Capítulo 7- ¿Cuál quieres?

38 3 0
                                    

Hoy es Viernes 15. Hay examen de matemáticas. El tema de hoy es bastante fácil, lo sabía de memoria, aunque no hubiera estudiado. Pero estoy en dudas sobre si aprobaré o no, sentarse al lado de Adam no es nada agradable para mi concentración, menos si acordaba lo que había sucedido ayer.

-Alumnos quiero que sobre el banco solo tengan dos hojas y las biromes que vayan a utilizar.

Mis biromes siempre eran las mejores de todas. Siempre tenían un papel por dentro *que yo colocaba* donde se encontraba un resumen de las evaluaciones. Esta vez yo había estudiado pero siempre llevaba esos papeles por si me olvidaba de algo.

-¿No te molesta si te pregunto por algunas respuestas? No he podido estudiar.- Adam hizo una sonrisa de oreja a oreja.

-No creo que te sea de mucha ayuda, tampoco he estudiado pero algo debo saber.

Me gire al sentir que alguien susurraba mi nombre.

-Sus, qué quieres.- Dije ya sabiendo lo que venía.

Sus se había sentado atrás de mi lugar. Ella no era de estudiar mucho, mejor dicho, de estudiar nada.

-¿Has traído tus lapiceras mágicas?

Iba a matarla, no era necesario gritarlo.

-¿Todo en orden señoritas?- Preguntó el profesor. Nosotras asentimos.

Espere a que el profesor de vaya para poder responderle a Sus. A veces era mejor hacer como que no la escuchaba.

-Claro que sí, estúpida. Aquí tienes.- Le alcancé la lapicera por debajo del banco. Sus me miro seria, como si mis palabras hubieran sido enserio. Aunque si lo fueron.

El profesor terminó de entregar los exámenes. No eran tan difíciles como me los imaginaba, supongo que debo haber aprobado. Entregue el examen y el profesor me permitió salir, para que no 'Moleste o ayude' a mis demás compañeros.

-Y ahora qué puedo hacer aquí sola. Esto es aburrido.- Exclamé. Pude escuchar la puerta abrirse, estaba rogando para que fuera Sus.

Me giré dándole la espalda a la puerta al ver que quien salía era Adam. ¿Por qué todo el destino estaba a mi contra?

Adam me vio y fue hacia mí.

-Acompáñame- Me susurró.- Quiero mostrarte algo.

Adam me llevaba de la mano atravesando pasillos, puertas y árboles en el momento en que salimos al patio. Espera... ¿Patio? Que querrá mostrarme.

-Cierra tus hermosos ojos, no puedes abrirlos hasta que te diga, ¿Entendiste?- Asentí con los ojos cerrados.

Seguíamos fuera del colegio. Definitivamente, si el director nos veía, estaríamos en castigo hasta el año que viene.

-Ya puedes abrirlos, despacio. No te apures.

Al abrir los ojos me encontré con una vista hermosa. Flores de todo tipo, árboles con flores de todos colores, hamacas, toboganes... parecía una plaza que se encontraba dentro de un vivero. Los viveros eran unos de mis lugares preferidos, me gusta sentir el olor de cada planta al entrar, el aire fresco, el cantar de los pájaros. Era una de las cosas más lindas, definitivamente.

Un poco más lejos de donde estaba se podía ver una mesa con un regalo sobre ella.

-¿Te gusta? –Preguntó Adam. Yo asentí.

-Me... encanta.- Dije al fin.- Todo esto es tan hermoso. ¿Por qué me traes aquí?

-Este es uno de mis lugares favoritos. Vengo aquí cada vez que puedo, a veces cuando me siento mal vengo y me siento bajo los árboles a pensar. Camino, camino y camino sin importar cuántas veces pase por el mismo lugar. Simplemente, es hermoso.

Entre NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora