Capítulo 24

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Las gruesas nubes grises que aparecieron en la mañana, estallaron al salir del palacio en un torrente de lluvia. Los sirvientes cerraron todas las ventanas para que no entrara el agua y varios salieron a meter la ropa que habían lavado.

Naruto corrió rápidamente al palacio y entró al almacén donde varios se encontraban escondidos.

-¿Qué haces aquí?-

El rubio vio a Hinata, que servía un plato de sopa.

-Ya estoy bien, vine a ayudar en la cocina-

-¿Seguro? , No quiero que te castiguen-

-Estoy bien, no te preocupes- se inclinó para ver el platillo -¿Qué clase de sopa es esa?-

-Sopa de algas-

-¿Alguien cumple años?- preguntó.

-No, creo...- dijo Hinata, dejando el plato encima de la mesa de madera -La anciana lo hizo antes de irse, nuestros invitados se quedarán dos días-

Naruto asintió, ya lo sabía, incluso sin que se lo dijeran. Los clanes tenían la costumbre de quedarse en un  lugar por días o semanas, solo para disfrutar un descanso de sus obligaciones.

-¿No quieres?-

Naruto se acercó a la olla y olió la sopa. No se le apetece, extrañaba el ramen, hace tiempo que no lo comía, porque no tenía cómo hacerlo.

-¿Puedo cocinar algo aquí?-

-Le tienes que pedir permiso a la anciana- dijo Hinata, mientras le daba un sorbo a la sopa. Supo por la mirada de su amigo que en realidad no le apetecía hablar con la anciana -¿Qué quieres comer?-

-Ramen

-¡Oh! cuando se calme la lluvia, podemos ir al pueblo a comer Ramen- dijo ella alegremente.- Conozco un buen lugar-

Naruto sonrió y asintió muy animado -Lo esperare- 

La puerta del almacén se abrió repentinamente. Los sirvientes miraron a la criada que había llegado.

-¡Tengo un chisme enorme!- grito con dificultad.

Los sirvientes dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se sentaron cada quien en una silla.

La criada se sentó rápidamente y contó lo que había sucedido en la celebración. 

-El clan Sabaku y el clan Nara, no firmaron el acuerdo de pertenecer al clan Uchiha-

Todos abrieron la boca de sorpresa.

-Fugaku Uchiha se molesto con ellos y les dijo "Mejor piensenlo bien, no quiero tener problemas con ustedes. Ya el clan Namikaze desapareció, no tienen que seguir atados a ellos"-

Naruto sintió un dolor punzante en el pecho, recordaba lo sucedido de esa noche, cuando su madre lo escondió en el ropero, confiando en que su padre volvería. Tenía ganas de llorar, pero no quería alarmar a sus amigos.

-Pensándolo mejor, no me siento bien-

Hinata lo miró preocupado -¿Quieres que llame a algún doctor?-

-No, solo iré a dormir, disculpen- inclinó la cabeza y salió de allí.

Los sirvientes lo miraron extrañado, pero siguieron con el chisme.

El pulso palpitaba en su sien de forma alarmante, tenía ganas de vomitar. Siempre le sucedía lo mismo cuando recordaba esa noche, antes las pesadillas lo atormentaba, pero desde que apareció sus viejos amigos, ahora sufría dolor.

Camino hacia su habitación, tratando de no caer. Todo a su alrededor daba vuelta, se sentía mareado.

-¿Menma-sama?-

-¿Qué?- miró hacia atrás, topando con el soldado que lo había ayudado antes.

-¿Se siente bien?-

-No, ayúdame a llegar a mi habitación, por favor-

El soldado asintió, tomó su brazo y lo llevó despacio a una habitación. Lo acostó suavemente en la cama y desamarro la cinta del sombrero.

-¡Espera!, ¡No me lo quites!- dijo repentinamente. 

-Si no se lo quito, no podrá descansar a gusto- replicó él -Mi misión es protegerlo-

-¡No! ¡Así estoy bien! - puso una cara lamentable -Por favor, no me lo quites-

El soldado asintió derrotado, a pesar de sus amargos pensamientos lo dejo en paz.

-Buscaré algo para la fiebre- lo soltó y salió de la habitación.

-¿Fiebre?- Naruto alzó una mano y se tocó la frente. Ardía, parecía que tenía fuego dentro de su ser.

-Oh así que era eso- miro hacia la ventana. 

La lluvia empezó a menguar, convirtiéndose finalmente en llovizna, y Naruto pudo fijarse en el cielo azul. La primavera se acercaba, ya era principio de enero y pronto vería de nuevo las flores rosas.

-No podré comer Ramen- dijo tristemente.

Poco a poco sus párpados se cerraron y se dejó llevar por el aire que entraba en la ventana. 

-¿Tomo algo?- 

-No, cuando llegué ya estaba dormido-

Sasuke asintió, se volvió para tomar un pañuelo - ¿Hay algo nuevo?-

-No, majestad... solo chismes aunque no se si sea interesante, pero  escuche que iba a salir con su amiga a comer Ramen-

El azabache alzó una ceja -¿Ramen?- dejó el pañuelo mojado en su frente.

-Así es, señor-

No respondió enseguida y luego lo miró brevemente.

-Ve al pueblo y consigue el mejor Ramen, estoy seguro de que cuando despierte, querrá-

-De acuerdo señor- el soldado salió a cumplir son su deber.

El sol empezó a esconderse en el horizonte. Sasuke se sentó en la cama, dando la medicina a su amigo. Una sonrisa se asomo en sus labios al recordar como Menma lo había rechazado, cuando en realidad él sentía lo mismo que él.

-Eres un tonto- murmuró en voz lo bastante alta.

Menma lanzó un quejido, pero no despertó.

Sasuke lanzó una carcajada y luego se inclinó para besar su frente.

-Estaré aquí, hasta que despiertes-


Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora