EPISODIO I: LA NOCHE QUE TODO CAMBIÓ

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Llegué a pensar que todo estaba perdido. Frente a mí, una bestia de tres metros con ojos carmesíes que destellaban furor e ira; Un puño a punto de ser plasmado en mi rostro que de seguro destrozaría. Sentí que toda mi vida pasó en menos de un segundo por mi mente. Mis ojos se cerraron mientras la bestia aún, en cámara lenta, estiraba su puño con fuerza hacia mí. La última imagen que ví fue una enorme cicatríz en su gran pecho...

--¿Qué sucedió?

Me desperté de ese sueño tan raro. Había un grupo de personas a mi alrederor...

--¡Hija, estás bien! ¡¡Qué alegría!!

Era la voz de sollozo de mi padre que se contentó al ver mis ojos abrirse...

--¿Cómo te sientes, Ashley?

Me preguntaba un señor con bata blanca y estetoscopio mientras se acercaba para escuchar mis latidos y medir mi presión. Todo era muy raro. ¿Fue sólo un sueño?

--¡Qué alivio!

Pensé; Todo había vuelto a la normalidad... O eso creía.

Cayó la noche y la luna seguía tan destellante y grande como las noches anteriores.

El cielo despejado, tanto que se podían apreciar las estrellas alrededor de la luna llena. Me provocaba escalofríos por alguna razón...

Días después, anunciaron por la tele algo acerca de una serie de asesinatos que se habían dado por los lados del parque central. Era algo que se veía todos los días. Mi padre evitaba pasar por allí, ya que hace dos años ahí mismo fue el asesinato de mi madre, y le recordaba todo lo que ocurría, por lo que él la vio morir. Es algo que no le agrada contar a nadie... Casi nunca hablabamos acerca de su vida personal. Yo sólo conocí a mi madre a los doce años, cuando me adoptaron. El resto de ese año ella se la pasó ocupada en su trabajo. Uno del que tampoco hablaba...

La noche de ese día, misteriosamente una luna roja acechaba mi ventana. Estaba sola. Mi padre había ido a trabajar de noche, fue llamado del hospital de emergencia y le tocó acudir. Sentía como algo estaba a punto de suceder. Se me dió por dar una vuelta a la mansión. No creía en nada de brujas ni fantasmas, era muy poco supersticiosa. Fui primero a la cocina. Abrí la nevera y tomé un jugo de naranja, y sentí de nuevo esa extraña sensación como al ver la luna. La brisa entró fugazmente y con un leve olor a óxido. Me asusté un poco, pero me repetía a mí misma que no había forma de que fuera algo más...

Me resigné a creer en fantasmas o en criaturas paranormales. De repente se fue la luz. Mi corazón bombeaba más fuerte cada vez, hasta que mis pupilas se dilataron para poder ver todo mejor... Empecé a ponerme histérica, no lo podía creer. Decía que volvería en segundos mientras caminaba despacio a las escaleras a ver qué había... La sombra de un perro de gran dentadura estaba en segundos en frente de mí, gruñendome y ladrándome. Una voz detrás del perro susurró:

--Es tiempo de empezar a creer en lo que no has querido creer, cielito.

Inmediatamente empecé a correr hacia atrás mientras intentaba respirar desesperadamente

--¡Largoo! ¡No me sigas maldita cosa!

Gritaba al perro que me perseguía por toda la mansión. Cuando no vi más salida, salté la paredilla del patio, aunque fue en vano, puesto que el perro la sobrevoló con un brinco. ¡Fue sorpresivamente desesperante el no poder hacer nada! Recuerdo que en ese momento me tiré al suelo y tomé una escoba, la cual llena de miedo le partí en la cabeza. ¡El perro ni se inmutó! Intenté correr, pero me puso su enorme pata en mis pijamas y fue imposible moverme. Su hocico cada vez se iba acercando a mí, gruñendome y gruñendome, y nuevamente la voz del tipo apareció diciendome:

--No te preocupes, no te hará nada si no se lo ordeno-- Mientras su sombra se acercaba, sólo para alcanzar a ver una pequeña parte de su rostro. Parecía tener un gran sombrero, con un smoking muy elegante y zapatos puntiagudos un poco exagerados...

--Veo que eres valiente al intentar huír de mí- Me dice mientras se acercaba paulatinamente- Debes estar muy asustada. Ven conmigo, esperamos por tí desde hace mucho. Hemos estado buscandote, princesa.

El hombre estira su mano hacia mí mientras sonríe sombríamente, intentando convencerme... Mi mano sin querer fue hacia suya. A punto de tocarla, se escucha el sonido de algo rápido volando hacia nosotros. Apenas si se alcanzó a escuchar.

--¡Aaghhh! ¡Maldito seas, mi manooo!

Gritó el hombre frente a mí mientras se intentaba sacar una gran flecha de su mano. Ése fue el artefacto rápido de hace unos segundos... El perro se esfumó, como si hubiese sido convocado por ese hombre.

--¿¡Qué intentas hacer, Christopher!? ¡Maldito imbécil!

Se escuchó desde los arbustos del jardín de mi patio, frente a la piscina. Algo cae frente al hombre, que ahora se había alejado de mí por el dolor de la flecha atravesada en su mano izquierda. Un joven con harapos extraños; botas y una especie de arco al estilo medieval. ¡Fue lo más extraño que pude ver! Empezó una desenfrenada batalla a muerte entre aquéllos dos tipos, y yo intenté correr sin hacer ruidos. Pero, qué estúpida. No dejaba de tropezar cosas. El joven me gritaba:

--¡¡¡Huye, Ashley!!! ¡Vé a la habitación de tu padre!

Ruidos muy extraños y encantamientos era lo único que alcanzaba a escuchar. Fuego, hielo; Elementos de la tierra empezaban a surgir de las manos del hombre con smoking, mientras el joven corría vorazmente esquivando y enviando flechas hacia su rival. Entré, no pude continuar viendo lo que sucedía. La casa se estremecía. Los perros de las casas de al lado ladraban a más no poder, mientras las sirenas de los carros de policía se iban acercando. ¡Todo se había vuelto un caos!

--¿¡Qué demonios está ocurriendo!?

Gritaba con lágrimas en mis ojos mientras llegaba a la habitación de mi padre. Tenía seguro, recordé que me había prohibido entrar. Al lado había una pequeña mesa de acero y madera, la cual tomé para romper la puerta. Le di cinco o seis golpes muy fuertes, hasta que la perilla de la puerta cayó. Los ruidos de esos dos tipos no cesaban y cada vez sentía más estragos en la casa. Sentía cómo las paredes se estremecían y caían al ser atravesadas por sus grandes poderes. Estaba muy asustada...

Al entrar a la habitación y cerrar la puerta, todo el ruido se fue. Mi mente sólo se centró en una cosa: Un enorme espejo que posaba en la esquina de la habitación, a unos cinco metros de mí. Era un antíguo espejo, con remaches e incrustaciones de perlas y piedras preciosas que jamas había visto. Los ruidos cesaron por completo. Mi corazón se tranquilizó y mis manos y piernas dejaron de temblar. Caminé directamente hipnotizada hacia el espejo, mientras sentía que me olvidaba de todo lo demás. Llegué al espejo, y lo siguiente fue estar en un vasto campo de trigo. Volví a retomar el conocimiento...

--¿Qué ha sucedido...?

Pensaba mientras miraba todo el paisaje. El cielo era más azul de lo normal. Habían aves que jamás había visto, volando a muchos metros de mí. Todo era tan lleno de vida y color, que no tenía idea de en dónde podría estar. No sabía lo que estaba a punto de ocurrir.

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Nota: La criatura que la perseguía era un necrófago. Son criaturas muertas que con magia oscura y un conjuro son traídas a la vida; obedeciendo al amo, siempre y cuando éste demuestre ser digno de ser obedecido.

Mirror Of Worlds (Español/Latino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora