo en tu clase y ser la mejor en la escuela. Pero, si no me das el pez primero, tu novio llegara mañana a las 8:00 en pedacitos. Tu decides.-las mismas palabras en Jhon sonaban mucho mas aterradoras. A Liz se le ocurrió algo.
-Matalo. Puedo conseguirme a otro y superarlo. ¿Pero que me dices tu? ¿Podrás vivir sin tu tesoro? Lo destruiré. -lo miro a los ojos. Ahora , no respondió.




-Sorpresas te da la vida, mi amigo-dijo ella.-Nos vemos mañana. Parque Eastwood. 3.00 en punto-salio por detras-!Se cumplido!
-¡Prometido!-gritó Karson. Liz salió rápido. Sabía que tenía que hacer algo para lograr su plan.
Quería hundir a Jhon, pero no podía hacerlo mientras sus gorilas la estuvieran vigilando todo el día. Miro por el retrovisor. Un carro negro la seguía. Dio varias vueltas sin ninguna dirección, hasta confirmar que la estaban siguiendo. No sabia como librarse de ellos. Se metió por un túnel, y dio una vuelta maestra por un retorno, sin que ellos se dieran cuenta. Miro hacia atrás. El carro ya no la seguía.
Más adelante, entro de nuevo al centro comercial.
Sus ahorros estaban destinados a una emergencia, ella lo considero una.
Saco la mitad de su dinero, y compro cinco cámaras de seguridad. El sistema le había salido económico y unidos con un dispositivo que mantenía todo en contacto con su celular.
Volvió a tomar la vía. Llego a su casa y subió para mirar por la ventana. Los gorilas la estaban viendo desde la casa vecina y la calle. Todo fue cubierto por papel de regalo. Suspiro y se encerró para empezar a poner todo en orden.

El Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora