Capítulo 1- ¿Qué pasa, por qué te detuviste?

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Ahí estaba yo, un sábado por la noche, cuando los invitados llegaron. No quería bajar, había tenido una terrible pelea con mis padres.

Se sintieron las puertas del auto golpear tres veces, ahí comencé a imaginar los hijos pequeños de la familia, molestándome en mi habitación.

(Porque como siempre mi padre diría que los invite para que la conozcan)

Bajo, obligada. Al abrir la puerta entran los amigos de mis padres, Mariah la mujer, Robert el hombre. Detrás un chico de mi edad, aproximadamente unos 16 años. Empecé a sonreír ya que no era un niño y no tocaría mis cosas.

-Sophie, ¿Recuerdas la familia Jackson? Él es su hijo, Adam. – Dijo mi padre con una mirada que parecía decir de todo.

-Si la recuerdo, mucho gusto. –Dije mientras estrechaba la mano de Adam.-

-Un gusto conocerte, me han hablado muy bien de ti. –Dijo Adam, mirándome como si fuera más rara de lo normal. Supongo que fue porque estreche su mano.

Luego de cenar quise ir a mi habitación, a escuchar música. Como siempre.

Al instante en que me levanté vi que mi padre quiso decirme algo. Siempre hace lo mismo.

¿Acaso no puedo ir a mi habitación tranquila?

-Sophie, ¿Por qué no invitas a Adam para que conozca tu habitación?

(Sabía que esto pasaría)

- Si claro, ven Adam.

Odio que entren a mi habitación. Es el único espacio del que soy dueña, siento que me invaden. ¿QUÉ MI PADRE NO ENTIENDE CADA VEZ QUE LE REPITO 'NO PIDAS QUE INVITE A NADIE A MI HABITACIÓN'? NO ES MUY DIFÍCIL DE ENTENDER.

-Sígueme Adam, es aquí arriba. –Dije con un todo poco agradable.

¿Acaso no querrá ir al patio?, sería mucho mejor

Subimos las escaleras y mis pobres piernas se encontraban cansadas, como siempre. Es la costumbre de no hacer ejercicio y no bajar muy seguido de mi cuarto.

Adam parecía agradable el primer momento en que lo vi, pero en realidad no habla mucho. Al menos durante las dos horas que lleva en mi casa.

-Aquí es, hoy no pude ordenar. Estuve ocupada.

(Mentira, así soy siempre)

-No te preocupes, no tienes porqué mentir. Yo tampoco ordeno mi cuarto. –Al fin habló, pensé mientras sonreíamos.-

-Como verás no tengo nada divertido para hacer, no sé qué cosas te gustan. No creo que tengamos nada en común.

Cada vez que Adam me miraba no podía evitar caer en los encantos de sus ojos. Es como si tuvieran poderes mágicos, nunca había visto tales ojos. Pero cuidado, que me gusten sus ojos no significa que me guste todo de él.

-No hago mucho, mi vida se basa en estar con amigos. No creo que haya nada mas div... -Adam se detuvo como si quisiera evitar decir algo-

-¿Qué pasa, por qué te detuviste? –Pregunte como si me hubieran dado un título de chusma, como si me gustara saber todo de los demás, en realidad no.

(En realidad sí)

-No sucede nada, no te preocupes. Solo tuve una discusión con mis amigos.

-Cuando suceda algo y no tengas a nadie para hablar, estaré aquí. Sé que suena un poco exagerado ya que recién nos conocemos. Pero seguro que con el tiempo nos haremos mejores amigos. Espero que sigas viniendo a mi casa ya que tus padres vendrán seguido aquí.

Adam me recuerda a mí. Siempre discutiendo con mis amigos (no es que tenga muchos), con la diferencia de que nosotros casi nunca tenemos un momento agradable. Siempre terminamos peleando por mis celos o por las cagadas que me mando. Lo importante es que yo soy el problema, siempre.   



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