Capítulo XI

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Empiezo a llamar a mi madre. Mi hijo viene corriendo.
-¿Qué pasa,mamá?-Eleonard.
-Vas a conocer a la abuela-le dedico una sonrisa tierna a mi hijo y le acaricio la cara.
-¿Tengo abuela?-me pregunta confundido.
-Sí cariño,pero está ocupada y no ha podido venir-le explico.
Un halo de luz ilumina la habitación. Estoy expectante por volver a ver a mi madre. Sin embargo,no es ella. Mi desilusión se hace notoria al ver al hombre que tengo frente a mí.
-¿Qué quieres,Lubna? Sabes que a Artemisa no se la puede molestar-Apolo.
-Tengo que hablar con ella...-Lubna.
-Un momento,voy a preguntarle si puede recibirte-Apolo.
Vuelve a desaparecer. Es increíble que no tenga tiempo ni para su propia hija. Miro a Clarissa que tiene la mirada perdida. Cojo a mi hijo en brazos. Al poco tiempo vuelve a aparecer Apolo.
-Puedes hablar con ella-Apolo.
Miro a Clarissa y me acerco a ella.
-¿Vamos?-Lubna.
Me asiente y nos acercamos donde está Apolo. Subimos al Olimpo y nos acercamos a una mujer de larga cabellera negra,recogida en una trenza. Lleva un vestido rosa palo y está sentada tras un escritorio. Nos acercamos.
-Madre-la saludo.
Artemisa se levanta y se acerca a mí. Saluda a su nieto y me dedica una sonrisa.
-Pasa y siéntate-Artemisa.
-Te presento a Clarissa-Lubna.
-Sé quién es...-Artemisa.

Prohibido rendirse [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora