»Sacrificio« parte 2

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Sentí como si me hubiesen tirado un balde de agua helada. Me quede sin habla, petrificada por completo.
Siempre supe que Thomas Gregson estaba interesado en mi, tal vez yo no tuviera mucha experiencia pero tampoco soy ingenua y las atenciónes que él me ha dedicado son las mismas que los hombres enamorados dedican a las mujeres en las novelas que he leído. Esas atenciónes nunca tuvierón el efecto que deberían en mi,por el contrario me resultaban insufribles.

—Piensalo Louisa, esta es la aportunidad que esperabamos para no quedarnos sin nada—. Su voz había cambiado ahora era una mezcla de suplica y verguenza.

Más, mirando lo mal que estaba mi padre le dije para tranquilizarlo:

—Le prometó... que lo pensaré— mi voz salio entrecortada, el nudo de mi garganta crecia cada vez más —. Si me disculpa...

Y esta vez no esperé a que dijera nada más, salí del despacho corriendo. Mamá venia en mí dirección pero pase junto a ella como si no la hubiese visto y subí directamente a mi habitación donde me encerre con llave.
En menos de 20 minutos la tenía frente a mi puerta.

—¡Abre de inmediato jovencita!— me gritaba y tocaba con insistencia.

Seque las lagrimas que ya estaba derramando y me dispuse a abrirle antes de que mandara tirar la puerta.

—¡Te exijo que me abras! o si no...

—¿Qué se le ofrece, madre?—escupí las palabras casí con desprecio.

—Tu padre es muy benévolo contigo—, expreso al ir entrando sin apartar sus gelidos ojos de mí— pero yo no pienso serlo de ningún modo. Te casaras y es mi última palabra.

—¡No lo hare!— estalle igual que hace unos minutos con mi padre — ¡Y usted no puede obligarme!

—Eres una malagradecida, solo piensas en ti misma y no te interesa lo que pase con nosotros...— comenzó a llorar. Ven de lo que hablo, es una exelente actriz un minuto es exigente y autoritaria y al siguiente se deshaze en lagrimas de dolor y desesperación— ¿tú piensas que tu padre o yo queriamos vernos en la ruina?

—No, pero sin duda contribuyo a ello con sus gastos execibos— le recrimine y me puse a la defensiva— ¿y soy yo la que tiene que hacer ese sacrificio por ustedes? ¿acaso lo que yo opine o sienta respecto a esto no importa?...— derrame mas lagrimas.

—¿Sentimientos? ¿opiniones? ¡bah! ¡Eso no importa!—exclamó al tiempo que secaba sus falsas lagrimas y me tomaba por los hombros sacudiendome con fuerza—, entiende que los matrimonios por amor no existen, ¿en verdad piensas que el señor Gregson te ama? ¡claro que no! Él solo te quiere por que eres algo bella y vienes de una buena familia. Te exhibirá frente a todos como un trofeo que adorna su casa, pero nada más.

En ese momento me solto y se dió vuelta. Yo por poco caigo de no ser por que me sostuve de una silla. Ante mi se presentaban dos opciones:

»Casarme y ayudar a mi padre y a Sophia o
»Rechazar la propuesta y quedarme en casa para escucharla recriminarme cada día de mi vida lo egoísta que segun ella soy.

De algo estaba segura y era que el señor Gregson si sentía algo por mi, y aunque la forma en que hizo las cosas aún me molestaba, tal vez con el tiempo yo pudiera tomarle cariño. En este punto incluso la muerte se me antojaba mejor que seguir bajo el mismo techo con ella.

—Espere — articule en un susurro casi inaludible, viendo que se dirijia a la salida — lo haré...

Se detuvo en seco y aunque seguía dandome la espalda podría jurar que sonreía triunfante cuando dijo:

—Es la mejor decisión que has tomado en toda tu vida.

Dicho esto desapareció de la habitación.

Mis recuerdos fuerón interrumpidos por unos ruidos ensordecedores y los gritos de mis acompañantes. Abrí los ojos en el instante en el que el carruaje se detuvo y la portezuela era abierta dejando ver a un hombre de terrible apariencia.

Camino al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora